Otros estudiantes caldistas que acudieron a la cita en la Liga Santandereana de Ajedrez fueron Jaime Andrés Rico, Juan David Rueda, Julián Orejarena y Andrés Fernández, en infantil, mientras que en prejuvenil también compitió José Andrés Hernández.
El entrenador destacó, además de la inteligencia y disciplina de sus dirigidos, el tiempo que estos alumnos del Instituto Caldas le dedican cada semana al estudio y práctica del llamado Juego Ciencia.
El profesor Peinado, quien durante los últimos cinco años ha sido el técnico de ajedrez del Instituto Caldas, declara que a sus pupilos les ha diseñado una estricta preparación que en algunos casos arranca de cero con la explicación de los movimientos, piezas, nociones básicas e historia del ajedrez. Luego van avanzando en teoría, que comprende aperturas, defensas y variantes, hasta forjar campeones municipales y departamentales como los que ha logrado sacar adelante. Siempre combinando media hora de teoría por una hora y media de práctica, con una sobredosis de amor por el ajedrez.
Con el apoyo de la rectora Claudia Salazar y la coordinadora de Deportes, Ludy Gisela Durán, hoy cuenta con un lugar especial ubicado en el segundo piso de la biblioteca de primaria donde reina el silencio, socio indispensable de cualquier ajedrecista que requiere concentración.
El Instituto Caldas es en la actualidad una potencia ajedrecística que llama la atención en los demás colegios de la ciudad y en la propia Liga de Santander. Tanto que al profesor Peinado le preguntan: ¿qué comen esos niños?, y él en tono jocoso les responde: zanahoria.
En el ajedrez, dice Peinado, priman la honestidad y la decencia, no hay peleas y se tiene que dar la mano al contendor cuando empieza y termina la partida, gane quien sea.
El estratega no cesa de alentarlos y les explica además que el ajedrez ayuda a la concentración y al racionamiento, y por lo tanto en sus estudios básicos o universitarios. Incluso les inculca aprender más de las partidas perdidas.
“El ajedrez no es sólo para genios, pero lo que sí se requiere es responsabilidad, paciencia y concentración”, dice Peinado.
“Juego ajedrez porque me parece un muy buen deporte y porque me ha ayudado a desarrollar mi mente”, afirma Alan Dlaikan, mientras que su hermano Kevin Joel sostiene que lo que más le gusta de esta práctica es que le favorece mucho para las Matemáticas.
José Alejandro Reyes manifiesta que “en muchas ocasiones uno aprende más de la derrota que de las victorias”, y Óscar Aceros dice que en su casa se ponen alegres cuando les dice que se va a entrenar.
Juan Manuel Arenas tiene claro que el reto es mejorar aún más en busca de la excelencia, y Fabián Durán les recomienda a sus compañeros del colegio que aunque es decisión de cada quien, en lugar de quedarse aburridos viendo televisión o pegados al computador, pueden explorar el mundo del ajedrez, que de seguro no saldrán decepcionados.
Pronto les llegarán los cinco relojes digitales que tanto les han prometido.
Felicidades al equipo!!!
llo de casos y el apoyo bibliográfico.
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