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Juan David sigue su recuperación

Oct 15, 2006 | Institucional

Juan David perdió la conciencia por unos minutos, sufrió delicadas fracturas (tres en la pelvis y una en el fémur izquierdo), además de lesiones internas y laceraciones en su rostro y extremidades.

Pero los pormenores de ese día no los recuerda. Eso es lo que le han contado, además no quiere echar el tiempo atrás. Hoy, en su lecho de convaleciente, solo piensa en recuperarse, terminar su carrera y volver a Puerto Wilches a aplicar sus conocimientos.

El tercer hijo de Jesús y Rocío Stella, se repone según sus propias palabras “lenta pero constantemente”. Recibe visitas de familiares y amigos en la residencia de un pastor de los Testigos de Jehová ubicada en el sector de Morrorrico, donde está alojado mientras pasa lo más delicado de sus quebrantos. Fueron dos semanas internado en una clínica, recibiendo cirugías y ahora preparándose para una nueva intervención quirúrgica.

Juan David quiso que Vivir la UNAB le sirviera de medio para decirle a la comunidad universitaria quién es, qué espera de la vida y ante todo, dar gracias por el apoyo que ha recibido. Esto fue lo que dijo.

Visión futurista
“Tengo 19 años. Nací en Bogotá, pero me crié en Medellín y en los últimos años en Puerto Wilches (Santander). Allí termine bachillerato en la Escuela Industrial, donde me especialicé en Electricidad. Fui el mejor bachiller de 2003 y por esta razón, la empresa Palmas Oleaginosas Bucarelia me premió con una beca para estudiar en la Universidad. La empresa y la UNAB tienen un convenio y por eso la Universidad aporta el 75% de la matrícula y Bucarelia el otro 25%, más la vivienda y la alimentación.

“Escogí Ingeniería Mecatrónica porque siempre he estado rodeado de cosas que tienen que ver con ese tema. Mi papá es mecánico, algunos miembros de la familia son electricistas o electrónicos o estudian eso, entonces me llamó la atención porque siempre he tenido una visión futurista y el crear, diseñar cosas tangibles, siempre me ha llamado la atención.

“Me ha ido bien en la Universidad, supuestamente he sido uno de los mejores de mi clase, eso no lo sé, es lo que dicen (risas).

“Tengo una visión futurista, pero no la tengo conmigo, nunca me he colocado en el futuro, siempre hago lo que está enfrente de mí, pero si me pongo a pensar qué voy a hacer cuando reciba el cartón, pues no sé, devolverme para Puerto Wilches y mirar qué puedo hacer allá por la gente.

Para continuar leyendo el conmovedor relato de Juan David, puede hacer clic aquí.

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