Por Pastor Virviescas Gómez
La Cámara de Comercio de Bucaramanga y la Corporación Enlace le adjudicaron el Premio Innovación y Desarrollo Tecnológico, en la Categoría Unidades de Investigación, al proyecto en el área de Mecatrónica presentado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB.
El galardón le fue entregado al profesor Antonio Faustino Muñoz Moner por parte del presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio, Juan Camilo Montoya Bozzi, el pasado miércoles 5 de diciembre.
Montoya Bozzi destacó la participación de 32 propuestas, ¿lo que demuestra que en la región hay talento e iniciativas de innovación importantes¿.
¿Empezamos a construir conciencia y cultura de innovación en las empresas, vemos firmas que se están desarrollando en diversos sectores de la economía. Hay que apostarle a la capacidad de innovar, de articularse con las universidades generando nuevo conocimiento, pues el mundo tiene claro que a una región la hacen competitiva las empresas con posiciones únicas y estrategias claras y eso lo da la innovación¿, dijo Montoya Bozzi.
Orgulloso de sus compañeros de labores en el Laboratorio de Cómputo Especializado, que es dirigido por Eduardo Carrillo, y en la Facultad de Ingenierías Físico-Mecánicas, el profesor Muñoz Moner explicó que su trabajo consiste en una aplicación industrial y el desarrollo de una nueva tecnología basada en la clonación artificial de sensores y controladores industriales, lo cual significa que ¿podemos traer información y desarrollarla en proyectos soportados en bioingeniería, que incluyen elementos de la biología molecular que se extrapolan en condiciones de circuitos, hardware evolutivo y software avanzado¿.
De lo que se trata, manifestó Muñoz Moner, es que con los altos costos que representa la modernización industrial ¿hemos podido desarrollar una tecnología novedosa que permite a partir de un patrón, que es el equipo real de alto costo, replicarlo e imitar su desempeño por clonación artificial, basándonos en hardware evolutivo, que no es más que circuitos que posibilitan reproducir el comportamiento del equipo¿.
Lo que hacen el profesor Muñoz y sus compañeros investigadores es replicar sensores, controladores y actuadores a partir de células madre, una tecnología que ya ha sido aplicada en la Biología Molecular y la Medicina, y que por cuenta del Grupo de Control y Mecatrónica del Laboratorio de Cómputo Especializado está siendo explorada para aplicar en el campo de la Ingeniería.
Pero ellos no se han quedado en la teoría. Ya hicieron pruebas en planta que les permitieron clonar un patrón de un sensor industrial de viscosidad que tiene un costo de 250.000 dólares (más de 500 millones de pesos) por sólo US$7.980 (apenas 16 millones de pesos). Este avance, además de representar un ahorro enorme, trajo consigo que pudieran realizar siete réplicas y ubicar el funcionamiento del sensor en otras partes del proceso.
Para dar un mayor impacto a su investigación, Muñoz Moner plantea el ejemplo de que determinada empresa tuviera que comprar un sensor de estas especificaciones y desarrollar aplicaciones en siete puntos diferentes, lo cual multiplicaría por el mismo valor el costo de la modernización.
Enfatizó en que esta nueva tecnología de clonación artificial no atenta contra los derechos de autor, ¿porque lo que clonamos es el desempeño expresado en funciones -las cuales no son patentables-, mas no las características internas del equipo, y sí nos da la posibilidad de desarrollar nuevos equipos que replican comportamientos de dispositivos y sistemas de alta tecnología¿.
Además de las plantas industriales que se verán beneficiadas directamente, Muñoz Moner y sus colegas también han incursionado en el terreno de los equipos biomédicos con una prótesis de miembro inferior que estará al servicio de los miles de soldados y civiles colombianos que en medio del conflicto armado interno han resultado víctimas de las minas antipersona. Su novedad radica en que no utiliza las señales bioeléctricas normales del cerebro, sino que la prótesis imita el movimiento de la pierna sana, con lo cual la diferencia en la cadencia de los movimientos de los dos miembros es apenas perceptible. Y aquí también se refleja el impacto económico, por cuanto una prótesis en el mercado internacional se encuentra en el rango de los 120 a los 500 millones de pesos y la producida en la UNAB, apenas cuesta $15 millones.
Otro equipo en el que están trabajando es un electroestimulador inteligente que utiliza las agujas de acupuntura para hacer tratamiento de estimulación de los centros nerviosos motores buscando el movimiento óptimo y recuperación de las personas discapacitadas.
Por estas razones esperan que instituciones como el Ministerio de Defensa Nacional les permitan brindar estos adelantos de bajo costo y alta tecnología a los soldados amputados.
Los otros ganadores fueron: Copas Delfín, en la Categoría Innovación; Paducol, en la Categoría Desarrollo Tecnológico y Óscar Mantilla, en la Categoría Persona natural.