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Los nuevos horizontes de la salud

Dic 15, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Virgilio Galvis Ramírez*
virgiliogalvis@yahoo.com.mx
Aunque hay muchos tópicos para hablar del tema de salud, podría empezar por anotar que en Colombia ella es una cenicienta y más cuando se mira el pobre panorama en temas como el desarrollo, la reposición tecnológica o la investigación, pues quienes la hacen, no tienen incentivos del Gobierno. En el sector médico los esquemas tarifarios son vergonzantes y ello no permite la reposición tecnológica, que en nuestro país es casi ninguna.

El estímulo que los profesionales reciben también es precario y ahora muchos están distrayendo su actualización médica por preparar su conocimiento jurídico, para evitar procesos o demandas medicolegales. Quiera Dios que el Presidente Uribe en su próximo período, porque estoy seguro que ganará, le dé a la salud la importancia que se merece.

La doble fusión del ministro de la Protección Social cubriendo las carteras de Salud y Trabajo fue un diseño muy bien concebido, pero para la cabeza de Juan Luis Londoño: el actual ministro, el doctor Diego Palacios, bien intencionado, no tiene lamentablemente la globalización del sector y ha abandonado por Trabajo la cartera de Salud.

El proyecto de la Ley 100 es una muy deformada versión de las necesidades del país, el sector ha sido invadido por la clase política y como los dueños de EPS, ARS y demás entes han hecho que esta normatividad venga arreglada para beneficio de intereses personales. La única salida que le vería al Presidente para mejorar la salud sería una ley estatutaria que reglamentara el sector sin el sesgo tan poderoso que aplica el Congreso como es el de sentirse ‘propietarios’. Dicho proyecto de ley sería elaborado por conocedores del tema designados por el propio Presidente de la República.

En Santander el panorama no es más alentador. Se lucha por mejorar la salud pública o sea la medicina de las comunidades para que la violencia familiar, las vacunaciones, los problemas de desnutrición y parasitosis cambien a mejoramiento.

Una prueba concreta es el Hospital Universitario de Santander que en su proceso de reestructuración fue entregado a la Universidad Industrial de Santander (UIS), encargada de sacarlo adelante. Una misión complicada si se mira que al Hospital siguen llegando pacientes desprotegidos, los llamados pacientes ‘vinculados’ cuyos tratamientos, teóricamente, se facturan contra recursos del Estado y sí no se pagan o se pagan con oportunidad, las finanzas se resquebrajan y la salud del Hospital es imposible de sostener. ¿Y qué pasa con el resto de la red hospitalaria pública? Que está igual o peor, pues en los pueblos no hay la fiscalización del gasto y menos los sistemas administrativos de control.

Pero todo no podía ser malo para la región y hablo ahora específicamente del sector privado. Las clínicas hacen grandes esfuerzos por crecer. Por ejemplo, la Clínica Carlos Ardilla Lülle ha adquirido tecnología de punta que la vuelve a poner como uno de los centros médicos más importantes de América Latina.

Nuestra institución acaba de adquirir, con sus propios recursos, un equipo de cáncer que viene con energía modulada y permite fundir de manera muy precisa los tumores malignos sin lesionar los tejidos sanos. También se está realizando la cirugía para el queratocono (condición en la cual la córnea está anormalmente adelgazada y en forma de cono), con los anillos intraestromales que logran cambiar la curva de la cornea y mejorar la visión de estos pacientes. También trabajamos con las más avanzadas técnicas de cirugía de cataratas: los lentes multifocales, que le permiten a quien se opera poder ver bien de lejos y cerca sin anteojos. Tenemos de igual forma la tecnología para mejorar la visión de pacientes con altísimos defectos visuales, lo que nos convierte en pioneros en el país en esta tecnología traída desde Holanda.

Pero como la salud no se podía quedar sin los avances tecnológicos más impresionantes, ojalá llegue rápido a Santander la llamada nanotecnología, que es el desarrollo de unos microchip que se pueden incorporar en la sangre, en el cuerpo o que pueden llegar hasta un tumor para tratamiento especializado.

*Ex Ministro de Protección Social.
Director de la Clínica Carlos Ardila Lülle

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