En el marco de la celebración del dia del maestro y la conmemoración de los 300 años del nacimiento de Rousseau, el programa de licenciatura en educación preescolar , se vincula con el desarrollo de un simposio, denominado Rousseau educador, evento que reunió a un grupo de estudiantes y docentes no solo del programa sino de otras universidades que disfrutaron de las reflexiones pedagógicas compartidas por el Dr Humberto Quiceno como ponente principal. Las conclusiones de este evento y la participación en las ponencias se publicaran en una edición especial. En esta oportunidad me permitiré presentar algunas reflexiones sobre la profesión del maestro
El maestro como cualquier profesional en Colombia requiere cumplir una serie de condiciones, habilidades y competencias que le permitan ejercer de manera eficiente y eficaz su labor, un profesional que además de cumplir unos requisitos disciplinares y pedagógicos, debe llenar una serie de cualidades éticas y morales que le permitan desarrollar la misión de formar de manera integral los niños y jóvenes colombianos, ciudadanos del futuro.
Sin desconocer la importancia que tienen las competencias disciplinares y pedagógicas del docente considero de vital importancia reflexionar acerca de las competencias éticas del profesional de la educación buscando que cada uno de nosotros sin importar el nivel escolar en el que nos estemos desempeñando pensemos en el deber ser de nuestra labor, reconocer la importancia e influencia que tenemos sobre nuestros estudiantes, y la investigación formativa que cada uno hace sobre su quehacer profesional a fin de alcanzar aprendizajes y mejores practicas pedagógicas.
El educador debe ser consiente que su profesión no es como la demás, es una profesión de 24 horas en la que no solo se educa con las palabras sino también con el ejemplo, somos maestros tiempo completo en el aula de clase y también en nuestro entorno.
Los maestros debemos estar en permanente búsqueda de alcanzar mejores practicas pedagógicas, para ello es conveniente conocer muy bien a los estudiantes , reconocer al estudiante como el centro del proceso enseñanza aprendizaje, adecuar los conocimientos y estrategias didácticas a los estudiantes y no pretender que los estudiantes se adecuen.
Crear un ambiente seguro, respetuoso, con excelentes relaciones personales donde la palabra del maestro como del estudiante tenga validez, además hacer fácil el tema de clase aunque este tenga algo de dificultad, un buen maestro es aquel al que sus estudiantes le aprenden, no el que dificulta el aprendizaje.
El acto de enseñar es sobre todas las cosas una vocación, asi que debemos enseñar con el corazón, poniendo todo de nosotros mismos para alcanzar los propósitos deseados con nuestros estudiantes, no es necesario repetir información sino lograr hacer que los estudiantes piensen y construyan conocimiento.
Un aspecto muy importante y que ha cobrado vigencia en los últimos años es el manejo de las emociones, lo cual nos permite mejores relaciones interpersonales con nuestros colegas y estudiantes, es difícil lograr motivar a un estudiante y transmitir la información deseada para la construcción del conocimiento sino existe empatía entre el maestro y el estudiante.
