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Medio siglo ‘al Derecho’

Mar 16, 2022 | Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Por Pastor Virviescas Gómez   

Gratitud, memoria y nostalgia, estos fueron los tres factores preponderantes en el primer día de celebración de los 50 años del Programa de Derecho UNAB –efectuada del 16 al 18 de marzo–, la cual contó con la presencia de 28 de los 72 estudiantes que el 14 de febrero de 1972 conformaron el primer grupo de graduados, cuando la sede se hallaba en la llamada ‘Casa del Diablo’.

La jornada comenzó con un reconocimiento por parte del Rector Juan Camilo Montoya Bozzi, así como de Rodolfo Mantilla Jácome y Eduardo Durán Gómez –presidente y miembro de la Junta Directiva, respectivamente– a los fundadores Armando Puyana Puyana y Alfonso Gómez Gómez, quienes en 1971 concibieron la idea de crear la primera Escuela de Derecho en Santander, cimentada en los valores de tolerancia, respeto y libertad dentro del sistema democrático.

El aplauso también le correspondió a Hernando Gómez Otálora, encargado de su diseño, lo mismo que a los doce decanos que han estado al frente: Jorge Orduz Ardila, José Manuel Arias Carrizosa, Jaime Gutiérrez Rivero, Germán Villalobos Hernández, Sergio Rangel Consuegra (encargado), Jorge González Aranda, Gabriel Burgos Mantilla, Jorge Antonio Castillo Rugeles, Rodolfo Mantilla Jácome, Juan Carlos Acuña Gutiérrez, Jorge Eduardo Lamo Gómez y desde finales de 2019, Lilia Aideé Velasco Abril.

“El Programa de Derecho de la UNAB se ha caracterizado por ofrecer una formación de alta calidad, que propicia ciudadanos competentes disciplinariamente, con una sólida formación ética, respetuosos de los valores fundamentales del desarrollo humano, reflexivos y críticos en la construcción de criterios para la toma de decisiones, creativos e innovadores en la solución de problemas”, afirmó el Rector.

Se refería a los 4.268 profesionales, lo mismo que a los 1.093 especialistas y/o magísteres que llevan la impronta UNAB, con el debido aporte del equipo de profesores que despunta por el nivel de formación y su calidad humana.

A Jean Michel Arrighi, uruguayo y Secretario de Asuntos Jurídicos de la Organización de Estados Americanos – OEA, le correspondió abrir la agenda académica con la charla “El Derecho frente a las nuevas realidades”, y para ello planteó una comparación entre la Europa que desde finales del siglo XIX ha sido devastada por guerras entre países que han dejado millones de muertos y ciudades en ruinas, así como un mapa cambiante en el que unas naciones se dividieron o dejaron de existir; frente a este continente que en el mismo periodo no ha vivido conflictos armados de tal magnitud y en el que las disputas se han resuelto apelando a los mecanismos de diálogo, al Sistema Interamericano y al Derecho Internacional, al tiempo que el mapa no ha sufrido modificaciones sustanciales, conformando la que en su opinión es “la región más pacífica del planeta”.

Mal o bien, advirtió Arrighi, se puede decir lo que se quiera de la OEA, “pero esta Organización nació con 21 Estados miembros y hoy son 35, y tiene la virtud de sentarnos en la misma mesa a todos los países americanos sin exclusión. Esto quiere decir que en base al principio de igualdad jurídica, mi país se sienta de igual a igual con México, Estados Unidos, Canadá, etcétera, y eso es válido para todos… No hay otro espacio en el planeta, salvo la OEA, en donde nos podamos sentar en pie de igualdad con Estados Unidos”.

Arrighi enfatizó que organizaciones como la OEA o la ONU “no están hechas para solucionar todos los males; la responsabilidad primera viene de nuestros ordenamientos jurídicos nacionales. La OEA sí está hecha para ayudar, para denunciar, para sancionar si fuese el caso de forma de impedir que nuestros ordenamientos jurídicos nos lleven al ‘infierno’, y en eso tenemos que cooperar todos”.

Al ser abordado sobre el gobierno de Nicolás Maduro, dijo que los países miembros de la OEA en asamblea general decidieron en 2019 que el mandatario legítimo es Juan Gerardo Antonio Guaidó, y acotó: “es evidente que dentro de treinta o cuarenta años estaremos ante nuevos nombres en Venezuela. Espero que muchos muy pronto cambien también, pero es una decisión jurídica basada en opciones políticas”. 

En la tarde ex integrantes de Semilleros de Investigación de la UNAB, como Daniel Rojas, Andrea Carolina Rivera, María Andrea Figueroa, Jorge Gelves y María Camila García compartieron sus experiencias que les han permitido a ellos y a la Universidad crear “árboles de conocimiento”. Enfatizaron en las habilidades que desarrollaron y las puertas que se les abrieron debido a su aprovechamiento de estos espacios, gracias a los cuales investigaron, mejoraron sus destrezas a la hora de comunicarse, viajaron –así sea en bus–, aprendieron, se divirtieron y forjaron una amistad invaluable.

“Los semilleros de investigación son una oportunidad para exponerse en un espacio seguro y controlado, porque una cosa es equivocarse al lado de amigos y otra cosa hacerlo en la vida real donde todo el mundo está esperando que uno falle”, aseveró Rojas, quien recordó que los estatutos del Semillero Hermes consagran: “Aquí hacemos lo que se nos da la gana y siempre decimos la verdad”.

Rivera sostuvo que su experiencia en el semillero le permitió no solo expresarse y argumentar mejor, sino encontrar el espacio propicio para cuando un estudiante quiera ahondar en un tema que le apasione. “Uno le saca tiempo a lo que realmente le interesa”, sentenció. Y García dijo que los semilleros “nos permiten un aprendizaje óptimo, creativo y autónomo, no solo porque nos forma como futuros investigadores sino como profesionales íntegros con mayores capacidades para socializar y para trabajar en equipo”.

El cierre de la primera jornada se efectuó en un rincón de la ‘Casa del Diablo’ (carrera 39 con 44), donde el Rector Montoya Bozzi y la decana Velasco Abril además de la respectiva congratulación les impusieron el Botón Institucional a los 26 estudiantes pioneros de 1972. Luego uno de ellos, César Alberto Moreno Ramírez y quien durante un par de años se encargó de contactarlos para el evento, rindió un homenaje a sus trece compañeros que han fallecido, empezando por Timoleón Acevedo, recordado por su inteligencia pero también por haber caricaturizado a todos sus amigos y profesores. De igual forma hizo memoria de cómo su generación, que estudiaba en horario nocturno, se caracterizó por superar las circunstancias y dificultades, ya que la mayoría laboraba en el día.

En orden alfabético, desde “El Padrino” Gilberto Acevedo hasta Esperanza Valdivieso, repasaron aquellos días en que dirigentes estudiantiles como Adalberto Flórez y Leonardo Enciso fueron detenidos por liderar protestas reivindicativas,  o cuando les dio por pintar consignas contra el entonces decano Arias Carrizosa. Al unísono expresaron que “viviremos reconocidos del esfuerzo de la UNAB y el apoyo que nos brindó”. Igualmente solicitaron que la Asociación de Egresados Aseunab sea fortalecida y tenida en cuenta en las decisiones atinentes a esta capital y al departamento de Santander.

Gratitud, memoria y nostalgia que se conjugaron, mezclándose con lágrimas, cuando la maestra Carolina León Páez, hija de los graduados Francisco Antonio León y Margarita Páez, interpretó con su violín un repertorio que incluyó piezas como “Pueblito Viejo” y “Aires de mi tierra”. Luego vino el brindis, el abrazo y las fotografías que a estas alturas ya están en los celulares de familiares y amigos en medio mundo.

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