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La tensión entre asistencialismo y educación Inicial

Ago 1, 2010 | Institucional

Desde los inicios de la Educación inicial se observan dos tendencias, una llamada comúnmente asistencialista y otra con una orientación más pedagógica. Estas dos tendencias serán comunes a la gran mayoría de países de América Latina, incluso se registra en algunos países europeos. La primera considera que los aspectos de alimentación, cuidado e higiene serán lo más importante en la atención de niños y niñas y la segunda incorporará la idea de que los niños de estas edades requieren empezar sus procesos educativos o formativos. Esta diferencia estará desafortunadamente marcada por la clase social de los niños que se atienden, es decir, los modelos asistenciales serán más propios de las instituciones que atienden niños de las clases bajas o sectores pobres de la población, o sea las instituciones oficiales. Esta tendencia está acompañada con la idea de que la atención a las necesidades básicas y la formación de hábitos es lo prioritario para estos sectores. Lo anterior está ligado a la idea de pobreza como un problema individual y no como un problema de la misma estructura de la sociedad.

Los modelos pedagógicos por el contrario, serán más propios para la atención de las clases medias y altas de la población y allí se considera que los aspectos de atención y cuidado los satisface la familia y la institución educativa tendría que concentrarse en aspectos de índole pedagógico. Estas ideas sostienen la fuerte diferenciación y discriminación social entre sectores que nuestra sociedad incluso hoy en día mantiene.

Ahora bien, esta diferenciación entre asistencialismo y trabajo pedagógico es uno de los problemas más sentidos en la educación de los primeros años y aunque desde luego se sabe que esta tensión es más compleja de cómo aquí se está señalando, no se puede desconocer, como se ha mencionado con anterioridad, que para las instituciones públicas de bienestar ha existido una intencionalidad e incluso orientaciones precisas para que el aspecto pedagógico se complemente con los aspectos de cuidado. En este sentido, se comparte la idea de Malajovich (2000) cuando plantea que la diferencia está más en la intencionalidad de las actividades que en las actividades mismas, elemento fundamental a tener en cuenta en la formación de los maestros y maestras.

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