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La Constitución no hay que saberla, sino sentirla

Nov 9, 2006 | Institucional

Ella, al vuelo, le respondió que en su opinión no había que claudicar en el intento, porque en todo caso hay que seguir alimentando la hoguera.

Y es que la profesora Ramírez no sólo logró copar las sillas de la llamada Sala de Venezuela (Auditorio Casa UNAB), sino que mantuvo la atención de los 49 estudiantes, docentes, egresados y particulares que asistieron a su charla del pasado martes 31 de octubre, realizada en el marco de las tertulias que organizan la Asociación de Egresados, Aseunab, y el vicepresidente de la Junta Directiva, Alfonso Gómez Gómez.

Como punto de partida, Ramírez manifestó que la Carta Política es un manual de convivencia social que implica unos fundamentos éticos, los cuales no se encuentran en el texto del documento que adorna bibliotecas, sino en quienes la viven.

Constitución que está dirigida, según la profesora, a una sociedad colombiana que debe repensar su actitud de vida y efectuar sobre este “plan de vuelo” no una visión normativa, sino sustantiva. “Una sociedad que debe dejar atrás, por ejemplo, siglos de individualismo”, dijo.

También señaló que antes de la Constitución del 91, en el país prácticamente era un mandato que los ciudadanos fueran intolerantes, y aunque la nueva carta extendió una invitación abierta para que cada quien sea capaz de aceptar la diferencia religiosa, cultural y política, por ejemplo, “esta tarea nos ha quedado grande”.

Insistiendo en que Colombia debe evolucionar hacia una sociedad que no se queda en una democracia de papel, cuestionó el discurso de quienes aún afirman que “todos somos iguales”, lo cual es “como si a estas alturas tratáramos de hacerle creer a un niño que a este mundo lo trajo la cigüeña. ¡Hay que aceptar la diferencia!”.

Con su argumentación, que mantuvo sin pestañear al público, Ramírez lanzó frases provocadoras como que “tolerar no es aguantar ni poner la otra mejilla, sino aceptar” o que “la gracia de la Constitución no es saberla, sino sentirla, interiorizarla para convertirla en vivencia”, y la comparó con una rosa con espinas “que no atrae y a la vez nos repele”.

Vivir la UNAB dialogó con esta profesora que invitó a los jóvenes y mayores a que no miren la sociedad colombiana como un convento donde todo es pulcro y armonioso, “sino como el caos, porque el desorden es una realidad, así nos cueste trabajo enfrentar el caos y el conflicto que son propios del ser humano”.

“No le tengamos miedo a las utopías; tengámoselo a las certezas”, “y asumamos que hay un nuevo modelo de Estado”, exhortó Ramírez. Para leer la conversación completa, puede hacer clic aquí.

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