La forma en la que vivimos y trabajamos ha cambiado de manera significativa. Para muchos la casa se ha convertido en la oficina y en su lugar de descanso, por eso es importante poner límites entre la vida personal y laboral para evitar problemas de salud más adelante y no sentirnos saturados.
A continuación, les compartimos algunas recomendaciones que pueden tener en cuenta en el día a día:
- Mantener un balance: trata de conciliar entre tu vida personal y laboral sin dejar a un lado ninguna actividad. Esto servirá para tener un equilibrio tanto físico como mental.
- Fijar un horario y cumplirlo: pensar que se tiene todo el día para realizar las tareas es un error. Se recomienda agendar todas tus actividades y hacer una lista de prioridades que desarrollarás durante el día.
- Tener en cuenta las actividades que no incluíamos en la jornada laboral antes de la cuarentena, como compartir los quehaceres domésticos, preparación de alimentos y cuidado de los hijos, que también están en casa.
- Programar horarios de descanso en medio de las actividades para prevenir el dolor muscular, el cansancio y la resequedad visual, para disminuir el estrés y mejorar la circulación, la concentración y la postura.
- Respetar el horario laboral como si asistieras a la oficina te permitirá poner un límite, propiciar espacios de descanso y mantener la eficiencia.
- Cuidar tu alimentación te ayudará a sentirte más enérgico durante tus jornadas.
- Disfrutar del tiempo libre y desconectarte después de haber trabajado durante la jornada laboral y de casa, te hará sentir más tranquilo. Procura compartir en familia y/o realizar otras actividades como hacer ejercicio, meditar, escuchar un concierto, jugar, entre otras.
- Relajarse: esto aplica para los dos ámbitos ya que si en el afán de acabar rápido una tarea empiezas a estresarte, esto influirá directamente en tu productividad.
Recuerda que conciliar no implica hacer menos; sino equilibrar las tareas de una manera diferente. La falta de organización en tu rutina y el incumplimiento de un horario establecido pueden generar estrés, ansiedad, baja productividad así como desencadenar problemas de salud derivados de una mala alimentación o falta de descanso.