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Fracasa reubicación de vendedores ambulantes

Jun 7, 2010 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Silvia Pinto
Periodico15@unab.edu.co
El proyecto para el traslado de los vendedores ambulantes que se comenzó a desarrollar en esta ciudad desde 1998, durante el mandato de Luis Fernando Cote Peña, se ha ido estructurando hasta lo que hoy conocemos como: ?Planeación y desarrollo de la reubicación de vendedores informales en la ciudad de Bucaramanga?.
La construcción de los centros comerciales: Feghali, San Bazar y Mutis se realizó con el objeto de entregar una serie de locales en condición de comodato a cinco años, para los vendedores ambulantes que ocupaban el espacio público de forma invasiva en algunos de los sectores de mayor tránsito comercial de la ciudad; lo que representa un tema permanente en la agenda de trabajo de las administraciones que siguieron a la de Cote Peña, (Néstor Iván Moreno Rojas, Honorio Galvis, Fernando vargas Mendoza)  Feghali fue el lugar escogido para situar a los vendedores que se encontraban en el centro (de la calle 37 a la 41 entre carreras 14 y 15); doce años después todavía hay vendedores en las calles y gran parte de los locales vacíos.
De 571 locales de este centro comercial, 300 se encuentran desocupados. 
En San Bazar la situación es similar, fue destinado para reasentar a los comerciantes de las casetas de amarillo y verde localizadas a lo largo y ancho de Bucaramanga; aún así las casetas siguen funcionando y 200 de los 726 locales continúan  vacíos.
Finalmente en el centro comercial Mutis el panorama no es alentador; de 81 locales construidos, 25 están sin ser ocupados por los vendedores que están en este barrio y sus alrededores.
La misma dinámica se perfila en el centro de mercadeo de la Asociación de Vendedores Ambulantes (Asovesan), para reubicación de los vendedores de productos usados de la plaza de San Francisco.  

Feghali: ¿un elefante blanco?
Este centro comercial tiene tres pisos dispuestos para establecimientos de 1,46 metros de ancho, 1,50 de fondo y 2,40 de alto, en los cuales no hay que pagar mensualidad ni impuestos; sólo una cuota de administración mensual de $35.000 para obtener el derecho a trabajar en un espacio dotado de servicios de agua y luz, a fin de no exponerse a la lluvia o el sol, algunos de los inconvenientes que acarrea el trabajar a la intemperie.
En julio de 2008 de 571 locales, 330 estaban vacíos; a la fecha 300 siguen libres.En la citación del Concejo de Bucaramanga del 21 de marzo de 2009 en el que se trazó el plan para la reubicación de cerca de 3.000 vendedores informales, se contempló la posibilidad de mejorar el lugar mediante el arreglo de fachadas, accesos, cielorazos, pintura, adecuación de locales desocupados e instalación de puertas a los mismos, lo que representaría una inversión adicional de 600 millones de pesos, pero aún no se han comenzado las obras.
Dicho plan en su parte social consta de un registro poblacional, capacitación, sistemas de crédito, acceso a programas sociales, ubicación, definición y desarrollo de actividad productiva y comercial, distribuidas en cuatro etapas.
Cabe resaltar que un factor que incidió de forma negativa en la reubicación fue el hecho de que no se otorgó la titularidad desde un comienzo sobre los locales, razón por la cual nunca hubo sentido de pertenencia sobre estos espacios; actualmente se han asignado sólo 250 escrituras.
Jesús Rodrigo Fernández Fernández , secretario de planeación municipal, afirma que ?todavía muchos de los titulares de San Bazar y Feghali están en las calles, por eso cuando los jueces nos ordenan reubicar nosotros les decimos que estos señores ya fueron reubicados?.
?Nunca se ejerció autoridad una vez fueron adjudicados los locales, la administración fue permisiva. Hay que partir del precedente de que ?espacio recuperado, espacio que no puede ser invadido nuevamente?. Nos encontramos adelantando un proyecto de registro poblacional personalizado sobre ventas informales que va hasta junio de este año, y a partir de la información que se recoja poder desarrollar una propuesta junto con ellos -los vendedores-  y tomar decisiones encaminadas a solucionar este problema?, asegura Diego Fran Ariza Pérez, director de la Defensoría del Espacio Público de la Alcaldía.
?La idea no es seguir construyendo sitios para reubicar, sino por medio de la recuperación y actualización de la base de datos sobre las personas a quienes fueron adjudicados desde un comienzo los inmuebles  y una seguida financiación, llegar a entregar los locales con sus respectivas escrituras?, manifestó Ariza Pérez.

?Rebusque? vs legalidad
Bucaramanga ostenta una de las tasas de desempleo más bajas del país (9,5%), lo cual ha permitido que personas de diferentes partes del país lleguen en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias, así como parte de la población desplazada por la violencia provenientes de Antioquia, sur de Bolívar y sur del Cesar, quienes se quedan en la ciudad apelando a la cultura del ?rebusque?. De ahí que las cifras de subempleo asciendan a la fecha al 36,4%.
Bernardo Jiménez, vendedor de accesorios para celulares, aduce que en los locales es más notable y más dura la competencia; por esta razón prefiere trabajar en la calle y recorrer el sector de acuerdo a los lugares donde se concentre la clientela y lo que ella necesita aún cuando es acechado permanentemente por la policía.
Para otros como Ignacio Perdomo, distribuidor de películas ?piratas? de San Bazar, quien entiende la situación de sus compañeros y pese a que las ventas no han tenido un incremento importante, la seguridad y la legalidad fueron elementos definitivos para que lograra hacerse a un puesto en este centro comercial.
Algunos no están dispuestos a pagar la cuota de administración que se les cobra por hacer uso de cada punto, le temen a la formalidad porque no quieren cumplir horarios, prefieren ejercer libremente su actividad y manejar a su antojo la saturación del mercado en cuanto a los artículos que promocionan o simplemente observar cómo se comportan las ventas.
Es así que paralelo a un sistema de traslado se hace necesario un proceso de educación de esta parte de la población que prefiere comprar en la calle.
?Aquí tenemos dos inconvenientes fuertes: la compra en la calle y los proveedores de contrabando a los vendedores; en la medida en que se adquiere contrabando se debilita el empleo y se arriesga la calidad de los productos?, explicó Fernández Fernández.
Se puede ver que el problema no es sólo acerca de la invasión del espacio público y la falta de ocupación de las áreas destinadas a reubicar a estos comerciantes; involucra un asunto de tipo socioeconómico y también cultural por la dinámica de compra de la ciudadanía que sigue obteniendo artículos en los andenes por diversas razones: economía, posibilidad para ?regatear? y porque consiguen lo que necesitan más a la mano aunque con la plena certeza de que no es mercancía de buena calidad.

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