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Reivindicación y negación de la Bucaramanga gay

Jul 15, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Jorge Mario Iriarte Mendoza
jiriarte@unab.edu.co

Mauricio Albarracín lleva cuatro, de sus 22 años, trabajando a
favor de la igualdad de los derechos de los Lgbt (lesbianas, gays, bisexuales
y trangeneristas o travestis). Este estudiante de último semestre de
Derecho de la Universidad Industrial de Santander (UIS) es uno de los 75 activistas
de las diferentes organizaciones de Bucaramanga que trabajan por la igualdad
de derechos de esta población y una de las 350 personas que marcharon
en el Día del Orgullo Gay por las calles de la ciudad, el 28 de junio
pasado.

Dice que entró al Grupo Género y Sexualidad de la UIS “por
rabia. Por las injusticias que veía contra los homosexuales en Bucaramanga”.
Hace 5 años decidió ‘salir del clóset’ y explica
que “cuando se es diferente al patrón común de las personas
hay reacciones negativas y otras que sorprenden, pero en mi caso la reacción
de los que me rodeaban fue positiva, recibí un apoyo importante y lo
mejor fue el conocimiento propio”.

Sin embargo, su caso es diferente al de muchos homosexuales que viven a diario
la represión, discriminación y la agresión. Fabio Rodríguez
sufrió en carne propia la homofobia: “Tenía mi salón
de estética y belleza en una casa de alquiler en el barrio Provenza pero
los vecinos hablaron con el dueño del inmueble y pasaron cartas porque
hice dos fiestas con mis amigos gays y eso, según ellos, es algo inmoral”.

Según Jaime Porras, dueño del bar Ángel Negro, uno sus
sitios de encuentro, “la mayoría de los homosexuales en Bucaramanga
tienden a ocultar su orientación sexual. La sociedad bumanguesa todavía
señala y aparta a los gays”.

La lucha
Ante esta perspectiva de intolerancia en la ciudad, la comunidad homosexual
decidió organizarse y luchar por sus derechos. El primer intento de agrupación
fue hace 10 años en el café Oasis, donde se reunían Gustavo
Solano (ver entrevista) y su grupo de amigos a debatir y plantear soluciones
a los problemas propios de su comunidad.

Existen otras tres agrupaciones en Bucaramanga. Del trabajo como activista,
Solano advierte: “Es difícil trabajar en la ciudad porque a los
mismos homosexuales son apáticos o les da pena que los reconozcan cuando
están en manifestaciones o en una instancia pública abogando por
sus derechos”.

Pero para ellos las cosas han ido mejorando. La primera marcha del orgullo
gay en la ciudad fue hace 4 años y sólo asistieron unas 50 personas.
En la última caminaron más de 350. Partidos políticos como
el Polo Democrático y un sector del Liberalismo oficialista han apoyado
a la comunidad Lgbt en sus iniciativas.

Albarracín agrega: “El problema principal que afrontamos como
activistas, cuando formulamos estrategias y planes de acción, son los
prejuicios, los imaginarios negativos”.

Lugares de encuentro
En la ciudad existen sitios de rumba como Púrpura, Ángel Negro,
Egipto, San Antonio y Escala 48 donde se congregan los homosexuales. En Ángel
Negro, según su dueño Jaime Porras, ingresan unas 300 personas
los sábados, el día de mayor entrada.

En San Antonio se han organizado fiestas donde han llegado a entrar 800 personas,
en su mayoría homosexuales. También se reúnen en algunos
parques como el San Pío, Las Palmas y La Hormiga.

Pero está también el espacio de reunión en el ciberespacio.
Páginas de Internet como Guiacereza.com registran más de 500.000
entradas diarias. “Al ser el espacio público de Bucaramanga tan
represivo, el chat y las páginas para homosexuales resultan un espacio
clandestino”, dice Albarracín.

No es raro que una persona heterosexual tenga un familiar, amigo, compañero
de trabajo o estudio, vecino o conocido homosexual. Los espacios donde la población
gay es más vulnerable a ser agredida tanto sicológica como físicamente
varían desde el hogar, pasando por colegios y el sitio de trabajo, hasta
las zonas de conflicto donde los grupos armados los persiguen como si fueran
sus peores enemigos.

Según ellos, a pesar de compartir el espacio público y privado
con la mayoría de la población, no son tenidos en cuenta como
grupo. “Para el resto de la ciudad no existimos, ni en la Alcaldía,
ni en los colegios, ni en ninguna parte”, agrega Rodríguez.

La comunidad Lgbt exige que las clases de educación sexual, por ejemplo,
sean diferentes para los jóvenes homosexuales y que haya planes de educación
para la tolerancia de la orientación sexual en las universidades.

La discriminación
Según el psicólogo Jairo Fernández, “la sociedad
en su gran mayoría se burla, discrimina, aparta, subyuga y tiene un concepto
del homosexual como si fuera menos ser humano y/o perverso”.

Sin embargo, para el padre Sady Espinel, delegado episcopal para las Comunicaciones
de la Arquidiócesis de Bucaramanga, “en la ciudad los homosexuales
no son discriminados, la prueba de ellos es que algunos ocupan lugares de liderazgo
en los sectores más importantes de la sociedad”.

La organización Colombia Diversa, en su página de Internet, denuncia
casos de persecución y discriminación en varias ciudades de Colombia.
Aunque no hay registro documentado en Bucaramanga, Albarracín advierte
que no son denunciados porque “al sujeto se le es indagado por su orientación
sexual como sospecha o culpa de haberse buscado la agresión”.

A ésta y otras organizaciones llegan casos de jóvenes que han
sido botados de sus casas por su orientación sexual, travestis que son
golpeados, universitarios que son víctimas de comentarios homofóbicos.
“Si hay un crimen contra un homosexual, suponen que es por asuntos pasionales”,
dice Fabio Rodríguez.

Para ellos, Bucaramanga sigue siendo una ciudad conservadora y la gente gay
tiende a ocultar su orientación sexual. Existe un régimen del
silencio donde se niega la existencia de los homosexuales. “La sociedad
bumanguesa se declara respetuosa, pero en sus acciones es intolerante”,
señala Albarracín.

Organizaciones que trabajan por sus derechos

Grupo Género y Sexualidad de la Universidad Industrial de Santander
Empezó en el año 2000. Lo integran ocho personas que trabajan en asuntos de género, masculinidad y diversidad sexual. Además, hacen campañas de sensibilización en medios de comunicación, con acciones legales, intervenciones de carácter político y producen documentos académicos. Laboran para que haya avances legales y cambios culturales para la tolerancia en la orientación sexual. Contacto: generouis@yahoo.es

Faco Arcoiris
Son los promotores y organizadores de la marcha del orgullo gay en Bucaramanga. Llevan cuatro años trabajando. La conforman 38 socios y cinco hacen parte de la junta directiva. Es una especie de cooperativa y ahora trabaja para conseguir vivienda de interés social a personas homosexuales.

Oasis
Fue la primera organización en trabajar por la igualdad de los derechos de los homosexuales en Bucaramanga. Al principio, hace 10 años, se reunían en un café llamado Oasis a discutir y proponer acciones en contra de la intolerancia hacia ellos. Se encuentra en proceso de reestructuración.

Proyecto Colombia Diversa
Su sede es Bogotá pero tiene vínculos estrechos con las organizaciones mencionadas. Empezó labores en 2003. Su misión es promover la plena inclusión de los homosexuales en la sociedad, el respeto de sus derechos, el reconocimiento y la movilización de las personas Lgbt en los ámbitos económico, social, político y cultural.

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