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En vilo el agua de Bucaramanga

Nov 19, 2007 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Helga Moreno y Paula Carrillo

pcarrillo2@unab.edu.co

Aunque parezca improbable, Jes?s Moreno lleva m?s de 25 a?os viviendo de agua lluvia. En su finca El F?caro, ubicada en la vereda San Pedro de Aratoca, recoge el l?quido mediante unos improvisados canales que cuelga en el borde de las tejas de zinc de su caney, una peque?a construcci?n donde seca el tabaco. "El agua de lluvia es buena, sanita", afirma y por eso dice que no le duele nada a sus 60 a?os de edad.

Despu?s de acumular el agua en grandes recipientes, la tapa y la conserva durante cinco meses al sol, que es el tiempo que seg?n ?l, le dura cuando no hay sequ?a. Para Moreno, la temporada lluviosa es una bendici?n, pero no todos consideran esta ?poca una fortuna.

El informe de calidad del agua de Bucaramanga que la Secretar?a de Salud entreg? a la Defensor?a del Pueblo en junio y que abri? el debate hace un mes entre esta instancia -cuando public? los resultados nacionales del estudio- y el Acueducto Metropolitano (AMB), indica que en abril, subieron los ?ndices de contaminaci?n: en invierno, el agua "lava" la tierra y los r?os y quebradas se llenan de m?s sedimentos que en tiempo seco.

Dicho informe ?prendi? las alarmas? respecto a la calidad del agua de Bucaramanga, puesto que se concluy? que las muestras tomadas no eran apropiadas para el consumo humano porque no eran aptas en un 100 por ciento fisicoqu?micamente y en un 81 por ciento microbiol?gicamente, durante el mes de abril. Daniel Rangel Jaimes, subsecretario de medio ambiente, de la Secretar?a de Salud de Bucaramanga aclara: "hemos encontrado en an?lisis fisicoqu?micos y microbiol?gicos que cuando el agua sale de la fuente de aprovisionamiento del AMB, es de muy buena calidad. En el informe se tomaron muestras de acueductos veredales, que es diferente porque son aguas no tratadas y tambi?n intradomiciliarias".

Seg?n ?l, la composici?n del agua que sale del AMB y la que se toma del grifo puede variar debido a que es responsabilidad de cada usuario mantener sus tanques y tuber?as en buen estado, lo cual, implica un aseo continuo.

Los motivos para el llamado de atenci?n sobre la calidad del l?quido se basan en que, seg?n Ana Felicia Barajas, defensora regional del pueblo, "hay 85 acciones populares relacionadas con el tema, interpuestas contra los municipios en tribunales y juzgados administrativos. Entonces es un acompa?amiento que hace la Defensor?a".

?Afuera la mugre!

Antes de almacenar agua lluvia, Moreno se abastec?a de un aljibe que compart?a con sus vecinos. A cada familia, le correspond?a una pimpina diaria, pero cuando no alcanzaba, el agricultor bajaba al ca??n del Chicamocha y recog?a agua de la ladera de la monta?a. "Era salina, no era tan buena", dice refiri?ndose a su sabor.

Como ?l, familias de Bucaramanga que no cuentan con servicio de agua potable, se abastecen de fuentes poco fiables como la de los taludes y las subterr?neas, corriendo el riesgo de padecer enfermedades gastrointestinales. El agua de las escarpas "contiene microorganismos como virus y protozoos que causan problemas cut?neos e intestinales", asegura Jairo Puente Brug?s, decano de Qu?mica Ambiental de la Universidad Santo Tom?s.

Luis Fernando Guevara Parra, director del Hospital Local del Norte, dice que all? acuden pacientes con s?ntomas de Enfermedad Diarreica Aguda (EDA), gastroenteritis, colitis amibiana y otras causadas por bacterias, que pueden llegar al organismo por no tomar agua tratada. "En el Instituto de Salud de Bucaramanga (Isabu) atendemos en promedio a 23 mil personas, de las cuales, el 40 por ciento llega con problemas gastrointestinales, es decir, 9.200 pacientes, siendo una de las causas de enfermedad m?s frecuentes", asevera. Sin embargo, estos males no tienen causas exclusivas en el consumo de agua: "aqu? no hacemos estad?sticas epidemiol?gicas, la contaminaci?n tambi?n puede ser por alimentos o por mala higiene", concluye.

Para descontaminar el agua cruda – sin tratar- el acueducto realiza un proceso de limpieza en el que se la lleva desde la bocatoma, hasta varias ?piscinas? para realizar el proceso de desinfecci?n bacterial. Primero, se eliminan los desechos ?gruesos?: el agua se almacena en un gran tanque ubicado fuera de la planta de tratamiento y se espera a que las part?culas bajen solas. Luego, el l?quido pasa a dos ?piscinas? de 5 mil metros c?bicos, donde le agregan sulfato de aluminio para que se agrupen los restos de materia org?nica, ganen peso y desciendan al fondo. Este proceso, llamado sedimentaci?n, se da gracias a un movimiento leve y continuo que ayuda a que se ?peguen? las impurezas entre s?. Despu?s se cuelan a trav?s de un lecho de carb?n mineral y al l?quido se le agrega cal para estabilizar el pH. Finalmente, se desinfecta con cloro.

As? es el proceso de purificaci?n y mediante ?l, se obtiene un resultado que, seg?n Carlos Parra G?mez, director del laboratorio de calidad de agua "La Flora", del AMB, cumple con los par?metros que establecen las normas reguladoras, concretamente, el decreto 1575 y la resoluci?n 2115 de 2007. ?l dice que el agua de Bucaramanga responde a los requisitos necesarios para su consumo y en ello coinciden tres cient?ficos consultados. No obstante, Puente Brug?s afirma: "desde el punto de vista microbiol?gico no hay problema porque a eso le echan cloro, pero ya desde el punto de vista de otros par?metros no convencionales como es el caso de trihalometanos, sencillamente no sabemos".

Elimina unos pero crea otros

Sin agregarle sustancia alguna al agua lluvia que acumula en los recipientes, Jes?s Moreno siempre ha tomado agua sin tratar. Para ?l, su salud es inquebrantable: cuando completa cinco arrobas de tabaco, las mete en una caja de madera a la que ajusta un pretal para cargarlas desde su finca hasta la carretera, apoyadas en espalda y frente. No tiene m?s opci?n que consumir este tipo de agua. Pero esto no es del todo perjudicial, puesto que evita exponerse a sustancias derivadas del proceso de cloraci?n.

Cuando en la planta de tratamiento reacciona la materia org?nica disuelta en el agua con cloro, durante el proceso de desinfecci?n, se forman compuestos qu?micos llamados trihalometanos, los cuales han sido considerados cancer?genos para el cuerpo humano. Por eso, el art?culo 5 de la resoluci?n 2115 de 2007, que se?ala "caracter?sticas, instrumentos b?sicos y frecuencias del sistema de control y vigilancia para la calidad del agua para consumo humano", contempla la concentraci?n m?xima de trihalometanos (THMs) totales en el agua: 0,2 miligramos por litro. Respecto a ello, Parra G?mez asegura que el agua del acueducto est? por debajo del l?mite permitido. Por otra parte, Elena Stashenko, doctora en Qu?mica y profesora titular de la escuela de Qu?mica de la UIS, afirma: "Los THMs se forman al agregar m?s cloro al agua. Est?n en todos los pa?ses donde se utiliza cloro para desinfectar, pero las concentraciones no son peligrosas y cada pa?s maneja sus normas respecto a eso. Por encima de esta concentraci?n establecida, se considera nociva. En ese caso, hay que bajar la cantidad de cloro. Lo importante es mantener los niveles de THMs que no son peligrosos para la salud; no se puede dejar de usar el cloro en un pa?s donde la gente se muere de disenter?a, de diarrea".

A pesar de ello, Parra G?mez anota: "la ley no ha especificado cu?ntas veces al a?o se tienen que evaluar los par?metros f?sicoqu?micos. Sin embargo, nosotros lo hacemos dos veces al a?o". La poca frecuencia de los an?lisis desde el punto de vista f?sicoqu?mico, contrasta con el control de calidad bacteriano, que seg?n el director del laboratorio, s? es rutina de cada d?a.

Pero el problema no radica en el proceso de tratamiento que realiza el acueducto, sino en la legislaci?n que debe regular los controles en Colombia. Eso es lo que asegura Puente Brug?s: "La nueva normatividad es m?s flexible respecto al cloroformo, los organoclorados. Mientras que en otros pa?ses la hicieron m?s estricta, en Colombia es m?s flexible". ?l no es el ?nico que piensa de esta manera: Efra?n Rodr?guez Ovalle, abogado ambiental de la Cdmb, dice que "la resoluci?n 2115 es una alternativa de potabilidad que no es nociva para la salud. No hay estudios que demuestren lo contrario, es una ley muy nueva y hasta ahora se est? adaptando. El problema real es de infraestructura, de un sistema de tratamiento eficiente. Por eso, nosotros seguimos exigiendo bajo los par?metros de la ley anterior".

Otros factores para el debate

A pesar de que Moreno, el cultivador de tabaco, no ingiere agua con qu?micos adicionales, s? los emplea para abonar sus siembras. Entre la alfombra de latas, pl?sticos, tarros y montones de basura que parecen llevar a?os acumul?ndose en el patio de su casa, no consigue encontrar la lata de los agroqu?micos que usa. Los agroinsumos, que incluyen fertilizantes y pesticidas, constituyen tambi?n una fuente de contaminaci?n que por influencia del ciclo del agua, pueden ir a parar a las fuentes h?dricas.

En 2001, el qu?mico de la Universidad Industrial de Santander, Gabriel Navarro Turizo, desarroll? en el laboratorio de la Secretar?a de Salud, los an?lisis para su tesis de grado titulada: "Determinaci?n de plaguicidas organoclorados en el agua potable de Bucaramanga y Piedecuesta por HRGC ? ECD". Concluy? que hab?a indicios de pesticidas en el agua de la ciudad, conformados por materia org?nica y cloro ?organoclorados?. Este tipo de sustancias, prohibidas en Colombia por su alto grado de toxicidad, tambi?n pueden ser cancer?genas, como en el caso del cloroformo.

En el estudio, se emple? un cromat?grafo de masas, aparato que sirve para identificar si los compuestos analizados corresponden a pesticidas. La investigaci?n caus? pol?mica en su momento, puesto que puso en duda la calidad del agua ya tratada, pero seg?n Parra G?mez, del AMB, "falt? un segundo cap?tulo porque despu?s de eso, hab?a que acoplar los cromat?grafos a otros equipos llamados espectr?metros de masas, que son como para identificar la huella digital de un compuesto".

En efecto, Navarro Turizo, afirma que el estudio no fue corroborado por el precio elevado que implicaba la segunda fase: "La Secretar?a de Salud debi? someterlo a espectrometr?a de masas y era necesario para confirmar la presencia de organoclorados, pero no lo hizo por los altos costos de la prueba. Lo que s? est? claro es que hab?a unas sustancias que aparec?an en el agua".

Respecto a la influencia de dichos qu?micos en la generaci?n del c?ncer, el m?dico Fernando Mantilla McCormick, de vigilancia epidemiol?gica del Hospital Universitario de Santander, dice que la persona tendr?a que estar expuesta un tiempo prolongado al factor que lo produce. "Es como el cigarrillo? t? te fumas uno y no te da c?ncer. Fumas durante un largo periodo de tiempo y ah? s? te puede dar. Entonces habr?a que mirar si el problema viene de hace varios a?os y en qu? concentraciones".

Responsabilidades compartidas

La presencia de pesticidas organoclorados compromete a las entidades p?blicas que tienen como funci?n controlar y mitigar la contaminaci?n en las fuentes de agua. Para la Corporaci?n Aut?noma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), la ?nica manera para hacerlo es a trav?s de la norma. "No manejamos pesticidas ni insecticidas, de eso se encarga el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). (?) Sin embargo, recomendamos a los agricultores retirarse 30 metros de la orilla del r?o, para que esta distancia sirva de amortiguamiento entre el cultivo con pesticidas y la fuente de agua. Algunas personas se acogen, otras se niegan. Entonces, la ?nica manera es llevarlo por la v?a sancionatoria", explic? Alberto Le?n Smith, subsecretario de normatizaci?n y calidad de la Cdmb.

En ?poca de lluvia, esos treinta metros son arrastrados por las corrientes de agua que se llevan los qu?micos a?adidos a la tierra mediante la fumigaci?n agr?cola y pecuaria. "Con 30 metros no es suficiente, el control tiene que ser por saneamiento b?sico, con pozos s?pticos", asegura Iv?n Gustavo Blanco, del programa de aguas, ejecutado por la Cdmb.

Los pozos s?pticos son huecos impermeables donde se depositan los residuos de las fincas. A pesar de su sencilla infraestructura, requieren una inversi?n econ?mica con la que no cuentan los habitantes de los minifundios aleda?os a los r?os que surten el acueducto. Ejemplos de la compleja situaci?n se encuentran en los asentamientos de la parte alta de los municipios Tona, Floridablanca y Piedecuesta, de donde provienen los r?os que abastecen a Bucaramanga y el ?rea metropolitana – R?o Tona, Fr?o y Surat?-. All?, la tierra est? dividida en peque?as parcelas, habitadas por campesinos de escasos recursos, quienes sobreexplotan los terrenos en busca de suelos f?rtiles que les garanticen cosechas para competir en el mercado. La degradaci?n de estos ecosistemas se debe a la tala de bosques y a la ampliaci?n de los cultivos hacia las orillas de las vertientes y bosques nativos. "Tumban la monta?a para seguir sembrando. No estoy diciendo que los agricultores sean culpables de la problem?tica. Esto se debe a que no se han generado alternativas de desarrollo adecuadas", comenta Nelson Hern?ndez, representante legal de la Asociaci?n para la Conservaci?n del Ecosistema andino El Diviso; Organizaci?n No Gubernamental que genera proyectos para declarar como ?rea protegida los terrenos donde nacen el R?o de Oro y el Manco. Con esta acci?n de la sociedad civil se busca hacer cumplir lo que el Plan de Ordenamiento Territorial de Piedecuesta y los Planes de Ordenamiento Ambiental de la Cdmb proyectaron al declarar estas zonas, ecosistemas de reserva. "Es deber del Estado declarar estas ?reas protegidas para garantizar la permanencia de los servicios ambientales, principalmente el de agua", concluye Hern?ndez.

La incertidumbre aumenta al saber que en el r?o Surat? se ejecutan trabajos de miner?a para explotaci?n de oro, en el que se emplean elementos como el cianuro y el mercurio. Hasta este a?o la Corporaci?n inici? un proceso de mejoramiento de cuencas hidrogr?ficas que busca proteger los r?os de la jurisdicci?n: "Educaci?n ambiental, recuperaci?n, control de vertimientos, conservaci?n de rondas h?dricas, reglamentaci?n de corrientes, concesiones de agua, verificar y velar por que las personas usen adecuadamente el recurso h?drico", coment? Luis Carlos Quintero Le?n, t?cnico de la subdirecci?n de normatizaci?n y calidad ambiental de la CDMB.

Para Jes?s Moreno, el agricultor de tabaco, no existe otra alternativa que consumir agua lluvia; para la qu?mica Stashenko es indispensable hervir el agua que sale del grifo. Por el contrario, el qu?mico Navarro asegura que al hervirla se evaporan tambi?n las bacterias ben?ficas. El qu?mico Puente recomienda comprar agua embotellada a pesar del costo que tiene y Carlos Parra, del Acueducto, asegura que siempre toma agua sin hervir. Como estas opiniones, no hay un criterio unificado sobre la calidad del agua en Bucaramanga. El debate contin?a.

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