El 23 de junio de 2016 se firmó en La Habana, Cuba, el acuerdo sobre “Cese al fuego y de hostilidades bilateral definitivo y dejación de Armas”. Se avizora a lo lejos la llegada de la anhelada paz para Colombia, pero falta definir la fecha del fin del conflicto el sellamiento de todos los acuerdos que se logren y la finalización del proceso de entrega de armas y desmovilización de guerrilleros así como su inserción en la vida civil, si bien nos va diciembre podría ser la fecha propicia para finalizarla, lo cual nos llena de alegría y de esperanza en el futuro, sin embargo es necesario repensar algunos aspectos que ha dejado esta guerra fratricida:
1. ¿El boleteo que sufrimos los colombianos a manos de la guerrilla de las Farc-EP y otros grupos guerrilleros, pasara a ser un boleteo oficial? Hay necesidad de recoger recursos suficientes para desarrollar los acuerdos alcanzados, para ello es imperioso impulsar una reforma tributaria estructural que le permita al Estado obtener recursos para compartir con los nuevos actores en la política local.
2. Debe hacerse una reforma profunda de las pensiones laborales que los trabajadores aportan por su labor diaria, para vincular nuevos beneficiaros desde el congreso, pasando por asambleas, consejos municipales, originados por los acuerdos.
3. Es necesario incorporar a la rampante corrupción que vivimos nuevas caras con puestos, dádivas, y sobre todo contratos que desarrollen los negocios ilícitos que manejaban.
4. Se incorporan a la vida civil al menos 50.000 personas que requieren trabajo, casa de habitación, alimentación, educación a todos los niveles, y salud, que van a llegar a las ciudades. Bien decía el señor presidente que las Farc-EP irían a hacer la guerra a las ciudades.
5. Las expectativas de crecimiento económico que se habían proyectado con la paz, se ven afectadas por la situación actual y futura de los mercados internacionales, el precio del petróleo y la caída de los commodities.
¿A todas estas el pueblo colombiano tendrá que pagar y seguir sosteniendo esta situación?
Se podrá lograr una verdadera paz, donde se silencien las armas, la corrupción política, la corrupción económica de todos nuestros dirigentes y sobre todo el obtener ventajas personales en sus actividades públicas y privadas.
Dios nos ayude, el Sagrado Corazón, patrón de este país ilumine a los actores de este conflicto así como a sus ciudadanos, para que sepan elegir personas honestas a toda prueba que quieran el desarrollo equitativo e integral de nuestro país, la paz llegara cuando lo importante no sea el tener, el poder y el usufructo de la colectividad y haya un poco más de igualdad en la satisfacción de las necesidades del colectivo.
Lo importante es que desarmemos nuestros espíritus y podamos ofrecer y brindar una sólida educación a nuestros hijos a todos los niveles, que nos permita ser verdaderamente libres. El fomento y la mentalización de la ética ciudadana debe ser fundamental lo importante es educar y formar con valores empezando por cada uno de nosotros que sepamos respetar el semáforo, no dar coimas al policía de tránsito, hacer las filas en orden, no hacer primar el “Ud. No sabe quién soy yo”, sin el reconocido CVY, necesitamos una verdadera revolución hecha con libros, con educación, ética, decencia y respeto por todos los ciudadanos, ¿podremos hacer de este un país nuevo y lleno de paz?
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Jorge Eliecer Ardila Correa
