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Ser héroe, cuestión de querer

Jul 15, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Viviana Vega
vvega@unab.edu.co
Cada día hay personas que requieren sangre, bien sea para mantener su vida, porque carecen de ciertos componentes o por haber perdido gran cantidad de ella en accidentes o en situaciones violentas. En esos momentos es cuando se necesitan los donantes, héroes anónimos que generosamente ofrecen su sangre para suplir la de un paciente que, siendo conocido o no, depende de ella con urgencia.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, conmemora, desde hace dos años, el Día Mundial del Donante de Sangre el 14 de junio y Bucaramanga estuvo presente en la celebración de esta fiesta de la vida, participando con diversos actos para motivar a la donación voluntaria. Con música, sirenas y disfraces, se buscaba que las personas se acercaran a los diferentes bancos de sangre para contribuir con su aporte a salvar otras vidas.

Actividades como éstas son importantes para que las personas tomen conciencia de que pueden proporcionar su sangre a otros que la necesitan. Según Vianey Portilla Rodríguez, directora de la Coordinación Departamental de Bancos de Sangre, cuando la donación se hace voluntariamente, el proceso para la elección de los donantes es más selectivo que cuando se realiza por reposición, es decir, cuando se traen los donantes para reemplazar la sangre usada en un paciente.

Requisitos para ser donante
Con el casi medio litro de sangre que puede donar una persona voluntariamente y sin recibir dinero a cambio de su acción, se salvan tres vidas. Sólo se necesita ser mayor de 18 y menor de 65 años, tener un peso mayor de 50 kilos y contar con niveles mayores de 12 en la hemoglobina, proteína de la sangre que transporta oxígeno y hematocritos, y que ocupa una fracción de los glóbulos rojos. Adicional a ello, quien dona no puede haber padecido enfermedades trasmisibles por la sangre, no haber recibido sangre o sus componentes en el último año y tampoco estar en embarazo.

Todo esto se registra mediante un cuestionario, que se convierte en uno de los filtros más importantes en este proceso. De las respuestas sinceras depende la calidad del servicio y es allí donde actualmente los bancos de sangre observan deficiencias, tales como omisión de datos, falsedad al hablar del estilo de vida y conductas de riesgo que pueda tener la persona. “El donante potencial miente con el fin de ser aceptado, sin pensar en las implicaciones que con su actitud genera al sistema”, asegura Portilla Rodríguez. Esto evidencia la falta de cultura hacia la donación voluntaria y responsable.

Esa no es la única dificultad del proceso. “A veces la gente acude a donar sangre sólo para averiguar su estado médico, mediante el análisis que se le hace para que sea aceptada, y esa no es una justificación para donar. Hay que cambiar ese criterio”, expresa la coordinadora. Este tipo de acciones impiden que el proceso sea eficiente y por eso, los bancos destinados para recibir la sangre, pierden implementos que deberían servir para futuras transfusiones de calidad.

Santander no escapa de las dificultades
Las cifras son preocupantes. Santander posee 11 unidades de sangre por cada 1.000 habitantes, siendo recomendadas por la Organización Mundial de la Salud de 40 a 50 unidades. Si tenemos en cuenta la situación de conflicto armado interno en algunas zonas, las circunstancias son alarmantes. “Lo ideal es manejar cantidades suficientes de sangre, ni poca ni en exceso. Las personas que viven en lugares lejanos tienen más dificultades porque a veces la poca sangre donada no alcanza a llegar hasta esos sitios, pero también se dan casos de entidades de salud que la usan sin haber una real necesidad. Por eso, se tiene que hacer uso racional de ella”, asevera Portilla Rodríguez.

Las cantidades que debe tener cada banco dependen de las necesidades que la población tenga de ésta. La sangre sólo puede conservarse refrigerada por 45 días. Por ello es necesario que las donaciones voluntarias aumenten. “Lo que tiene que entender la población es que siempre estamos en déficit, porque la demanda de sangre es alta”, señala Herminia Ramírez, coordinadora del Banco Metropolitano de Sangre en Bucaramanga.

Actualmente, sólo el banco de sangre del Laboratorio Higuera Escalante, el Laboratorio TQC y el Banco Metropolitano de Sangre prestan este servicio en Santander, número insuficiente para un departamento con 1.021.000 habitantes y que presta sus servicios a los departamentos aledaños. Esa deficiencia se debe al cierre de algunos bancos, bien por no cumplir con requisitos fundamentales para su funcionamiento o por estar en graves problemas económicos, como ocurrió en el caso del Banco de Sangre de la Cruz Roja, que prestó este servicio hasta el año 2000 y que no pudo continuar porque la inversión que hacía en implementos y pruebas no la reponían las EPS ni el Estado.

En 2004 sólo el 35% de las donaciones fueron voluntarias, pero esta cifra ha ido en aumento, con 43% en 2005 y 47,4% hasta marzo de 2006. “Cuando la donación voluntaria llegue a ser mayor del 50%, lograremos un avance significativo en la calidad del proceso”, afirma Portilla Rodríguez. Mientras tanto, la mejor acción es motivar a la población hacia la donación y evitar deficiencias en estos procesos para favorecer a toda la población.

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