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La obesidad infantil no es un problema de estética

Mar 26, 2007 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Andrea Lara Villamil
alara2@unab.edu.co
Cuando Luisa Fernanda Cortés* empezó a notar que a su hijo Mateo Carmona*, de 7 años de edad, le quedaba pequeña la ropa que había comprado un mes antes de usarla, tuvo dudas en cuanto a la evolución en el cambio físico que estaba presentando su hijo.
 
“En un principio no le di mucha importancia al tema, es más, no sabía que era una mal que con el tiempo podía volverse grave, hasta que un día vi en un noticiero lo difícil de manejar la enfermedad si no se daba un tratamiento adecuado y a tiempo”, explica.

La obesidad en niños y adultos puede definirse como la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, que si no se previene a tiempo, causa alteraciones como: dificultad para respirar, ahogo, interrupciones en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos, trastornos en la piel, sudoración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, trastornos menstruales en las mujeres y mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes, cáncer y enfermedad de la vesícula biliar, entre otros.

Un niño se considera obeso cuando su peso sobrepasa al 20% del ideal. En estudios realizados en Estados Unidos y países europeos él número de obesos se ha multiplicado (5,1 % en niños y 4,4 % en niñas) debido a un cambio de hábitos alimenticios, sobre todo en el consumo de grasas y una notable disminución en la actividad física.

De los niños que comienzan con una obesidad entre los 6 meses y siete años de vida, el 40% de ellos serán adultos obesos y de los que presentan sobrepeso entre los 10 y 13 años las probabilidades son 70%, porque las células que almacenan grasa  se multiplican en esta etapa de la vida, por tanto aumenta la posibilidad de que el niño obeso sea un adulto obeso.

Causas
Las causas de la obesidad no son del todo precisas, pero existen múltiples factores para la aparición de esta enfermedad, especialmente se deben considerar aspectos biológicos y alimenticios. El primero se presenta por la acumulación de grasa en cada individuo, según su constitución y de acuerdo a lo heredado de sus padres. El segundo se refiere a la nutrición desproporcionada, debido al consumo excesivo de calorías, es decir de alimentos ricos en grasa y harinas o a una disminución en la utilización de las mismas, generan irregularidad en el metabolismo, causando así, aumento en la masa corporal del paciente.

El médico Ricardo Villamil, aclara: “El manejo de la obesidad debe ser supervisado por un médico especialista en la materia. Es importante hacer un seguimiento a la historia clínica, con el fin de encontrar posibles enfermedades que puedan estar contribuyendo al exceso de peso del niño. Además se debe realizar un examen físico y psicológico completo para así determinar  la situación del paciente”.

Pero no sólo las complicaciones de salud son el eje central de la obesidad. El niño, puede presentar conflictos psicológicos como, problemas familiares, baja autoestima, rechazo por una disminución en la actividad física y discriminación por parte de sus compañeros.

¿Cómo valorar a un niño con sobrepeso?
El índice de masa corporal (IMC), medido al menos una vez al año, es una buena manera de diagnosticar el desarrollo de la obesidad en un niño, como lo plantea el Instituto Francés para la Salud e Investigación Médica. El IMC tiene la ventaja de contabilizar tanto la altura como el peso del individuo. En la práctica, señala si un niño está ganando demasiado peso para su altura.

El incremento de peso, es decir, el aumento de volumen corporal puede asociarse a enfermedades como: diabetes, insuficiencia cardiaca, hipotiroidismo y a conductas como: sedentarismo y la hipo actividad.

Sin embargo, el Departamento de Nutrición de la Universidad Nacional, en el último simposio realizado en Bogotá el 9 de marzo pasado, discutió la importancia de la medición de la obesidad basada sólo en el índice de masa corporal, como único dato para determinar este problema de salud.

En su ponencia, Doris Ramírez, directora de ese Departamento, mostró que luego de una investigación con las familias de Engativá (Cundinamarca), municipio en el que el 34,6% de la población posee sobrepeso y 14,4%, obesidad, se observó que el IMC “no resultó ser tan preciso para determinar el exceso de grasa que es el primer aviso de problemas futuros”.
Por lo tanto, los estudios médicos vienen proponiendo el uso de técnicas más exactas como la composición de agua y grasa en distintas partes del cuerpo.

Tratamiento
Una dieta balanceada, baja en calorías, el  aumento del ejercicio físico y la modificación de la conducta, siguen siendo la base para el manejo de la obesidad. La nutricionista Liliana León recomienda: “En los niños deberá preferirse las comidas ricas en verduras y frutas, motivándolos permanentemente con explicaciones y consejos sobre la importancia de una alimentación sana”.

Agrega que deben estimularse los cambios en el estilo de vida y el incremento de la actividad física de toda la familia. Evitar la mantequilla, margarina y demás productos para untar. Reemplazar los alimentos fritos, por alimentos cocidos al vapor, al horno o a la brasa. No consumir carnes gordas. Retirar los embutidos y productos de salsamentaria. Consumir más verduras y frutas.

Liliana León sugiere que en lo posible, se reemplacen las  harinas (pan, arroz, papa) y las golosinas por verduras como las espinacas, el apio, la berenjena y consumir frutas como naranjas, peras, manzanas, mandarinas, papayas y melones. No se recomienda suprimir las comidas, simplemente se deben ingerir cantidades moderadas de alimento, en vez de comidas muy abundantes y pesadas.

Es así, como la obesidad es más que un problema estético, pues su presencia puede presentar serios riesgos para la salud de los afectados. Lo más recomendable es que los padres se documenten al respecto con la finalidad de prevenirla. Algunos padres piensan que la obesidad no es una enfermedad y que no hay que tratarla cuanto antes. Es importante hablarlo con los hijos y consultar con un especialista.

Medición de obesidad:
Se hace usando las medidas de peso y talla comparadas con las tablas ajustadas a la edad y genero del menor, por esta razón el diagnóstico es más complejo que en los adultos e idealmente deberá hacerlo el médico pediatra o de adolescentes.

La siguiente es una tabla del índice corporal normal para niños.

Edad (años)

Niño

Niña

2

16,4

16,4

3

16

15,7

4

15,7

15,4

5

15,5

15,1

6

15,4

15,2

7

15,5

15,5

8

15,8

15,8

9

16,1

16,3

10

16,3

16,8

11

17,2

17,5

12

17,8

18

13

18,2

18,6

14

19,1

19,4

15

19,8

19,9

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomado de:http://www.obesidad.net/spanish2002/default.htm

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