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Música para todos

Sep 11, 2012 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

La Orquesta Sinfónica UNAB se caracteriza por ser incluyente tanto en su repertorio como con sus integrantes. Músicos profesionales, estudiantes, profesores, egresados y personas con talento y pasión por la música, se unen para interpretar piezas de maestros mundialmente conocidos como: Mozart, Grieg, Rossini, y clásicos del folclor colombiano heredados de José A. Morales, Luis A. Calvo, Miguel Durán López y Fulgencio García, entre otros.

Desde sus inicios, “el maestro Sergio Acevedo tuvo un interés muy especial por recuperar el patrimonio musical de Santander. Con el tiempo este se convirtió en un elemento distintivo de la agrupación”, expresa Magnolia Sánchez Mejía, decana de la Facultad de Música.

“En este propósito han colaborado varios docentes de la Facultad, realizando versiones orquestales de obras patrimoniales. Recordamos especialmente al maestro Jesús Alberto Rey, quien fue un hito para la Facultad y aportó con sus versiones a la preservación de este patrimonio”, precisa Sánchez Mejía.

¡Llegaron con la música!

Parques, auditorios, teatros, colegios, catedrales y otros escenarios tradicionales de la ciudad, han servido para acoger a los cerca de 60 músicos que en escena sienten la responsabilidad de hacer un gran concierto, para quienes año tras año esperan las temporadas de la orquesta, y también para aquellos que por primera vez participan de este espectáculo gratuito.

“Si criticamos tanto que la gente no va a los actos que hay en Bucaramanga y además le ponemos un costo, menos van a ir. Primero hay que mostrarle a la gente qué es lo que nosotros hacemos para que ellos algún día paguen por ver arte, como se logra en otros países. Por eso desde el principio se pensó que las presentaciones de la orquesta fueran de libre acceso. Y la idea de los conciertos en los parques fue del Dr. Gabriel Burgos, él quería que tocáramos en todas partes”, relata Sergio Acevedo Gómez, director titular de la orquesta.

Desde 2003 a la fecha se han realizado en promedio 12 conciertos por año, en la capital santandereana y municipios como Barichara, San Gil, Zapatoca, Girón, Socorro, Piedecuesta y Floridablanca, bajo el lema “Llegamos con la música”. “Se me ocurrió esa frase porque reflejaba lo que estábamos haciendo, llevar la orquesta y llegarle a la gente”, explica el maestro Acevedo Gómez.

Un privilegio para la academia

En el país pocas Universidades con Facultad de Música cuentan con una orquesta sinfónica propia que sirva de campo de práctica para sus estudiantes. Por eso, “decimos que somos privilegiados. No todos los músicos tienen la oportunidad de tocar en formato orquestal y aquí está el espacio específicamente para ellos (estudiantes); cuando se inició la Facultad, se matriculaba como una asignatura, Práctica orquestal y posteriormente, se abrió el espacio para todos aquellos con las aptitudes y el deseo de vincularse al grupo”, asegura Sánchez Mejía.

La vinculación de los nuevos integrantes se realiza de forma voluntaria. Regularmente se abren convocatorias según requerimientos de los instrumentistas. Si el aspirante pasa la audición entra como practicante. Luego de un tiempo y según su desempeño puede ser parte de la planta orquestal y empezar a recibir una remuneración.

“Una de las cosas más bonitas que tiene esta orquesta es que sirve de motivación para mejorar cada día. La idea siempre es tener presente que uno debe exigirse para poder alcanzar el nivel instrumental, llegar allí y mantenerse”, declara Iván Francisco Pedraza, estudiante de octavo semestre de Música y violinista en la orquesta desde hace tres años.

El hecho de tener una planta orquestal abierta y variable representa un desafío para quien la dirige. Rubén Darío Gómez Prada, docente de la Facultad y director invitado desde junio de 2010, explica que “el primer reto es la escogencia del repertorio, porque hay que ser prudentes y sensatos y elegir obras que todos pueden tocar. Luego con los ensayos, el compromiso de los muchachos y mucha paciencia vamos montando todo sin perder de vista que aquí hacemos un trabajo de formación y acompañamiento”.

Proyección social

El funcionamiento de la Orquesta sinfónica de la UNAB, asciende a 220 millones de pesos por año, de los cuales la Universidad aporta el 65%. El valor restante lo otorga el Ministerio de Cultura.

Para Irina Litvin, docente de la Facultad y concertina de la Orquesta desde su fundación, “es vital para la región y los músicos que se están formando, que sigan existiendo estos proyectos, pues lo que puede mover al país y a cualquier sociedad es la cultura”.

Tras nueve años de trabajo, la Orquesta Sinfónica de la UNAB pasó de ser pionera en la promoción de música instrumental en la región, a ser un espacio de entretenimiento para todas las edades. “Con mucho orgullo tengo que decir que nos merecemos ese reconocimiento porque ha sido un trabajo duro, empezamos con 100 espectadores y hemos llegado a los cinco mil por concierto”,  señala el maestro Acevedo.

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