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Medalla de Plata de la UNAB en Juegos Ascun

Nov 2, 2010 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez
Después de una ‘batalla’ que se prolongó por tres horas y 38 minutos en la que su rival apeló a todo tipo de truculencias y provocaciones, el estudiante de segundo semestre de Administración de Empresas, Julio Suárez Gómez, conquistó para la UNAB la Medalla de Plata en la modalidad de sencillos masculino en la final de tenis de los XIX Juegos Universitarios Nacionales.

El reñido encuentro se llevó a cabo a partir de las 11 de la mañana del pasado jueves 28 de octubre en la cancha número 2 de la Liga Santandereana de Tenis (Complejo Deportivo ‘Alfonso López’), a donde Suárez llegó después de vencer con facilidad a seis rivales de diversas universidades del país.

La final le correspondió disputarla ante Harold Montoya, de Eafit -Medellín-, quien enmascaró su cansancio, su bajo estado físico y sus errores echando mano a repetidos reclamos al árbitro señalando que la bola había picado un milímetro después de la raya, así como fingiendo calambres, lesiones y solicitando en tres ocasiones la presencia de un paramédico, lo cual a la postre sacó de casillas al temperamental estudiante de la UNAB que vio como le negaban una bola y adicionalmente le restaban otra por haber reclamado de manera airada.

El primer set terminó 4-6, el segundo 6-4 y el tercero 4-6, mientras detrás de la malla y bajo una carpa le respaldaban con sus vítores el rector Alberto Montoya Puyana; el vicerrector Administrativo y Financiero, Gilberto Ramírez, Valbuena; la directora de Bienestar Universitario, Luz Adriana Villafrade; su entrenador Manuel Villamil García, su novia Elisa León -egresada de Ingeniería de Sistemas de la UNAB-, y una docena de estudiantes que ocasionalmente le aupaban a cambio del reconocimiento de unas cuantas ‘horas libres’. Sus padres Teresa y Julio le hacían barra ‘telepática’ desde la empresa familiar que no les dio tregua para acompañarlo.

Pero nadie sufría tanto como el técnico Villamil, quien en cada pausa lo alentaba, mientras se echaba para adelante y atrás en una silla rimax, le hacía todo tipo de señas con las manos y los brazos y aprovechaba al ‘recogebolas’ para hacerle llegar un banano y de paso darle instrucciones de abrirse o subir a la red.

Bajo un sol canicular y bebiendo con avidez botella tras botella de Gatorade con sal para paliar la deshidratación, Suárez -de 22 años- demostró su calidad y su ‘garra’ emparejando el partido con el segundo set a su favor y postergando la celebración del jugador antioqueño, quien hizo alarde de sus dotes histriónicas, de unos gritos destemplados y de unos ‘globitos’ con los que únicamente pretendía recobrar un segundo aliento y de paso sacar de casillas a su rival.

El partido concluyó cuando faltaban pocos minutos para las dos de la tarde y se notaba la efervescencia en ambas tribunas. Mientras el tenista paisa se tiraba a la superficie de polvo de ladrillo, remedando las celebraciones de verdaderas estrellas como el español Rafael Nadal o el suizo Roger Federer; Julio golpeó su raqueta contra el piso, se fue a un rincón de la cancha y lloró desconsoladamente. Su técnico y su novia Elisa abrazaron su cuerpo empapado en sudor, pero el jugador estaba ‘acalorado’  e insistió en su fallido reclamo al árbitro. Los ánimos se caldearon aún más y fue el veedor quien tuvo que acercarse a reconvenirlos: “Se calman o les quito las medallas”.

Harold Montoy

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