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Nadie sabe qué va a pasar con la carretera a Barranca

Feb 1, 2011 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez
pavirgom@unab.edu.co
Al menos tres veces Horacio Serpa Uribe ha recorrido a pie los tres kilómetros de la carretera Bucaramanga-Barrancabermeja que se desplazaron 100 metros y se hundieron 15 por causa del invierno y la falla geológica de ‘La Leona’.
Diez veces más ha sobrevolado la zona en compañía del presidente Juan Manuel Santos; el ministro de Transporte, Germán Cardona; el comandante de la Policía de Carreteras, general Rodolfo Palomino; funcionarios de su despacho o dirigentes gremiales. Hasta su esposa Rosita lo ha acompañado en sus travesías, a pesar de tener Serpa Uribe una rodilla afectada por el disparo que se le salió a uno de sus escoltas hace dos décadas.
Pero la controversia está abierta: ¿El gobernador de Santander ha hecho lo suficiente ante la magnitud del desastre? ¿El santo hace el milagro? ¿Cuándo estará remediada la enfermedad? A estas preguntas responde Serpa Uribe.

¿Qué les dice a personas como Helí Montero y Juan Bautista Rincón, quienes aseguraron a este periódico  que aparte de un mercado que ya se les acabó, no han recibido más ayuda?
Que tienen razón en cuanto a sus reclamos sobre las indemnizaciones que habrán de dárseles por razón de la casa, de sus cosechas, de su trabajo, porque hasta ahora se les ha brindado exclusivamente ayuda humanitaria. Ahí cerca al sitio de La Leona hay una escuela que es la de La Renta, y en ese lugar se ha improvisado un albergue, en donde han estado 16 familias a las cuales se les ha enviado la ayuda inmediata en alimentos, kit de cocina y aseo, colchonetas, etcétera, pero desde luego es una situación muy incómoda.
En el sitio de la emergencia, que es una cosa bastante grave, estuve desde el primer día y he estado muchas veces y he recorrido la carretera en diferentes oportunidades. Desde el primer día dispusimos el desalojo de las viviendas, lo cual fue una medida preventiva supremamente conveniente porque las casas terminaron en el piso. Incluso en una oportunidad cuando la tierra todavía se movía, estuvimos de acuerdo en suspender el tránsito de personas, pero las personas por la urgencia de viajar y de pasar eludían los controles. Finalmente lo que se hizo con el apoyo de la Policía fue organizar el paso de transeúntes. Sé que hay personas que además de sus casas perdieron sus cosechas, que tienen deudas con el Banco Agrario y esas diligencias se han hecho incluso con la financiera Coomultrasan para efectos de ver de qué manera se les brinda una atención a estas personas a las cuales cuando llegue el momento se les atenderá en estos aspectos básicos.

¿Cuánto le cuesta a Santander esta catástrofe en las carreteras?
Todavía es imposible hacer el cálculo. Hasta ahora estamos en lo que tiene que ver con las vías en la etapa de la reparación para ver la forma de dar tránsito provisional. Los costos de reparación de las vías nacionales, entre ellas la carretera Bucaramanga-Barrancabermeja y Bucaramanga-El Playón, serán por cuenta del Gobierno Nacional y sobre éstas que son las que más han tenido dificultades puedo decir que la vía Bucaramanga-El Playón se ha fragmentado en centenares de sitios. Desde el 15 de diciembre por la noche empezó a derrumbarse la montaña. ¡Es impresionante! Allí ocurrieron avalanchas, se perdió banca, se presentaron muchos derrumbes. La primera mañana a las ocho de la mañana ya estábamos cntando los derrumbes y ese día había 30, pero después alcancé a contar más de cien. Esa madrugada siguiente estuvimos en el sitio Trincheras en el rescate del patrullero de la Policía que murió. Ese día viví el drama de la familia buscando al niño que se había perdido y quien milagrosamente apareció vivo seis días después. La recuperación de esa carretera se ha venido haciendo por parte de tres contratistas, se ha abierto paso en varias oportunidades y nuevamente han caído derrumbes. En este momento está sirviendo para tránsito liviano, pero hay sitios en donde el trabajo exige más tiempo para que se pueda restablecer el paso de vehículos pesados tipo tractomula. Esta reparación va a demandar bastante plata. Por cuenta de la concesionaria Autopistas de Santander se arregla entre Bucaramanga y la entrada a Santa Cruz de la Colina; de allí hacia delante hay un tramo que atiende una empresa particular contratada por el Gobierno Nacional que se llama Esgamo, y más adelante hay otra empresa particular que con cargo a una emergencia que decretó el Gobierno Nacional está haciendo inversiones hasta por 5.000 millones de pesos.
En la carretera Bucaramanga-Barrancabermeja abajo de La Renta, la destrucción fue tremenda en un tramo de tres kilómetros. En un principio la recomendación fue ‘no hay nada qué hacer, nada se puede pensar en esta carretera’, y evidentemente cada vez que uno iba la situación era diferente. Los cálculos de los entendidos aseguran que la carretera se corrió lateralmente más de 100 metros y se hundió más de 15 metros. Cuando se empezaron a buscar soluciones alternativas mientras se sabe qué hacer a ciencia cierta, se llegó a la decisión de que para abrir paso lo más rápido era utilizar la misma vía. Entonces ahí fue cuando en una reunión de la Cámara de Comercio de Bucaramanga hace diez días se tomó la decisión de que se hiciera una inversión en este sitio para abrir paso provisional. Allí estuvimos con el director de Invías y se habló primero de una inversión de 3.000 millones de pesos (2.000 millones de Invías y 1.000 de Isagen), pero hubo dificultades técnicas para lograr un acuerdo entonces Invías dispuso una contratación que es la que está trabajando. En este momento se está haciendo una inversión de 2.300 millones de pesos y la idea es que en el término de los próximos días, ojalá no más de cinco días de este momento hacia delante (contados a partir del 12 de enero), se pueda dar paso a vehículos livianos y luego unos diez días más para que haya paso para vehículos grandes.
Tan pronto ocurrió el percance se buscó el apoyo de la Universidad Industrial de Santander (UIS), también vinieron los expertos del Ministerio del Transporte, Isagen y de la Sociedad Santandereana de Ingenieros para que hicieran el reconocimiento de la situación. El planteamiento general en un principio fue ‘no hay nada qué hacer. Eso seguramente no vuelve a servir’. En este momento no hay una decisión sobre el particular. Nadie sabe qué va a pasar con esa carretera. La idea es mirar todas las posibilidades para que haya tránsito definitivo con Barrancabermeja, que pudiera ser por la vía antigua del ferrocarril del Café Madrid, que pudiera ser por Brisas hacia El Conchal, que pudiera ser abrir la carretera de La Azufrada hasta Sabana de Torres, en la cual se viene trabajando por gestiones que hicimos nosotros y un comportamiento generoso de empresarios de Barrancaque tienen gente trabajando en este tramo, e incluso se ha llegado a pensar en la carretera Bucaramanga-San Vicente de Chucurí. Dentro de estas perspectivas está también la posibilidad de la recuperación de la carretera actual, pero en este momento no hay la última palabra.
Pero quiero agregar que no es cierto que Bucaramanga esté aislada porque tiene comunicación con Bogotá, donde hubo una fractura muy grande en Teherán, al lado de El Socorro, e inmediatamente con la concesión Comuneros se pudo abrir el paso; hay paso también en la carretera Bucaramanga-Pamplona-Cúcuta-Venezuela; hay un tránsito para comunicarse con el Magdalena Medio por la Transversal del Carare (Barbosa-Vélez-Landázuri-Cimitarra-Puerto Araújo) que no está en muy buenas condiciones pero no se ha cerrado y no es la maravilla pero ha servido. La de Bucaramanga-Málaga ha sido un dolor de cabeza siempre, pero en el último tiempo ha tenido derrumbes permanentes. Ha habido un sitio donde ha caído cinco veces el mismo derrumbe. En este momento hay paso para vehículos livianos. También hay paso para la provincia de García Rovira hacia Bogotá y hacia Cúcuta por la carretera Troncal del Norte, en donde también hubo una avalancha tremenda en el sitio El Mango, donde se rompió un puente. No es cierto que Barrancabermeja y el Magdalena Medio estén incomunicados porque tienen comunicación con el Litoral Atlántico y con Bogotá y el resto del país a través de la Troncal de la Paz o Panamericana, que es una carretera de las mejores que tenemos en el país, así sea de dos carriles, es la Ruta del Sol que se hará próximamente.

Cuando usted asevera que el lunes 17 de enero ya deberían estar pasando vehículos livianos por La Renta-La Leona, ¿se está echando la soga al cuello? ¿estará ‘cañando’ con el riesgo de que el clima, los ingenieros o la falla geológica lo hagan quedar mal?
Pues uno piensa con el deseo y el deseo es que eso se abra. Imagínense si yo no voy a tener interés con Barrancabermeja si es mi propia ciudad, pero también me apoyo en los técnicos. Es una opinión que hemos hablado con los que están haciendo el trabajo. Usted tiene razón: si vuelve a llover podemos vernos en aprietos, pero es que eso sí se escapa a nuestro manejo. La situación es muy grave. Yo conozco esa ruta desde antes de que la hicieran y muchas veces hubo derrumbes y tuve que hacer trasbordo por esa carretera pero nunca la situación fue como ahora. El general (Rodolfo) Palomino dijo que ‘esto parece cosa del demonio’. Es que parece que eso lo hubieran destruido con unas bombas… es como una cosa de la guerra.
La primera fractura no fue ahí sino más allá de Tienda Nueva, antes de llegar a La Fortuna, donde se cayó un pesado de banca muy grande y ahí estuve al día siguiente y ahí se hicieron unos trabajos muy rápidos por parte del Gobierno Nacional, y cuando se estaba abriendo paso fue que vino el otro desastre que fue realmente impresionante.

El alcalde Fernando Vargas declaró a Radio Caracol el 12 de enero que el Gobierno Nacional no les había dado “ni una panela” a los damnificados del invierno en Bucaramanga. ¿Ha ocurrido lo mismo en el resto del departamento?
El Gobierno Nacional ha estado muy atento. Aquí estuvo el ministro del Interior Germán Vargas Lleras y han mandado ayuda humanitaria consistente en mercados, artículos de aseo, colchonetas, y parte de lo que nosotros hemos entregado es del Gobierno Nacional. o que sí es cierto es que recursos para atender construcción de viviendas o de carreteras no. Es que es obvio, eso todavía no hay plata. Eso hay que entenderlo porque nadie tiene plata para eso. La gente piensa que cuando se decreta una emergencia es que se abren las cajas fuertes de los bancos y las ponen a disposición del Gobierno. Eso no es cierto. La emergencia aligera los trámites, pero la plata es la misma.
En una reunión de la semana pasada con empresarios me tiraron las orejas porque no se veía la plata y que dónde estaba la reconstrucción, yo les dije que plata para la reconstrucción no ha habido todavía porque entiendo que un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene que tener unos trámites y que vender las acciones de Ecopetrol tiene que tener otro trámite. Pero salí preocupado y me pregunté si es que nosotros somos más bobos que los demás, como están pensando algunos. Entonces llamé a mi amigo el gobernador de Atlántico, Eduardo Verano, para pedirle la fórmula para que también nos manden plata a nosotros porque la gente está impresionada que a la Costa Atlántica les han mandado billones de pesos, y me respondió que estaba a punto de llamarme ‘porque a nosotros tampoco nos ha llegado plata’. Están haciendo la reparación del Canal del Dique, como aquí también están haciendo reparaciones en las carreteras, pero plata para la reconstrucción todavía no ha habido. El alcalde Bucaramanga me comentó que ellos no han recibido nada directamente del Gobierno Nacional pero es que eso ha llegado al Gobierno Departamental, y de alguna manera hemos tratado de estar de acuerdo con las autoridades locales para atender también sus requerimientos. Soy consciente de la preocupación del alcalde Vargas Mendoza, lo que pasa es que el problema es muy complejo. Yo entiendo que la gente se inquieta y se angustia.

¿Los empresarios lo han apoyado o lo dejaron solo?
Ellos han sido solidarios y han estado congregados alrededor del Comité de Gremios y de la Cámara de Comercio. Entiendo que ellos se están perjudicando notablemente, por supuesto. El drama de pollos lo siento en el alma. No tengo momento de sosiego pensando en eso y ellos tienen razón en reclamar. Cuando reclaman soluciones es porque están viviendo una pesadilla muy grande, lo que pasa es que a veces ocurre que la gente no piensa sino en lo de su solo sector y yo tengo el deber de decirles es que ha habido muertos y hay 12.000 damnificadas directamente, y hay quienes están viviendo en albergues y tenemos que conseguir comida y hay gente sin empleo, y hay gente que perdió sus cosechas. Aquí sentimos lo más inmediato, pero quién se acuerda del corregimiento Carpintero que se destruyó otra vez y todos esos corregimientos de Puerto Wilches como Chingalé, Vijagual y Bocas del Rosario que viven un drama muy grande. Por lo que ha ocurrido ahora no nos hemos vuelto a acordar de lo que sucedió hace dos meses en Molagavita (una falla geológica destruyó toda una vereda), en donde esta semana volví a estar; y muy pocos caen en cuenta que hubo por lo menos cuatro semanas de incomunicación de los cinco municipios de Soto Norte porque cayó un derrumbe de padre y señor mío y porque en una carretera en la que el departamento está invirtiendo millonadas se está destruyendo.

¿La paciencia y comprensión de los usuarios y los transportadores tienen límites o que aguanten ‘hasta que San Juan agache el dedo’?
No me gusta usar la palabra paciencia, más bien la palabra conciencia. Si todos tenemos consciencia de lo que ha pasado y si todos miramos lo que se ha venido haciendo llegamos a la conclusión de que no ha sido posible encontrar una solución inmediata en el caso de la carretera a Barranca porque es imposible; una solución inmediata en el caso de El Playón, muy difícil.
Sí se han hecho todas las diligencias y gestiones. En lo que tiene que ver con la Policía y el Ejército qué gran trabajo el que han hecho, porque es que aquí hubo sectores que quedaron totalmente aislados, sin comida y hubo que llevarles comida en helicóptero. La Cruz Roja se fajó, y la Defensa Civil, y los alcaldes. Yo no hablo por la Gobernación; que lo hagan los demás, pero hay mucha gente que ha estado trabajando. En todas partes hemos estado, a todos los lugares hemos mandado ayuda humanitaria e incluso estuvimos dos días encerrados mirando el presupuesto de este año y modificando nuestro plan de acción para atender las situaciones de la emergencia.

¿Este desastre es un ‘castigo divino’?, ¿consecuencia de la improvisación y falta de mantenimiento?, ¿efecto de un invierno descomunal e inesperado?, o ¿el resultado de insistir en un tramo que tarde o temprano se iba a destruir?
No es un castigo de nadie; son las circunstancias que tienen que ver con estos fenómenos nuevos. La lluvia fue mucho más intensa que nunca antes y no hemos sido muy cuidadosos con la naturaleza. Por ejemplo, en San Rafael de Lebrija, que resultó inundado porque se reventó el río Lebrija, hace 25 años le cambiaron el curso al río Cáchira que tributaba en el río Magdalena y unos  finqueros resolvieron ponerlo a tributar en el río Lebrija, entonces cuando se crecen los dos ríos el cauce del Lebrija es insuficiente y se desborda.
Recuerdo que durante la campaña dije: ‘tenemos la peor infraestructura de carreteras de Colombia’, y eso es cierto. Por eso el Plan Departamental de Vías, que es mi programa bandera. Habrán visto por estos días la foto de una enorme grieta en toda una calle de Australia, pues eso fue lo que pasó multiplicado por cien en la carretera a Barrancabermeja. Lo que nos ocurrió no tiene antecedentes y son muchas cosas acumuladas, pero ponerse en este momento a decir que hace 45 años se comentó que el problema de esta carretera era un mal trazo, pues sí, seguramente, pero no nos flagelemos tanto. Lo que hay que mirar es la realidad del presente y ver el futuro con optimismo porque los santandereanos somos muy verracos y saldremos de esto. Cada cosa desagradable puede ser la oportunidad para que las cosas sean mejor.

¿Descarta que la construcción de Hidrosogamoso y el empleo de explosivos hayan contribuido a agravar la falla geológica de La Leona?
No descarto nada porque ese es un comentario que se ha hecho reiteradamente. Isagen me respondió que no con toda seguridad. He escuchado opiniones diversas de personas entendidas que dicen que sí y otras que dicen que no, por lo que propongo hacer una reunión en la que dilucidemos eso.

¿Qué les responde a quienes dicen que este desastre ‘le quedó grande’ a Serpa?
Yo ya me acostumbré a que cuando a uno lo acusan de algo, uno no tiene por qué defenderse, sino que si está en el ejercicio de lo público es la propia comunidad la que tiene que decir. Generalmente los que dicen esas cosas son los que nunca hacen nada y se dedican a cruzarse de brazos a esperar a que les solucionen todos los problemas. Hay otros que opinan diferente e incluso me causó gracia que alguien dijo que si a camisa que usa Serpa le queda grande es porque está a la medida de Colombia.

Así como el alcalde Fernando Vargas tuvo el ‘privilegio’ de inaugurar una escultura de Botero el pasado 22 de diciembre, ¿usted tiene alguna ‘gorda’ para descubrir en San Vicente o El Playón?
… (carcajada) Esa es una pregunta con una saturación cáustica extraordinaria. ¿Quiere que le diga cuál es mi opinión? Yo pienso que Bucaramanga merecía tener una escultura de Botero y que lo que fuere que se gastó en eso la Administración Municipal para nada afecta un plan de recuperación o el desarrollo de la ciudad. Esos no son lujos; esos son estímulos para la comunidad. Así como las grandes capitales del mundo tienen grandes estatuas y expresiones artísticas que son costosas, porque el arte cuesta mucho, eso le da realce a las comunidades y estimula que aquí podamos los bumangueses admirar una escultura del más importante de los artistas colombianos. Que eso no sea solamente un privilegio de los neoyorquinos o de los madrileños; Bucaramanga y los bumangueses también tenemos derecho.

¿Entonces esta ciudad se puede dar el lujo del teleférico a Morrorrico, para cuya primera etapa ya Vargas Mendoza abrió una licitación por 32.116 millones de pesos?
En el nuevo diseño que tiene el alcalde, que no son varias estaciones sino una sola, no es incompatible su propuesta con lo que se requiere hacer en ese sector de Bucaramanga que en oportunidades nos pone tan nerviosos. Aprovecho para decir que tenemos que estar alerta porque en esta zona en donde seguramente no va a pasar nada grave, ahora que vinieron las lluvias hubo grandes preocupaciones y lo importante es que ahora que estamos en verano no cesemos en esas preocupaciones. De todas maneras los riesgos existen y esto que ha ocurrido reitera una situación que comentamos pero luego abandonamos en lo que corresponde a ver qué se hace de verdad y es que cuando hay estas tragedias siempre son los más pobres, porque los pobres son los que tienen que colgarse de una montaña para tener una pieza o poner sus cuatro palos a la orilla de un río porque el resto de la tierra es propiedad privada. Eso me reitera que por más dificultades que hay en Colombia, en donde hay tantos problemas de guerrilla, paramilitares, narcotráfico y corrupción, todo eso hay que superarlo pero el principal reto de Colombia es la lucha contra la desigualdad.

 

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