Las basuras, aún sin destino definido

Ago 15, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Édgar Alfonso
ealfonso@unab.edu.co
No es nuevo el anuncio de que el relleno sanitario El Carrasco debe clausurarse
en menos de un año. Desde hace por lo menos tres, la Corporación
para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) ha hecho la misma advertencia.
Pero esta vez el asunto es inaplazable, según afirma la investigadora
Consuelo Ordóñez de Rincón, quien lideró un estudio
de la Universidad Industrial de Santander (UIS) para definir un plan de gestión
de residuos para el Área Metropolitana.

Según ella, lo urgente no es sólo encontrar antes de julio del
año entrante un nuevo botadero de basura, sino definir cómo deben
operar las 7 empresas que prestan el servicio de aseo y promover el reciclaje
para reducir la cantidad de basura que albergará el nuevo relleno.

“La discusión se ha ‘carrasquizado’ y eso es muestra
muy evidente del ‘cortoplacismo’ que manejamos en esta ciudad. El
debate se ha limitado al cierre de El Carrasco, pero ese no es el verdadero
problema. La visión que tiene el Plan de Gestión Integral de Residuos
Sólidos es una propuesta de desarrollo distinta, oportunidades de desarrollo
tecnológico, generación de valor agregado con actividades como
el reciclaje, oportunidades de empleo e incluso una cultura ciudadana distinta”,
sostiene la investigadora.

Según Juan Nicolás Manrique Sánchez, director de la Empresa
Municipal de Aseo de Bucaramanga (Emab), el problema ambiental es grave porque
la cantidad de desechos que llegan a El Carrasco ha pasado de 17 mil toneladas
al mes hace dos años, a 21 mil en la actualidad y sólo un 2.5%
de la basura se recicla. “No se trata solamente de implementar un sistema
de disposición final de residuos, sino la posibilidad de reciclar o hacer
compostaje (producción de abono con ayuda de lombrices). También
es importante la comercialización de lo que se pueda reciclar: una cooperativa
de reciclaje no puede apostarle a una producción seria si no tiene una
empresa que le compre, de manera que debe haber voluntad del sector empresarial”,
expresa Manrique Sánchez.

A esto, Consuelo Ordóñez agrega: “No podemos seguir creyendo
que la solución es tener un relleno sanitario a 500 kilómetros
de la ciudad para que no nos llegue el olor que emitan los residuos. Debemos
tener la capacidad de evaluar otras posibilidades de manejo de residuos”.

El foco del debate
Pero hay un punto de la discusión que podría echar a perder el
Plan: “Ningún Municipio quiere tener un relleno sanitario en su
territorio”, como lo afirma el Alcalde de Piedecuesta.

Según el estudio de la UIS, los lugares más adecuados para establecer
el futuro relleno son, en orden de idoneidad: la cárcava 2 de El Carrasco
(lugar de futura expansión del actual sitio de disposición final)
y las veredas Chocoa o Chocoíta, Ruitoque o La Ruitoca y Peñas,
todos ellos en jurisdicción de Girón, pero la Alcaldía
de esa localidad se opone a que los desechos se almacenen allí.

“Girón es la cloaca del Área Metropolitana y la compensación
ambiental ha sido realmente nula. Por eso el Alcalde propuso someter la decisión
a consulta popular”, afirma Alba Vargas Buitrago, gerente del Instituto
Mi Río de Girón.

“Ni los campesinos de Girón ni los ambientalistas queremos que
el relleno quede ubicado en La Ruitoca o Chocoíta porque son despensas
agrícolas. Un relleno sanitario en la zona provocaría que los
cultivos se contaminaran por las lluvias ácidas que produce la basura”,
expone Mauricio Mesa Blanco, asesor del programa Agenda Regional de Paz de la
Corporación Compromiso.

Además, hay quienes sostienen que El Carrasco no debería considerarse
como posibilidad por los problemas ambientales que ha generado a las comunidades
cercanas. “Si la situación no se hubiese transformado como ocurrió,
creo que El Carrasco sería un sitio idóneo”, manifiesta
el director de la Emab, “porque hay vías de acceso, es cercano
y tiene las condiciones técnicas necesarias. Pero lamentablemente las
ciudades crecieron y lo hicieron hacia él. En este momento esa zona se
está urbanizando, por lo que tener un relleno allí sería
perjudicial para la población”.

Ante esto, Consuelo Ordóñez responde que “el rechazo se
debe a que la gente piensa en El Carrasco pero cualquier sitio que se escoja
no puede ser así. Tiene que haber un sistema con una rigurosidad técnica
extrema, que contemple la impermeabilización del relleno sanitario, el
manejo de los lixiviados y el control de los gases que produce la basura. Además
hay que pensar en un ‘blindaje’ social y financiero”.

El plazo para decidir a dónde irá a parar la basura de la ciudad
es de 4 meses, que empezaron a contarse desde el 12 de julio, cuando la Cdmb
expidió una resolución al respecto.

Algunos dicen que la discusión y los trámites pueden impedir
que El Carrasco tenga un reemplazo antes de su clausura, programada para el
30 de junio de 2006. Otros manifiestan lo contrario: “En ese tiempo se
pueden hacer los tramites pertinentes. Se han hecho estudios ambientales en
8 meses para cosas mas grandes. Darle más tiempo es agrandar el problema”,
asegura Mauricio Mesa Blanco.

Según el director de la Emab, los alcaldes deben entender que trasladar
el problema a otras zonas del Área Metropolitana, con los problemas de
manejo que tiene El Carrasco, no es la solución, porque en varios años
la ciudad tendrá el mismo problema ambiental.

 

Solución a largo plazo
El Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos tardaría
15 años en ejecutarse. Hasta el 2007, las metas son mantener la cantidad
de residuos que la ciudad produce en la actualidad, mitigar los efectos ambientales
y organizar las actividades de reciclaje y compostaje (producción de
abono con ayuda de lombrices).

La segunda fase iría hasta el 2014, con el objetivo de disminuir un
28% la cantidad de residuos que lleguen al relleno sanitario. La última
etapa se extendería hasta el 2019 y su principal meta sería reducir
un 42% los materiales que lleguen al sitio de disposición final.

El proyecto también contempla la posibilidad de reorganizar la manera
como las 7 empresas de aseo del Área Metropolitana prestan sus servicios.
En la actualidad, las empresas compiten libremente por la captación de
usuarios, pero las quejas de los usuarios y las multas millonarias en contra
de algunas de ellas por competencia desleal confirman la falta de un sistema
más efectivo.

Según el grupo de expertos del Plan, lo mejor es establecer áreas
de servicio exclusivo, de modo que las empresas competirían por ganar
el derecho de prestar el servicio de aseo en ciertas zonas de la ciudad.

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