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Entre notas y sentimientos

Feb 24, 2011 | Institucional

AUTOR: CAMILO ALFONSO ALVAREZ LEÓN
Ni siquiera me miró, pero en un abrir y cerrar de ojos se llevó mi corazón. Flor de verano eres tú mujer, que invade mis sentidos y afecta todo mi ser. Tengo que encontrar la luz  o perderle el miedo a la oscuridad; hoy la tristeza quiere hablar conmigo y no hallo palabras que me cohíban llorar en este lugar. Lugar al que vuelvo y recuerdo que fue aquí donde aprendí a tocar.

Invoco esa fecha como si fuese ayer. Luna llena, oscura noche, mis dedos temblaban y mi corazón latía… noventa teclas frente a mí, esperándome allí, como una flor que espera sigilosamente a su colibrí. Perdido en un silencio absoluto, mi vista se dividía entre escalón oscuro y tonalidad blanca, y cuando oprimí la primera tecla apareciste tú…

Empecé a tocar piano pero sólo lo hice porque lo sentí y no porque lo vi… deslicé mis muñecas en un camino de altibajos y descubrí realidades que me cautivaron en una sola composición, titulada universalmente como, “música”… y como todo arte tiene su técnica, en mi mundo de teclas podría afirmar que su composición acude a melodía y armonía. En esa misma  imparto normas en las cuales mis manos responden a interacciones básicas: mano derecha llevando melodía y mano izquierda complementando con armonía la unión de esta estructura da como fin una canción solemne y compleja que puede llegar a oídos sordos, y despertar atención…

Esa noche, serenos sin pena juntamos nuestras manos sabiendo el presagio que había de ante mano… pero si el quererte es verte y el verte es perderte, prefiero… quererte sin verte que verte y perderte. Seguí tus huellas, caminé tus pasos, tracé un futuro y caí en tus brazos!

Al final de la noche una vela se encendió… y una llama determinó que los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden  convertirse en la realidad del mañana…  sólo me resta recordarte que :

Te amo con la inmensidad de las montañas, con la profundidad del mar, con el sonido de un eco y con el simple susurro de mis suspiros…

Te amo con la fuerza de una tormenta y con la debilidad de una voz aguda, con el fuego de un volcán y la quietud de una serena tuna…

¡Te amo al principio y al final del día, y continúo amándote en mis sueños y en mis fantasías!…

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