Por Yurany Arciniegas Salamanca
yarciniegas2@unab.edu.co
El folclore y la tradiciones florideñas estarán en el Carnaval de Barranquilla, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que se realizará del 25 al 28 de febrero.
Es la quinta vez que reciben la invitación, pero el primer año que participarán con más de 100 personas entre bailarines, músicos, silleteros, matachines y empresarios del dulces. “La idea es dar a conocer a Floridablanca como la ciudad dulce de Colombia y como destino turístico”, afirma Ludwing Eslava, director de danzas de la Casa de la Cultura Piedra del Sol.
El desfile de los santandereanos iniciará en la Batalla de Flores, uno de los principales actos del Carnaval. En medio de la cumbia, el bullarengue y los movimientos rápidos del cuerpo de la Costa Caribe, los florideños irrumpirán con bailes lentos y pasos cortos, al son de bambuco, torbellino, y guitarras en vivo.
Los trajes típicos de la región andina con camisas de mangas largas, contrastarán con el calor de Barranquilla y la sobriedad del vestuario con los colores fuertes, el brillo, las lentejuelas y los canutillos, que llevarán los costeños en la celebración.
Durante 7 kilómetros del recorrido de la Batalla de Flores y 10 de la Gran Parada, en el segundo día de carnaval, los jóvenes bailarán con un vaso de chicha en la cabeza y esta vez, agregarán uno a cada brazo. “La gente se sorprende, pero se divierten y les interesa ver nuestros bailes típicos”, dice Alexis Carvajal, integrante del grupo de danzas.
Los matachines del barrio La Cumbre, con disfraces coloridos que cubren todo su cuerpo y rostro, se vincularán con coreografías que forman péndulos y pirámides, al estilo de las porristas, pero al ritmo de la papayera de la Casa de la Cultura Piedra del Sol.
Para ponerle dulce a la celebración e impulsar como tal a Floridablanca, algunas empresas participarán con silletas que, elaboradas con gomas, arequipe y obleas, crean figuras de la Iglesia San Juan Nepomuceno, el Jardín Botánico, y deportes como el parapente, que luego se repartirán entre el público.
“Nosotros invertimos el 50% que son 14 millones de pesos y el otro 50% lo da la Alcaldía”, afirma Fany Jiménez, de dulces y obleas Pasiones Florideñas. Así, los floridanos esperan representar a su municipio, atraer turistas, impulsar sus productos y festejar hasta la muerte de Joselito Carnaval.
