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Se incumplieron normas electorales

Mar 12, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Diana García

El artículo 29 de la ley 130 de 1994 prohíbe la publicidad a menos de 200 metros de los puestos de votación; sin embargo, en Piedecuesta pasó algo diferente. Desde antes de la apertura oficial de las elecciones las calles estaban plagadas de colaboradores de campañas quienes al lado de los puestos de votación y hasta en las filas de entrada promocionaban a su candidato. Panfletos, volantes y calcomanías con el número y nombre del aspirante fueron algunas de las orientaciones dadas por estas personas, que según el teniente de la Policía Carlos Buitrago, fueron difíciles de controlar.

Jaime Ayala, registrador auxiliar, aseguró que en días anteriores a las elecciones se habían reunido representantes de la Registraduría y de la fuerza pública y llegaron a la conclusión de que no importaba si las personas entraran con publicidad, siempre y cuanto no fuera visible, y que serviría como mecanismo para orientación de los votantes.

La apertura de las elecciones se hizo con el himno nacional cantado por la misma gente ya que se dañó el casete que tenía preparado la Registraduría. El día comenzó con los augurios del alcalde y el registrador municipal, por unas elecciones transparentes y en paz.

En el municipio se instalaron 159 mesas en el sector urbano, 21 mesas en el rural y 18 en inspecciones. La gente en forma organizada se acercó a las mesas para sufragar, aunque hubo algo de abstención por parte de la ciudadanía.

Muchos en su desocupación sólo esperaban sentados en el parque que alguna persona les ofreciera alguna cosa por su voto: “Esperemos aquí a ver que van a dar por el voto”, fueron las palabras de un hombre que no reveló su nombre.

Al medio día, las sedes políticas se convirtieron en centro de votantes que esperaban el sándwich o la boleta para reclamar almuerzo. Con “barriga llena y hasta el corazón contento”, algunos salieron a votar, mientras otros renegaban porque aún no habían recibido nada de los candidatos:

  • A la señora le dieron 10 o 20 mil pesos para el almuerzo.
  • ¡Qué va! A mí no me han dado nada, ni una gaseosa.
  • Por eso es mejor votar por alguien que no sea tan ‘lambón’.

La jornada electoral siguió y las normas continuaron infringiéndose. Hubo repetidos comentarios de que se estaban comprando votos, pero no se encontraron pruebas para comprobarlo. En cuanto a la Ley Seca, decretada desde el viernes pasado a las 6 p.m., varias sedes y casas políticas la olvidaron porque allí la música y el trago no faltaron y hasta brindaron con ‘cervecita’ aunque todavía no se tuvieran resultados.

La música, las ventas ambulantes y la publicidad se incrementaron a lo largo de la tarde, así como aumentó el número de votantes. A pesar de ello, los jurados no creían que se hubiese cumplido el censo estimado. “Es tradicional que las elecciones al Congreso no son tan nutridas como las de alcaldes y concejales, pero la gente ha asistido a votar”, dijo el alcalde. Las elecciones finalizaron en calma y sin ningún contratiempo.

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