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Rousseau sigue vigente

May 23, 2012 | Institucional

Por Ricardo Jaramillo P.
El Día del Maestro fue la ‘excusa’ para que la Facultad de Educación le rindiera homenaje a Jean Jacques (Juan Jacobo) Rousseau, escritor y filósofo suizo, considerado uno de los precursores de la pedagogía moderna, al conmemorarse en 2012 el tercer centenario de su natalicio.

La actividad consistió en el simposio “Rousseau el educador” que tuvo lugar en el Auditorio Menor ‘Alfonso Gómez Gómez’ el martes 15 de mayo, y que según el decano Alhim Adonaí Vera Silva, tenía como objetivo “recordar los aportes que han sido pilar en muchos de los fundamentos teóricos que soportan los programas de formadores de educadores”.

El docente investigador de la Universidad del Valle, Humberto Quiceno Castrillón, fue invitado para analizar el legado del filósofo nacido en Ginebra y fallecido en Francia en 1778, autor de obras como “Emilio, o de la educación”, “El contrato social” y “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”.

 

¿Qué tiene de particular “Emilio, o de la educación” que fue escrito hace 250 años para ser un aporte a la pedagogía?

Lo que pasa con todos los libros llamados “clásicos”: que no tienen tiempo; “La República” de Platón, “El espíritu de las leyes” de Montesquieu, o los principios de Newton, son libros que toda la vida van a estar vigentes porque están hechos en parte para resolver cosas de su presente, pero sobre todo son construidos con principios generales universales que es lo que permite que sean leídos siempre; un ejemplo claro es La Biblia, un libro tan antiguo y sigue vigente no solo por la fe sino porque tiene principios.

 

“El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas”, ¿qué significa ese pensamiento?

Esa parte del libro (“Emilio, o de la educación”) hace referencia a que el hombre nace sin nada, nace para ser construido, como si fuera un ‘principio cero’; al empezar desde ahí, va aumentando y desarrollándose, entonces la sociedad en lugar de posarse o asentarse en el ‘principio cero’ -como en el principio interno-, desde el exterior no lo reconoce y lo afecta, lo transforma. En la naturaleza eso se ve claro: un árbol que se deja tranquilo va creciendo normalmente, pero si uno lo cerca, el árbol adquiere otra dimensión; para Rousseau esas eran las cadenas que la sociedad le ponía al hombre y él creía que había que respetar la naturaleza por encima de todo. A pesar de que este principio hoy no está tan vigente, nos enseña algo bello: hay que respetar al otro.

 

Siguiendo con los pensamientos: ¿a dónde apunta “La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna”?

Las costumbres son esas cosas externas de las que hablaba anteriormente; son las cosas que han aprendido los adultos sin el conocimiento de la naturaleza, sin ese principio interno. Las costumbres son siempre externas a todo. En Colombia, por ejemplo, se mezclan las costumbres de las regiones: el paisa con el ‘valluno’, éste con el bogotano, etc. y van formando una red de costumbres que cuando el niño nace lo van sometiendo a ella; dice Rousseau: “Sí, está bien, de todas maneras la red de costumbres se impondrá, pero no desde el principio, no antes de que él adquiera las fortalezas y su identidad; primero d&eacute

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