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La etiqueta es más que usar bien el tenedor

Sep 18, 2006 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez
Paulina Buchelli de Cabanilla, además de directora del Departamento de Protocolo y Relaciones Públicas de la Universidad de Especialidades Turísticas, de Quito (Ecuador), es especialista en desarrollo personal, imagen social, etiqueta y protocolo.

Invitada por la Facultad de Administración Turística y Hotelera, Buchelli estuvo en la UNAB el 8 y 9 de septiembre dictando a 15 estudiantes el Seminario Etiqueta y Protocolo Empresarial, que la traerá nuevamente a la ciudad el 6 y 7 de octubre próximo.

“Un buen lugar para demostrar nuestra cultura, no digo formación, es la mesa. Cómo nos comportamos, cómo nos servimos los alimentos, cómo bebemos el agua, además de que la mesa es un lugar especial. Más allá del uso de la cubertería o de la cristalería, es cómo lo hace cada quien, cómo se invita a los amigos, cómo se recibe a una persona de afuera, cómo se es anfitrión y también cómo se responde cuando se es invitado, cómo se responde ante esa gentileza”, dice Buchelli.

¿Qué es la etiqueta y qué el protocolo? ¿es lo mismo?
Yo no los pondría juntos, porque una cosa es la etiqueta y otra el protocolo. Que se relacionan al final en el ceremonial, desde luego que sí, pero la etiqueta son todas aquellas normas universales que se llevan por costumbre, como el saludar, el pedir ‘por favor’, decir gracias, ser amable… El tratar de hacer de donde estemos, un lugar armónico y agradable para los demás.

El protocolo son todas aquellas normas de organización de actos públicos o privados. Es el cómo hacer, dónde ubicar a las autoridades, cómo se utilizan símbolos patrios, himnos, uniformes, condecoraciones… Es otro ámbito.

¿La etiqueta es para la gente que se cree de ‘sangre azul’ o cobija a los mortales?
Ese es un error que cometemos todos al creer que la etiqueta es clasista o elitista y no es así. He tenido el gusto de visitar lugares rurales de Colombia donde la gente es muy amable y utilizan las normas de etiqueta. No hay que estar en una gran ciudad o pertenecer a una familia de apellidos nobles para que nos interese la etiqueta. Si bien es cierto que tiene su inicio con la monarquía y los órdenes sociales, hoy en día no y todos estamos obligados a interesarnos por las normas de conducta social que van más allá del saber utilizar bien un tenedor con la mano derecha, sentarse o caminar adecuadamente e inclusive del vestuario y de todos estos temas aparentemente frívolos.

En el momento en que tratamos de hacer de nuestra casa un lugar tranquilo, donde los hijos respetan a sus padres, donde saludan, y hay reglas y acciones que se deben cumplir por parte de hijos y padres, estamos ante un tema de etiqueta.

¿Es posible pensar en el mundo de hoy en un profesional con muchos títulos pero que ignore la etiqueta?
Imposible, se le cierran todas las puertas. Ahora está en boga que los ejecutivos, sobre todo los hombres, tomen cursos de etiqueta y de imagen personal, porque esto les ayuda a cerrar de mejor manera los negocios. Con todo el tema del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la globalización, que nos obliga a negociar con extranjeros de latitudes tan diferentes –japoneses, árabes o europeos–, debemos conocer normas de sus países: cómo se comportan, cómo comen, qué está bien y qué no, cuáles son aquellas palabras claves que debemos manejar para comportarnos con ellos y eso es etiqueta.

Hay unos profesionales que tienen muchos títulos y conocimiento en su área, pero si carecen del mínimo sentido de comportamiento social pues el título no les abre puertas.

¿Riñen la etiqueta y la cultura de un determinado lugar?
La etiqueta está dentro de la cultura, que es un término tan amplio, que abarca tantas cosas. La etiqueta es tratar a los demás como cada quien quiere ser tratado, y jamás va a estar en discordancia con la cultura de un país. Como latinoamericanos o como ciudadanos del mundo todos tratamos de ser amables, y eso es la etiqueta: compartir con cordialidad.

¿La etiqueta admite lo artificial, la plasticidad de ciertas personas?
Cuando alguien se comporta en el ámbito de la etiqueta y es artificial, se nota y cae pésimo. El dedo meñique alzado al beber, por ejemplo, no es un término de etiqueta. Cuando una persona conoce las costumbres y los usos de la cultura de un pueblo está dentro de la etiqueta. En mi país, si me voy a visitar a una comunidad en la montaña, posiblemente tenga que comer con las manos, pero eso no significa que sea una persona menos educada o menos culta que alguien que está en una ciudad y que tiene una mesa llena de cubertería, que probablemente ni siquiera sabe para qué se utiliza.

¿Para alguien que no tenga idea de etiqueta mencione tres principios que no se pueden violar?
Primero, el manejo de la imagen, la pulcritud es esencial. Cada quien debe estar limpio, que se vea ordenado. Segundo, nunca dejar la sonrisa en la casa porque una sonrisa abre puertas a donde quiera que uno vaya, y así no hablemos el idioma del lugar, una sonrisa nos ayuda. Tercero, no olvidarnos de lo básico, del ‘por favor’, del ‘gracias’, del ‘permiso’, del ‘es un gusto estar con usted’, sin ser falsos o mentirosos, pero auténticos.

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