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La noticia hecha arte

Sep 12, 2011 | Institucional

Por Javier Sandoval Montañez
El domingo 11 de septiembre se cumplieron 10 años de los atentados a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Ese día, el profesor Guillermo León Aguilar Roldán, maestro de todas las generaciones de periodistas egresados de la UNAB terminó de colgar las obras creadas por él que conforman la exposición “10 años de una pesadilla”, que se abre al público a partir del lunes 12, en el tercer piso del Bloque D.

Esta serie de imágenes alusivas a los hechos ocurridos hace una década busca “en la superficie de un lienzo, un lugar común entre la pintura y la noticia escrita en papel y pretende atrapar la fugacidad del momento para hacerlo perdurable”, según las palabras de Aguilar Roldán.

Las once piezas en técnica mixta incluyen óleo, polvillo de mármol, escombros del World Trade Center, recortes de periódicos y revistas. Al lado de cada cuadro se exhiben primeras planas de periódicos de diferentes países con el registro del que se considera el más grave atentando terrorista contra los Estados Unidos. También aparecen freses o reflexiones en torno a lo que significó ese hecho para algunos columnistas y analistas. Acompaña la exposición el texto del ensayo de José Saramago “El factor Dios”.

Con algunas variaciones, ésta es una réplica de la exposición que el propio Aguilar había hecho en 2002 al cumplirse el primer año del ataque en los Estados Unidos. Sin embargo como lo manifiesta el periodista y pintor, “una cosa es la gente que vivió de cerca en el tiempo el hecho, a estas nuevas generaciones que eran apenas unos niños cuando ocurrieron los atentados. Vamos a ver cómo reaccionan”.

¿Qué estaba haciendo el 11 de septiembre de 2001, al momento del ataque a las Torres Gemelas?
Estaba en clase de Periodismo, con estudiantes de cuarto semestre.

¿Cómo se enteró de la noticia?
Había transcurrido como media hora de la clase, cuando irrumpió en el salón el periodista Pastor Virviescas. En secreto me dijo que un avión se acaba de estrellar contra una de las torres gemelas. Él salió y yo continué con la clase. A los 20 minutos regresó y me dijo lo del otro avión. Ya en ese momento, la situación cambia totalmente, pues ya no se trataba de un accidente como se creía en un principio. Les paso la noticia a los estudiantes y les doy tareas por grupos para analizar cómo informaban los medios sobre el hecho.

¿Recuerda qué sensación tuvo al ver las imágenes?
Desde el punto de vista del acontecimiento como tal, pensé que sería un evento que iría a marcar la historia de la humanidad. No podía creerlo cuando vi las imágenes por televisión. Era una situación a la cual no podía darle crédito. Era el preámbulo de un conflicto internacional, de una tercera guerra mundial. Desde el punto de vista periodístico, una frustración muy grande. Quién no quisiera estar en un medio al frente de una edición extraordinaria sobre un acontecimiento como éste.

Resulta obvio pensar, entonces, que es esa frustración como periodista que ya no está en un medio, la que lo lleva a pintar sobre el tema.
En parte, esa frustración es la que me lleva a pensar que si esto ya no fue conmigo, si ya no puedo estar al frente de esta edición, qué más puedo hacer desde otra mirada. Y en una de esas sesiones de seminario docente que a veces son un poco aburridas me puse a echar unos primeros trazos en la agenda, a la vez que por mi afinidad con el arte, por lo que representa una obra de arte y por mi formación como periodista pensaba: una de las características de la noticia es su fugacidad, mientras que el arte tiene permanencia; por qué no fusionar estas dos cosas.

¿De ahí es de donde sale el término que usted utilizó para describir su obra: news-art?
Yo buscaba palabras para tratar de describirlo. Lo que pretendía era la noticia como pretexto artístico. Era jugar con eso: que la noticia, contrario a su fugacidad, tenga permanencia en el tiempo. Eso me satisface mucho, porque de alguna manera al hacer la exposición 10 años después se está reforzando ese concepto. Esos cuadros que se expusieron con motivo del primer aniversario, recobran vigencia con el pretexto de un aniversario importante. Lo que en periodismo llamaríamos recobrar actualidad.

¿Desde el comienzo lo visualizó como una serie? 
Yo pensaba en un cuadro, en tener uno para mi casa, pero después, con la magnitud de la tragedia, con la lectura de libros, de revistas, vinieron otras luces y la inquietud de realizar una serie que recogiera distintas facetas de esa tragedia que desembocaran en una propuesta artística.

¿Cómo fue el proceso de la creación?
Aquí intervienen muchos factores. Uno de ellos es que en enero de 2002 llegó a mi casa un ex alumno (Pablo Emilio Buitrago), quien me trajo algo que pensó me podría interesar como material para mis clases. Él había estado en un encuentro de periodistas en Estados Unidos el día de los atentados. Al otro día se dio a la tarea de comprar periódicos, para ver cómo habían registrado el hecho. Todo ese material me llevó a trabajar con las primeras planas de los periódicos que aparecen en los cuadros. A eso se suma que otro compañero que viajó a Estados Unidos a quien le encomendé algo del lugar de los atentados, me trajo un trozo de la mampostería. De ahí surge la idea de ponerle pedacitos de ese material en los cuadros donde se registra el desastre y ese es otro elemento que uso dentro de la técnica del collage.

Para el primer aniversario de los atentados, en septiembre de 2002, la exposición la conformaban 11 cuadros, ahora expondrá las mismas obras?
El cuadro “El más buscado”, en el que aparece Ben Laden, le he hecho una reforma, como para darle actualidad por la muerte de este personaje. Y hago un nuevo cuadro que se va a llamar “¿Recogiendo el terror?”, en el que le hago un homenaje a (José) Saramago, y que puede resultar controversial.

¿Por qué controversial?
Por el contenido religioso. Le hago un homenaje al ensayo de Saramago “El factor Dios”, en el que se plantea que si bien se trata de un acto terroristas, éstos se han cometido muchas veces a nombre de Dios.

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