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Esto dijeron los ganadores

Jun 6, 2012 | Institucional

Los docentes premiados con el “Reloj Solar” le respondieron a Vivir la UNAB los siguientes interrogantes:

1. ¿Qué es la excelencia docente?

2. Usted ha dedicado años de su vida a enseñar, pero ¿qué les ha aprendido a sus estudiantes?

3. ¿Cómo quiere ser recordado por sus estudiantes?

 

Iván Santos Ballesteros

1. Es lo máximo que se puede alcanzar en una actividad tan noble como la docencia. Esto es una cuestión meritoria porque sabe uno que con sacrificio, honestidad y grandeza se pueden alcanzar los logros que hoy he alcanzado: tratar que el estudiante se integre no solamente a la vida universitaria, sino también a los problemas regionales, lo que se conoce como ‘sensibilización’, es decir, inculcar en los estudiantes sentimientos morales para que ellos se despierten a la realidad.

2. La dedicación, el interés por alguna de las asignaturas, el ánimo de aprender cada día más utilizando las tecnologías, esa es una de las formas de emularlos porque en ellos está el futuro; entonces no solamente soy profesor de mis alumnos, sino que ellos son mis profesores.

3. Como un profesor justo, serio, como alguien que siempre fue exigente; siempre les digo a mis alumnos que lo que uno aprende, no se lo regala nadie.

 

Juan Carlos Mantilla Suárez

1. La excelencia docente la hace el respeto al alumno. Cuando uno está en una condición en la que se siente igual que el alumno, pero que simplemente yo como profesor ya he recorrido el camino que él está haciendo, hay buena relación y aceptación de parte y parte.

2. Con todos los cambios tecnológicos que se están dando el estudiante de posgrado es quien nos hace permanecer actualizados en todas las materias; con la experiencia de nosotros como profesores y con el conocimiento que adquieren de su propia investigación, ellos obtienen mejores resultados.

3. Como una buena persona.

 

Rocío Cárdenas Martínez

1. La excelencia docente abarca dos aspectos: primero, querer ser docente, amar lo que se hace y segundo, buscar en los estudiantes el gusto para que ellos se sientan atraídos hacia lo que están haciendo. Ser excelente es indagar, removerles a los niños lo que tienen oculto y que nosotros con el cariño lo hagamos salir a flote y vean las cosas positivas de estudiar.

2. He aprendido a reconocer que hay maneras más fáciles y atractivas de enseñar y aprender cosas. Eso solo se lo hacen ver a uno los estudiantes, porque no solo se aprende con los libros, sino que los niños le hacen ver al adulto formas sencillas de ver la vida.

3. Como una profesora que les exigió siempre, pero con cariño. Hace poco hablé con un exalumno del Caldas que se graduó en 1989 y me dijo: “Profe, gracias, porque por todo lo que me enseñó, no me rajé en la universidad”; por eso me considero exigente, porque en la medida que exijo, también les doy a los niños herramientas para que puedan dar todo su potencial.

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