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La desnutrición causa alarma en Bucaramanga

Dic 15, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Sergio Augusto Sánchez
ssanchez7@unab.edu.co
Sobre el andén de la calle 38,entre carreras 36 y 37, el Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, realizó el levantamiento del cadáver de un hombre de aproximadamente sesenta años que murió repentinamente en dicho lugar.

En horas de la tarde de aquel lunes, los funcionarios de la morgue tenían listos los resultados de la necropsia elaborada por los médicos legistas del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La causa de la muerte: desnutrición.

Aunque el hombre que no pudo ser identificado, salvo con el título de indigente, falleció a causa de un ataque al corazón, su cuerpo presentaba todos los síntomas de una alimentación precaria y fue esto lo que finalmente, a juicio de los especialistas, lo llevó a la muerte.

Una verdad a gritos
A pesar de que esta historia de un muerto a causa del hambre puede parecer un caso aislado, no lo es. De hecho, en los archivos de Medicina Legal figuran al menos otros cuatro decesos ocurridos durante el 2006 por las mismas razones.
“Por lo general recibimos sólo muertes por causa violenta, de modo que no se suele llevar un registro detallado de los fallecimientos por desnutrición”, declaró un funcionario de la institución que prefirió no revelar su nombre.

“La mayoría de los pacientes que llegan acá presentan  cierto grado de desnutrición”, dice el médico Julio César Mantilla Hernández, director del Departamento de Patología y encargado de realizar las autopsias de la morgue del Hospital Universitario de Santander (HUS).

“La enfermedad es tan común que los médicos ya no la diagnostican ni la ponen en las historias clínicas, es muy difícil hacer un seguimiento estadístico de este tema”, añade.

En consecuencia, de las 112 autopsias llevadas a cabo por el médico Mantilla y sus colegas, aunque la causa de muerte fuera otra, revelaban en al menos 66 de los hombres y mujeres examinados que padecían desnutrición, 10 casos en niños menores de 12 años, 25 en hombres y mujeres de 30 a 50 años, y 31 casos en pacientes mayores de 50 años.  

Los niños son las principales víctimas
El problema nutricional no se observa únicamente en las morgues de la ciudad de Bucaramanga, sino que aparece en los estudios realizados por la Secretaría de salud y lo más preocupante es que los niños resultan ser los más afectados por este problema.

El Observatorio de Salud Pública de Santander (OSPS), ente encargado de la divulgación  de información en salud y violencia del Departamento, reveló que durante 2005, la Secretaría de Salud recibió datos de 45.484 niños y niñas menores de 12 años procedentes de 35 municipios de Santander y con base en esa población se calcularon los porcentajes de desnutrición.

En niños menores de 12 años, la prevalencia de desnutrición crónica es de 10,8%, la desnutrición aguda es de 4% y la desnutrición global es de 6,9%.

De la información del OSPS se destaca que los municipios en los cuales las prevalencias de desnutrición son más elevadas corresponden a los que tienen mayores dificultades socioeconómicas, entre ellos Puerto Wilches, Páramo y Mogotes (ver mapa).

Soluciones para “engañar el hambre”
En Santander, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) es el encargado de velar por la seguridad alimentaria de la población vulnerable con programas que ofrecen almuerzos y desayunos escolares, entre otros.

“La meta es que un país tan rico en recursos como el nuestro no sufra estos problemas porque la malnutrición, además de ocasionar retrasos en el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas, menoscaba la resistencia a las enfermedades infecciosas y puede llevar a la invalidez y la muerte”, afirma Gloria Liliana Rodríguez García, nutricionista del Enlace Regional para la Atención a Desplazados, del Icbf.

Por medio de un convenio con el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, el Icbf tiene la posibilidad de ofrecer dichos complementos alimenticios a los niños que carecen de una sana alimentación, y en especial a la población en situación de desplazamiento, que resulta una de las más afectadas.

“El desplazamiento forzado es un factor preponderante en el fenómeno de la desnutrición infantil debido a que afecta la economía campesina”, comenta Rodríguez García.

Sin embargo, estos esfuerzos no son suficientes porque no van a la causa fundamental que ocasionó la muerte de un hombre sobre el andén del barrio El Prado, y que para la nutricionista Rodríguez García es la siguiente: “Colombia es uno de los países que tiene una distribución de ingreso con menor equidad: el 10% de los hogares recibe el 40% de los ingresos totales, mientras que el 40% más pobre recibe el 12,3% del ingreso”.

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