Seleccionar página

Refugiados y desplazados, el drama es el mismo

May 22, 2006 | Institucional

Por Ricardo Jaramillo P.

Durante cinco meses, Luis Ricardo
Ramírez Prada, un estudiante
de último año de Derecho de la
UNAB, fue testigo del drama de
los refugiados africanos y trabajó
de la mano con los afectados para
brindarles una nueva esperanza
de vida.

Ramírez realizó su Consultorio
Jurídico IV, correspondiente
al décimo semestre, en el Centro
Escalabriniano de Ciudad del
Cabo (Sudáfrica), perteneciente a
la Comunidad religiosa del mismo
nombre que tiene su base en
Italia y que brinda ayuda humanitaria
a las personas que se ven obligadas
a dejar su casa, su tierra y hasta su país, a
causa de la violencia.

Dijo que esta práctica la consiguió
gracias al convenio entre la Universidad y
el Instituto Latinoamericano de Servicios
Legales Alternativos (Ilsa); la Facultad de
Derecho y la Oficina de Relaciones Internacionales,
que le ayudaron a establecer
contactos en ese país africano para vincularse
a la Comunidad Escalabriniana.

“Empecé mi labor el 18 de diciembre
(de 2005) y finalicé el 3 de mayo.

La
comunidad cuenta con un orfanato y un
centro de recepción de refugiados provenientes
de la República Democrática del
Congo, Angola, Mozambique y Lesotho,
países muy golpeados por la violencia interna.

A ellos les brindamos ayuda como
tramitarles su visa de refugiados, así como
prestarles servicios de salud, alimentación,
vestido y vivienda”.

“Lo más dramático es que no todos los
niños llegaban a nuestro centro, hay otros centros que también reciben refugiados,
pero en muchos casos esos menores
no tienen quién los apoye y es
común verlos buscar en las canecas
de basura algo para calmar su hambre”,
afirmó Ramírez.
“La situación del refugiado y del
desplazado son muy similares.

El primero
se ve obligado a dejar un país, el
segundo un pedazo de tierra, pero los
dos tienen que dejar atrás todo lo que
tenían e intentar empezar una nueva
vida desde cero en otro lugar.

En
Sudáfrica se siente más el apoyo por
parte del gobierno, porque el apoyo
en Colombia es más material, se les
da un subsidio, una ayuda temporal,
en cambio en Sudáfrica se les brinda
un apoyo social permanente”, explicó.

A sus 25 años y mientras se prepara
para iniciar la judicatura, Ramírez dijo que
aprendió a valorar la “lucha pacífica”.

“El
respeto por los Derechos Humanos puede
cambiar cualquier cosa, incluso sacar
un país adelante como pasó en Sudáfrica,
donde se hicieron respetar los derechos de
la población negra que antes era segregada,
esto hizo que esta nación ahora sea democrática
y rica”.

Ir al contenido