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Médicos que no cobran a cambio de devolver sonrisas

Abr 1, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Yurany Arciniegas Salamanca
yarciniegas2@unab.edu.co

En la mitad de una fila y con el llanto de algunos niños al fondo está Ana Rosa Suárez, una mujer delgada, morena y de 22 años que aparenta ser mayor debido a las secuelas de un accidente.

Hace 8 años el estallido de una mecha de petróleo quemó todo su rostro y cuello. Lleva 3 cirugías en los últimos 3 años con las que mejoró la flexibilidad del cuello, pero su tratamiento no termina.

Ésta es la cuarta ocasión que se somete al quirófano. ?Es bueno que le den a uno la oportunidad de mejorar su calidad de vida.

Es que los comentarios y miradas de lástima lo hacen sentir mal?, afirma con un tono de voz similar al de una niña.

Dice que hace poco despedazó fotos en las que aparecía recién ocurrido el accidente y estaba peor, pero ha encontrado la forma de superarlo.

?No ha sido impedimento para casarme y tener hijos, es bueno demostrar que se puede salir adelante. Hay mucha gente que está sana y desea suicidarse, en cambio uno así sólo quiere vivir?.

En la fila hay personas que vienen de Cesar, Bolívar y muchos lados de Santander.

Desde la madrugada están paradas frente al Hospital Local del Norte, de Bucaramanga, para asegurar una cirugía que corrija dolencias propias o de sus hijos.

A las 8 de la mañana, en medio de la lluvia, son más de 100 personas, la mayoría mujeres con bebés en brazos y niños.

Ingresan al centro asistencial para hacer un recorrido de 3 paradas que las llevara a la operación que han esperado desde hace un año.

En otra fila está Marina Martínez, una morena robusta de San Martín (Cesar), que salió de su pueblo a las 4 de la mañana con su hija de 10 años, quien presenta secuelas de quemaduras en su brazo derecho debido a un recipiente con melcochas calientes que le cayó mientras jugaba donde una vecina.

Asegura que estas jornadas de cirugías gratuitas son lo mejor, dado que son la única forma que tiene para operar a su hija y ayudarla a mejorar las complicaciones sociales que le ha causado el accidente.

?En el colegio la molestan y se aflige. Una vez la postularon como reina y unos compañeros se opusieron por su defecto?.

La conversación se interrumpe cuando todos voltean a ver la llegada de los médicos de Healing the Children, provenientes de Michigan, Ohio, Columbia y Boston.

?¡Ya llegaron los gringos!?, grita un niño de unos 10 años que tiene su labio fisurado.

Dos décadas de servicio

Es la novena ocasión que vienen a Bucaramanga, no cobran por su trabajo, suministran los medicamentos y ellos mismos asumen los costos de su viaje.

En la logística de esta jornada los apoyan la Alcaldía y el Instituto de Salud de Bucaramanga.

La Asociación Nacional de Estomatología se encarga de contactar y traer a esta fundación estadounidense que desde hace 20 años ha operado en lugares como Pereira, Pasto, Villavicencio, Neiva y Vélez, y desde hace 11 en la ?Ciudad bonita.

?Nos dimos cuenta que en esta zona del país había muchos niños con esas enfermedades y por eso decidimos venir?, señala Jaime Gregory, director de la Asociación Colombiana de Estomatología.

Hay quienes se salen de las filas y le toman fotos a los especialistas norteamericanos como si se tratara de artistas famosos, mientras algunos niños operados antes les agradecen con micrófono y papel en mano, como Guillermo Garavito, quien tras 5 intervenciones ha corregido su labio fisurado.

?Es muy difícil reunirnos todos para venir a Colombia, pero cuando vemos los resultados sabemos que vale la pena y mientras ustedes estén complacidos con nuestro trabajo seguiremos viniendo?, dice en un inglés pausado Larry Herman, director de la fundación y médico del New England Medical Center, de Boston.

Al culminar, los presentes aplauden y una señora con un bebé en brazos derrama algunas lágrimas, mientras otra mujer le dice: ?¿Sí ve? Hay esperanzas??

No se puede prevenir, pero sí curar

De acuerdo con la médica Yaneth Santos, el paladar hendido y el labio fisurado no tienen causa clara y por tanto no hay cómo evitarlas.

?Influyen varios factores: el campo genético, ambiental o la disposición de medicamentos en el embarazo pueden determinar la patología?.

Migdalia Bautista asegura que su hija de 4 años nació con labio fisurado aunque ella no presentaba ninguna de las anomalías que le explicaron los médicos.

?Lo relacionan con el tipo de sangre o contaminación en los cultivos, pero incluso sin esos problemas se puede presentar, como me ocurrió a mí?.

La solución está en las cirugías maxilofaciales.

Gabriel Gutiérrez, jefe de cirugía y anestesia, explica que en términos generales a un paciente con labio fisurado y paladar hendido en la primera operación se le cierra el labio, en la segunda se le hace corrección de paladar, en la tercera se opera cualquier anomalía que persista, en la cuarta se hace cirugía de paladar blando para corregir problemas de fonación.

Por último, se realizan las cirugías estéticas para desaparecer secuelas físicas, que son después de los 15 años de edad.

Sin embargo, la cantidad y forma de procedimientos dependen de cada paciente y van acompañados de tratamientos de ortodoncia y fonoaudiología.

El tumulto de personas continúa durante la semana afuera de los consultorios.

Al concluir el programa, 175 personas fueron operadas y se realizaron 190 procedimientos quirúrgicos.

Son jornadas de solidaridad en las que el idioma no es barrera, pues el intercambio de sonrisas y miradas es suficiente para expresar satisfacción y agradecer.

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