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Las víctimas deben tomar el timón

Abr 28, 2008 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Pastor Virviescas G?mez
pavirgom@unab.edu.co

Cada vez que denuncian la barbarie cometida en Colombia, sus enemigos agazapados en la sociedad y hasta en el mismo Gobierno saltan a descalificarlos. Los han tratado de sesgados, miopes y llamado intrusos, pero los funcionarios de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos no declinan en su tarea de que es imperativo esclarecer la verdad, de que reine la justicia y que se detengan de una vez por todas los r?os de sangre que han ba?ado a este pa?s.

Su delegado Javier Hern?ndez Valencia, estuvo en Bucaramanga el 22 de abril presentando el informe sobre la situaci?n de los derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario en Colombia durante el a?o 2007.15 entrevist? a este hombre preocupado porque Colombia no de un resbal?n ?hacia c?rculos adicionales del infierno que Dante no hab?a previsto?.??

?Hasta cu?ndo los medios de comunicaci?n y los colombianos seguir?n m?s preocupados por la suerte de Macaco que por el dolor y la reparaci?n de viudas y hu?rfanos?
Ese es un esfuerzo que es la constante del trabajo y el norte de los derechos humanos en este pa?s. Dec?a monse?or (Arnulfo) Romero (arzobispo de San Salvador asesinado por los militares y la extrema derecha) que es darle voz a los que no tienen voz. Lo impresionante es que en este pa?s las voces de las v?ctimas tuvieron su lugar y su momento, pero fueron 15 segundos y luego se pas? a otro eje de atenci?n. Las v?ctimas han denunciado de manera constante, clara, cruda, lo que pas? en todos estos a?os de oleadas y ofensivas paramilitares y es reci?n ahora que los propios paramilitares hablan de sierras el?ctricas, culebras, fosas comunes, que empezamos a tomar en serio cosas que siempre fueron serias y reales. ?Hasta cu?ndo? Las campanas est?n sonando para que ese cambio empiece a producirse. Las v?ctimas mismas se est?n movilizando, algunos pol?ticos est?n tomando eso como bandera, algunas instituciones est?n sensibiliz?ndose m?s y est? el hecho contundente, innegable, de que la Ley 975, de Justicia y Paz, no est? dando por ahora los resultados que se hab?an esperado sobre justicia, verdad, reparaci?n y garant?as de no repetici?n.Entonces darle la voz a las v?ctimas es tambi?n revolucionar, cambiar aquello en lo cual nos metimos desde hace tres a?os y que hoy necesita ser revisado, reconfigurado y poner a las v?ctimas en el centro de todas las pol?ticas p?blicas.

?Esta es una tarea solamente de Naciones Unidas y de las ONG a las que tanto teme el Gobierno?
Ser?a un error pensar que es una tarea que viene desde fuera. La salud del pa?s exige que as? como Colombia se dota de una Constituci?n que proclama el Estado social de derecho, tambi?n es una cuesti?n de humanidad m?nima que la sociedad en su conjunto se de cuenta que el dolor de las v?ctimas no es un asunto del pasado, sino que llama a esc?ndalo por no haber tenido la velocidad de respuesta y de implementaci?n de pol?ticas p?blicas que los atiendan.

?Sienten que est?n arando en el desierto?
Pues arar en el desierto todav?a tiene cierta esperanza. Hay desiertos que se han convertido en vergeles; hay desiertos en los que con paciencia y con goteo se ha logrado hacer reverdecer. Esa es nuestra esperanza. De todas maneras es mejor arar en el desierto que arar en el mar.

?La dificultad est? en el dinero o hay algo m?s de fondo?
No es un problema de recursos. El dinero siempre ser? escaso hasta en las sociedades desarrolladas. El problema es de concepci?n de las pol?ticas p?blicas. Uno puede tener un pa?s muy empobrecido, y lo hemos visto en lugares y geograf?as mucho m?s pobres que Colombia, pero el tema ha sido darles voz y dignidad a los protagonistas principales del proceso. Por ejemplo, la econom?a guatemalteca no puede producir los recursos ni siquiera en escala que produce la econom?a colombiana, y sin embargo el proceso de reparaci?n para su conducci?n pol?tica se ha puesto fundamentalmente en manos de las organizaciones de las v?ctimas.Hay ideas, lecciones aprendidas, mejores pr?cticas que pueden iluminar la toma de decisiones pol?ticas que a veces aqu? se piensa con recelo c?mo darle todo el poder a las v?ctimas y, al contrario, de eso tal vez se trata. De darles el poder de dirigir, ilustrar y marcar hacia d?nde va el proceso.

?Es la ONU una piedra en el zapato para el Estado colombiano que se niega? a reconocer su responsabilidad en tantos cr?menes?
El Estado de Colombia, en ejercicio de su plena soberan?a ha adherido y ratificado a instrumentos internacionales de protecci?n y defensa de los derechos humanos. Estas son decisiones que el pueblo colombiano, a trav?s de sus autoridades leg?timamente electas, ha tomado a lo largo de d?cadas, y el hecho mismo de que el Gobierno haya decidido renovar por tres a?os m?s el mandato de esta oficina en visita que realizara en septiembre pasado la Alta Comisionada de la ONU y haber sido recibida por el propio presidente de la Rep?blica, as? como por altos signatarios civiles y militares, lo que muestra es que m?s que ser una piedra en el zapato somos una herramienta de cooperaci?n, de la cual el pa?s ojal? pueda seguir sacando provecho en los tres a?os de mandato renovado que tenemos por delante.

?El nombre de ?guilas Negras qu? le dice a la ONU?
Lo mismo que nos dir?a el Bloque Centauros, el Bloque Catatumbo o las Autodefensas Unidas de C?rdoba y Urab?; no es el nombre, es el proceso. En los procesos en los cuales estamos m?s preocupados ahora, independientemente de c?mo los llamemos, lo que encontramos es que se sigue victimizando a poblaci?n civil, a personas que son neutrales en el conflicto armado, e inclusive a personas protegidas, como combatientes que no est?n en situaci?n de combate. La alerta es permanente en este pa?s para que no resbalemos y caigamos en la total deshumanizaci?n y deterioro del conflicto armado interno.Mientras no tengamos, m?s all? de los constantes compromisos del Gobierno y su adhesi?n a pactos internacionales, pr?cticas concretas de sujeci?n y respeto a las normas del Derecho Internacional Humanitario por los actores armados, sin importar su color pol?tico u orientaci?n, lo que vamos a tener es el peligro permanente de un resbal?n hacia c?rculos adicionales del infierno que Dante no hab?a previsto.

?C?mo ve su Oficina las amenazas de los paramilitares contra personas que est?n trabajando en el Laboratorio de Paz del Magdalena Medio?
Hemos visto los esfuerzos del Laboratorio de Paz y del Programa de Paz y Desarrollo del Magdalena Medio desde sus or?genes, los hemos acompa?ado, y este es un momento triste y delicado. Hay que tomar con mucha prudencia el que gente que resisti? en momentos de mayor riesgo y presencia paramilitar, est? ahora d?ndonos una se?al sobre algo que mucha gente cree que ya no est? presente o no est? operando. Son ellos quienes tienen el pulso m?s directo de lo que est? pasando en la regi?n y esta es una se?al de enorme alerta que no debe ser pasada por alto ni por las autoridades regionales ni nacionales.

?Ser? que los colombianos ya perdieron su sensibilidad hacia el dolor de las v?ctimas y todas las secuelas que han dejado m?s de 40 a?os de conflicto armado interno y entonces es mejor cerrar este cap?tulo para empezar a pensar en asuntos m?s superficiales?
No creo que eso sea real. La capacidad de indignaci?n est? presente, como la fortaleza de gente joven que se sigue comprometiendo en el trabajo de defensa de los derechos humanos. Tambi?n est? la persistencia y valent?a de activistas de derechos humanos, de funcionarios judiciales, fiscales, jueces, miembros de los organismos de investigaci?n que tienen compromiso y no cejan en ?l. Hay que ver con optimismo el que esos contingentes no desaparezcan, a?n cuando hayan estado sometidos a literales campa?as de presi?n y en algunos casos de muerte. Esos contingentes se est?n renovando y eso es lo importante para el pa?s.??

Decreto excluyente

El Gobierno nacional acaba de reglamentar el programa de reparaci?n individual por v?a administrativa y la ?nica persona que dentro de la Comisi?n Nacional de Reparaci?n (Cnrr) vot? en contra es Patricia Buritic? C?spedes, directora de la Alianza Iniciativa de Mujeres por la Paz-IMP.

La comisionada mostr? su desacuerdo porque considera que no se garantiza el derecho integral de los derechos de las v?ctimas, ?en contrav?a del postulado de la Comisi?n, ya que se constituye solo como indemnizatoria?.

Seg?n Buritic? C?spedes, el programa de reparaci?n no se construy? con las v?ctimas ni tuvo en cuenta su opini?n,? y las consultas sociales fueron un ejercicio informativo para las v?ctimas pero no deliberativo. Adem?s? no se tuvieron en cuenta los criterios de reparaci?n? y de proporcionalidad restaurativa, donde se tendr?a presente? el patr?n de la violaci?n y su gravedad, el perfil de los beneficiarios, la capacidad institucional y la disponibilidad financiera.

?El decreto est? concebido bajo una pol?tica de exclusi?n, reflejada en la ausencia de medidas para las v?ctimas de delitos contra el patrimonio y la propiedad, las v?ctimas de Estado, y las v?ctimas? que con posterioridad a la expedici?n del decreto quieran hacer valer? su derecho a la reparaci?n? por la v?a administrativa. Un hecho expreso de exclusi?n a este n?mero de v?ctimas, deslegitima un proceso de reparaci?n con miras a la reconciliaci?n y la paz?, asegur? la comisionada.

Tambi?n dijo que el conjunto de medidas de restituci?n, rehabilitaci?n, satisfacci?n y garant?as de no repetici?n son enunciados generales que dejan una expectativa de formulaci?n por parte de la entidad responsable. No se expresa? la medida espec?fica, ni el mecanismo? concreto para ejecutarla.

Por ?ltimo, manifest? que en el caso de las v?ctimas del desplazamiento, el programa se limita a un subsidio solidario de vivienda que adem?s est? condicionado dentro de un programa estatal.

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