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La biometría llegó a Ingenierías

May 2, 2011 | Institucional

Por Ricardo Jaramillo P.
Lo que se ve a menudo en las películas de acción, que las personas ingresan a un recinto luego de que un lector digital les reconozca su aliento, voz, iris o huellas dactilares, también sucede en la Facultad de Ingeniería de Sistemas de la UNAB.

Si usted estaba acostumbrado a entrar como “Pedro por su casa” a este espacio de la Universidad, desde marzo pasado ya no lo puede hacer, pues allí funciona un ‘lector biométrico’, un dispositivo que reconoce la huella dactilar del índice derecho de las personas que allí laboran y les permite la entrada a sus oficinas.
“El Campus Central es abierto; en el caso de la Facultad de Ingeniería de Sistemas, este segundo piso se había convertido en un lugar de acceso sin control; la mayoría de los cubículos son abiertos, los docentes dejan ahí sus libros y pertenencias personales y se habían presentado casos de pérdidas y robos de cosas; entonces al ver que tenemos tecnologías de información económicas y de fácil alcance para nosotros, notamos que podíamos mejorar esa seguridad registrando las personas que ingresan mediante un lector biométrico”, explicó Wilson Briceño Pineda, decano de Ingeniería de Sistemas.
El dispositivo fue implementado por los profesores Fredy Méndez Ortiz y Juan Carlos García Ojeda, de Ingeniería de Sistemas, con el apoyo de Marvin Torres Camacho, auxiliar Académico de la Facultad de Ingenierías Físico-Mecánicas.
“Existen muchas tecnologías relativamente económicas y que para nosotros son fáciles de implementar porque tenemos el conocimiento; esas tecnologías pueden ser utilizadas para mejorar el servicio de seguridad de los diferentes espacios de la Universidad”, expresó Briceño Pineda, quien dijo que el costo del aparato se limitó al lector ($500 mil, aproximadamente) pues el resto fue “inversión de tiempo y talento del equipo de trabajo”.

¿Cómo funciona?

El profesor García Ojeda, líder del proyecto, explicó que el lector trae de fábrica un software que es el que permite verificar la huella digital. “Lo que hicimos fue adaptar el software del lector para que nos permitiera enviar una señal eléctrica a otro dispositivo que es el que finalmente activa la cantonera en la puerta de acceso a la Facultad; otro aspecto es que la huella de cada persona que trabaja en la dependencia quedó registrada en una base de datos para que cada vez que alguien, si está registrado, sólo debe poner su dedo en el lector, el software verifica si está autorizado para ingresar y le abre la puerta”.

Además del evidente beneficio de seguridad, García Ojeda manifestó que el lector tiene otras ventajas: “Se puede programar para que entregue un reporte estadístico de quiénes ingresan al departamento, la hora de entrada, cuándo llega la mayor cantidad de gente, etc. muchas posibilidades para generar reportes estadísticos. Para esta primera etapa, esa es la funcionalidad que está ofreciendo el sistema, la meta es extender el prototipo a otras dependencias de la Universidad; por ejemplo, en el Edificio de Ingenierías hay muchos de los laboratorios que deben permanecer cerrados por razones de seguridad cuando no se están usando, pero cuando uno tiene clase en ellos, muchas veces pierde tiempo buscando al vigilante para que lo abra, si aplicáramos este sistema en esos lugares, optimizaríamos su uso; y por otro lado, la Universidad tiene algo qué mostrar, pues en otras insttuciones y edificios utilizan las tarjetas de ingreso, pero aquí lo hacemos con control biométrico, algo parecido a lo que se ve en las películas y este prototipo es el punto de partida”.

Por su parte, el decano de Ingeniería de Sistemas señaló que el lector se puede aplicar en cualquier sitio. “Aún no tenemos nada concreto para instalarlo en más lugares de la UNAB porque aún estamos en periodo de prueba, pero el objetivo es implementarlo en aquellos espacios que tienen un gran flujo de personas y no hay alguien que controle su ingreso o salida. En el caso de Sistemas, ya las personas que laboran en este piso manifiestan que la situación ha cambiado mucho. Antes uno llegaba a la oficina y no era extraño encontrar a una persona vendiendo miel o dulces y uno no podía culpar a las secretarias porque ya bastante trabajo tienen para ponerse también a controlar el ingreso. Si alguien desea entrar en la base de datos sólo debe solicitar la autorización con la secretaria de la Facultad”.
Así lo corrobora el profesor García Ojeda. “Aún estamos en fase de prueba, debemos mejorar algunos detalles de generación de datos, en lo que ya están trabajando los estudiantes pertenecientes al Semillero de Investigación en Seguridad Informática; la idea es que cuando termine la fase de prueba, que la establecimos para este semestre, el siguiente paso es extenderlo a otras dependencias”.

Dijo que controlar el acceso de personas a un determinado lugar, es un primer paso en la contribución a incrementar la seguridad de la Institución.
Finalmente el profesor explicó que el dispositivo no requiere de un mantenimiento periódico. “Solo debe haber un flujo permanente de electricidad para que las conexiones funcionen; si se corta la energía eléctrica, pues la persona que desee ingresar simplemente debe reportarse ante la secretaria para que le abra”.

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