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Luis Gustavo Álvarez Rueda, nuevo rector de Unisangil

Oct 4, 2010 | Institucional

Así lo determinó el Consejo Superior, conformado por Alfonso Gómez Gómez Gómez, Alberto Montoya Puyana y Gilberto Ramírez Valbuena, en representación de la UNAB, así como monseñor Carlos Germán Mesa Ruiz, y el presbítero Luis Alberto Rivera Hernández, representantes del Consejo de Fundadores; Amanda Lucía Reyes Rodríguez, vocera de los egresados; Luis Fernando Galvis Herrera, delegado de los profesores y Catalina Macías Rosero, en nombre de los estudiantes, órgano que deliberó el pasado jueves 30 de septiembre en San Gil.
Al ser abordado por Vivir la UNAB, Álvarez Rueda manifestó complacido que encuentra en esta designación “una interesante oportunidad de desarrollo personal, de complementación de experiencia en mi carrera que ya es relativamente larga en el plano académico y adicionalmente poder contribuir a través de Unisangil tanto al apoyo a la UNAB, que es una parte muy interesada en que Unisangil prospere dado que fue la UNAB quien en los momentos difíciles de penurias la rescató de una situación calamitosa que tenía Unisangil y, de otro lado, poder hacer una proyección interesante hacia la comunidad de la ciudad de San Gil, de la cual yo soy oriundo, así como de la provincias guanentina y comunera”.
Un regreso a la tierra que lo vio nacer y donde ejerció su primer cargo después de recibirse como abogado en la Universidad del Rosario en 1970, en esa época como abogado de la Procuraduría.
Nacido en 1945 en el hogar conformado por el abogado veleño Gonzalo Álvarez Ariza y la sangileña Margarita Rueda Latorre, cursó la mayor parte del bachillerato en el Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga, aunque “diferencias ideológicas” con los sacerdotes jesuitas lo llevaron a graduarse en el Colegio Santander, teniendo como compañeros de pupitre a Rodolfo Hernández y Miguel José Pinilla, entre otros.
Pero cuando se indaga por la trayectoria de Luis Gustavo Álvarez Rueda es necesario sumergirse en una variopinta hoja de vida que arranca por ser el primer secretario del Intra en Santander, entidad creada para regular el transporte en Colombia, donde después de tres años incursionó en el sector financiero. El Banco Industrial Colombiano primero y después Davivienda, como gerente, para luego sustituir como presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, en remplazo de Ernesto Suárez quien pasó a ocupar la presidencia de Ecopetrol.
Apenas un año alcanzó a estar en la Cámara de Comercio porque se dejó tentar nuevamente por Davivienda que se lo llevó a Bogotá como uno de sus vicepresidentes. “Pensaba que por tres o cuatro años para hacer un recorrido interesante, pero terminé viviendo veinte años, seis de los cuales en Davivienda”, dice, de donde se retiró para montar una agencia de publicidad con unos amigos de Leo Burnett.
Apenas alcanzó a despegar los motores de esa otra pasión que desde joven ha tenido, porque estando en esa actividad aceptó la gerencia general de los Ferrocarriles Nacionales, cargo que le ofreció el dirigente liberal Alfonso Gómez Gómez.
En este momento es en el que Álvarez Rueda advierte sin embargo que no fue por su responsabilidad que se quebró esa entidad. “Los Ferrocarriles se quebraron por una sobrecarga en la nómina y por unos temas administrativos que los dejamos claramente detectados en esa época”, puntualiza.
Después incursionó en el sector inmobiliario como gerente de una de las lonjas de Bogotá, hasta convertirse en el presidente de la Federación Nacional de Lonjas de Propiedad Raíz, para pasar a manejar educación continua, extensión y consultoría en la Universidad Externado de Colombia, donde a los pocos meses asumió en simultánea la decanatura de Hotelería y Turismo.
En ese instante, hace veinte años, se dejó picar por el ‘bicho’ del turismo, y desde entonces Luis Gustavo Álvarez admite que “he tenido esa enfermedad incurable” que lo llevó a asesorar la reglamentación de la Ley del Turismo.
Estando en el Externado fue buscado por la UNAB para que analizara la viabilidad de una Facultad de Administración Turística y Hotelera, lo cual compaginó con su actividad de director ejecutivo de la Asociación Prosantander, con sedes en la capital de la República y Bucaramanga, y del Comité de Gremios de Santander. Dada la luz verde al proyecto, es don Armando Puyana Puyana quien le solicitó ser su primer decano, cargo en el que se desempeñó durante casi una década, para convertirse en los últimos años en docente del mismo Programa con el que organiza como presidente honorario el XX Congreso Internacional de la Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y Turismo, Conpeht, que se llevará a cabo del 26 al 30 de octubre próximo en la UNAB y Cenfer como sedes principales.
Vasto recorrido de un hombre enamorado de los bambucos, torbellinos y guabinas, con los que recibe a quienes invita a su apartamento, entre quienes se cuenta el hasta la última semana de septiembre viceministro de Educación Superior, Gabriel Burgos Mantilla. “El ancestro veleño es innegable. Los veleños llevamos en la sangre una pasión por la música y por la cultura en general. Eso me chifla”, admite a la vez que se siente su nostalgia por el tiple heredado de su padre, al que de vez en cuando le saca algunas melodías mientras sueña que lo acompaña la voz de tu tío Luis. “De ellos me surge el músico que llevo en el corazón. Para mí cualquier evento musical es un deleite”, afirma.
“Si pasas por San Gil”, apenas obvio, es una de sus canciones preferidas, pero el repertorio de Pacho Benavides y “No me volviste a escribir”, del maestro José Alejandro Morales, sí que lo trasladan a otra dimensión, entre sonrisas y carcajadas, solo interrumpido por un celular que no para de hacerle cosquillas en el bolsillo de su camisa.

¿Cuáles serán sus principales metas una vez asuma el cargo de rector?
Hay unos pilares básicos en toda universidad, pero específicamente en Unisangil después de todo el proceso de recuperación que ha tenido. Uno es mantener el clima financiero positivo que tiene merced a la intervención directa y decidida de la UNAB. El segundo es mantener la calidad académica y elevarla cada día más, buscando nuevos programas y oportunidades de eventos de extensión y consultoría, episodios de esa naturaleza que complementan el negocio central en una universidad que es la educación; y fortaleciendo de una manera muy decidida el tema de la investigación, que la zona lo requiere tomando en cuenta su tipología específica de su desarrollo empresarial y de su perfil cultural. En esto Unisangil debe tener una participación muy decidida.

La moderna sede de Unisangil en El Yopal (Casanare), dejó ‘descrestados’ a todos los invitados a su inauguración a comienzos de este año. ¿Cuándo estará concluida la nueva sede en la ciudad de San Gil?
Se está construyendo precisamente en el sitio en donde antes estaba ubicada la zona recreacional y deportiva. Allí se está levantando una sede con todas las especificaciones modernas y con todas las generosidades de espacio necesarias. No tengo el dato exacto de su culminación pero se estima que antes de un año podría estar esa sede en funcionamiento y entonces desocuparía Unisangil su cuna de nacimiento para trasladarse a unas instalaciones más adecuadas.

Usted ha tratado de cerca al rector Lucas Sarmiento y sabe de su trayectoria y logros. ¿Qué destacaría de su labor?
Lucas ha hecho una labor muy importante. Él fue el encargado de aplicar los correctivos administrativos y financieros para el rescate de Unisangil. Esta es una bandera fundamental que él tiene en su haber y algo que se le debe reconocer por parte de toda la comunidad universitaria.

Para que sus nuevos colegas y discípulos vayan sabiendo a qué atenerse, ¿cómo es su temperamento y su estilo de trabajo?
No es fácil definirse a sí mismo, porque uno cree encontrar algunos perfiles que posiblemente otras personas no encuentren y viceversa, pero yo soy una persona exigente, de exigencia además pronta en las tareas. Soy un ser tolerante y comprensivo que en el transcurso de mi vida he logrado trabajar sobre la base de la motivación, no de la represión, pero sí de la exigencia simultáneamente.
Entonces encontrarán un Luis Gustavo Álvarez receptivo, tolerante y abierto a escuchar participación, consejo, desavenencia e inconformidad sobre la base del respeto y el cumplimiento estricto.

¿Qué ‘le saca la piedra’?
Las mentiras y el incumplimiento. No soporto eso, porque cuando una persona se compromete debe tener la claridad de que el compromiso es cumplible de su parte y si no puede cumplirlo tendrá sus razones, las cuales se analizarán y se llegará a un acuerdo, pero si alguien asume un compromiso tiene que cumplirlo.

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