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Ser madre no es un juego de niñas

Oct 11, 2010 | Institucional

Diana Cantillo
dcantillo@unab.edu.co
“Es un juego donde un  niño y una niña hacen que se besan y pelean pero no. La niña siempre le hace la comidita al esposo y lo peina, y lleva los niños a la guardería”, esto es lo que piensa Alejandra Pinzón, una niña que a sus seis años ya empieza a conocer a grandes rasgos el asunto de la sexualidad en las mujeres, en la mayoría de los casos, siempre ligado a la maternidad y a la crianza de los hijos.
En un país donde el fenómeno social del embarazo no deseado se da en niñas de 10 años en adelante, que el 81% de los jóvenes perciben el riesgo de relaciones sexuales sin preservativos pero sólo el 54% los usan, los ministerios de Educación y Protección Social, fundaciones y centros de salud promocionan la divulgación de los Derechos Sexuales y Reproductivos, para que así las mujeres conozcan y aprendan a llevar una sexualidad autónoma y responsable y romper así con los mitos que rodean la sexualidad y el uso de los preservativos, elemento que influye en el comportamiento sexual de los adolescentes.
La Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva busca que las niñas y jóvenes reflexionen acerca de las implicaciones de un embarazo no planeado y las causas que lo incentivan: “Tenemos que desligarnos de ese pasado donde el proyecto de vida para una mujer era el  ser madre, aunque ésta no lo quisiera. Ahora el proyecto de vida de una mujer es distinto al de sólo ser esposa y mamá”, advierte Laura Cáceres, psicóloga de la fundación Apóyame.
La formulación y consagración mundial de este tipo de derechos es reciente en la medida en que se formularon y consagraron en 1994 mediante la celebración de la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo realizada en El Cairo (Egipto). Un año más tarde estos fueron reiterados en el marco de la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing (China).
Estos se refieren al derecho que tienen las mujeres a controlar y a decidir libremente de forma responsable todo lo relacionado con su sexualidad, la salud sexual y reproductiva, además de establecer igualdad de condiciones para hombres y mujeres en cuanto al comportamiento sexual y sus consecuencias. También es la única que tiene decisión sobre su cuerpo, disfrutar de la intimidad y controlar su fecundidad. También se hace énfasis en la maternidad segura, la prevención del cáncer cérvico-uterino, la necesidad de acabar con la violencia intrafamiliar, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la reducción del embarazo en adolescentes.
En Colombia, la Constitución de 1991 marcó un hito en la educación sexual en el país al contemplar los Derechos Sexuales y Reproductivos dentro de los derechos fundamentales. Lo que sirvió como plataforma jurídica desde donde comenzar a trabajar.
Sin embargo, mencionar es más fácil que llevar a la práctica porque, por ejemplo, en el tema de embarazos en adolescentes y niñas inciden factores adheridos a la idiosincrasia y la cultura del colombiano que proporcionan mayor poder y privilegios al hombre en cuanto a la sexualidad se refiere y de cierta manera ha permitido que un porcentaje de los embarazos sean producto de violaciones sexuales, vinculados al consumo de droga, la violencia callejera y al abuso de poder.
No obstante, Colombia creó una Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva hasta 2003, es decir que diez años después de la creación de los Derechos Sexuales y Reproductivos, el país empezó a trazar los primeros lineamientos para el ejercicio de los derechos ya mencionados.
Si bien las mujeres tienen derecho a decidir sobre su sexualidad, eso no las exime de la responsabilidad que deben tener con su fecundidad siendo conscientes de la edad adecuada para iniciar su vida sexual o, si es el caso, acudiendo a los métodos de planificación.
Pero, por ejemplo, las razones por las cuales los adolescentes no utilizan el preservativo son porque “creen que no sienten lo mismo, no saben cuándo van a tener una relación sexual, simplemente no les gusta o porque no creen que se embaracen o puedan dejar embarazada a su pareja”, esto según la Red Colombiana de jóvenes Líderes en Salud Sexual y Reproductiva que desde hace ocho meses viene practicando una encuesta a mil padres de familia y otra a 600 adolescentes de distintos estratos sociales y económicos en ocho ciudades del país (Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Cartagena, Manizales).

Inconvenientes del proceso
A parte de la situación social que ha vivido el país en las últimas décadas, uno de los primeros traspiés en el camino para la reducción de embarazos en adolescentes es, precisamente no saber con certeza la magnitud de la problemática social y educativa, ya que de acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas Colombia “ ninguna de las tres mediciones que se realizan en el país -la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, la información suministrada por las Institución Prestadora de Servicios de Salud y Secretarías de Salud, y la desarrollada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística- corresponden exactamente al porcentaje de adolescentes alguna vez embarazadas”.  Adicionalmente, reconoce que son cifras aproximadas.
En lo que sí concuerdan las anteriores mediciones es que 90 de cada mil adolescentes en Colombia resultan embarazadas y que el promedio de edad en la que se presentan los embarazos pasó de 15 a 19 años en 2007 a 14 y 19 años en 2008.
La segunda razón es que los últimos datos oficiales conocidos son de 2005, 2007 y 2008. En el primer año se divulgaron los resultados de una encuesta aplicada a 38 mil 143 mujeres menores de edad de todo el país y fue realizada para Profamilia. Este estudio concluyó que dos de cada cinco niñas ya era madre o estaba embarazada.
En 2007, las cifras fueron proporcionadas por el Ministerio de Protección Social, el cual presentó un número de nacidos vivos por adolescente pero no explica cuál fue el número de población censada, los indicadores que tuvieron en cuenta para medir la información y la firma que se encargó de hacer el estudio. En éste se registraron 6 mil 599 partos en niñas entre los 14 y 19 años de edad.
Los datos divulgados en 2008 fueron suministrados por el Sistema de Información en Género y Derechos de la Procuraduría General de la Nación, basado en los reportes de diversas entidades del orden nacional y territorial. Se contabilizaron 5 mil 619 casos, número al parecer menor en comparación al del año anterior pero con la particularidad que sólo reportaron cifras 22 de los 32 departamentos.
En la actualidad, Profamilia trabaja con cifras de 2009 que reportan 6 mil 928 partos de nacidos vivos entre los 14 y 19 años, pero no se cita la fuente que suministró esa información.
Lo concreto es que Colombia está entre los cinco países de América Latina y el Caribe con mayores tasas de natalidad en adolescentes y j&oacuama de Redes Constructoras de Paz, que realiza jornadas educativas en las comunas San Francisco y Occidental.
Otro programa consiste en la implementación de los servicios amigables para jóvenes en  11 centros del Instituto de Salud de Bucaramanga (Ese-Isabu), los cuales brindan a jóvenes del municipio consulta médica general, odontológica, laboratorio clínico y enfermería.
En cuanto a la iniciativa propuesta por el representante a la Cámara, Simón Gaviria, del partido Liberal, de crear una cátedra o asignatura de educación sexual obligatoria en los colegios, Montero dijo que le parece una excelente idea todo lo que contribuya a resolver el tema de embarazos en niñas y adolescentes.
Pese a esto, a través de un comunicado de prensa publicado en 2007 el portal de Internet de Colombia Aprende, el Gobierno colombiano consideró “no es necesaria una cátedra obligatoria porque ya existen las herramientas suficientes para enfrentar el problema desde los colegios”. Tal vez porque implantar la asignatura le costaría la Nación 130 mil millones de pesos al año, dato obtenido del Ministerio de Educación.

El papel de la familia
Según el estudio de 2010 presentado por la Red Colombiana de Jóvenes Líderes en Educación Sexual, a los padres les asusta hablar de sexo, sólo el 3,5% de 600 jóvenes hablan de este tema con sus padres.
También se divulgó que la mayoría de los mil padres de familia encuestados consideran que los responsables del comportamiento sexual de sus hijos son los colegios y planteles educativos. 
En ese mismo estudio se revela que el 70% de los padres afirmó que sí apoyaría a su hijo adolescente si éste les dijera que ya tiene una vida sexual activa, mientras que el 49% haría lo mismo si se tratara de una hija.
Por su lado, la psicóloga de la Fundación Apóyame cuenta que “cuando una joven llega a la fundación la orientamos, por ejemplo, hacia la píldora pero, en la mayoría de veces, se rehúsa a utilizarla porque dice que si la mamá se llega a enterar  muy posiblemente la castigue”.
Sin importar que se quedara en la calle y con un embarazo de tres meses, Pilar* decidió irse de su casa con tal de dar a luz a su hijo. Según ella, su mamá ya le había anticipado la suerte que correría si salía embarazada pero el amor y las ganas, dice, les ganó a la advertencia.
Ella llegó al Hogar Corazón de  María, ubicado en el barrio Niza en el municipio de Floridablanca. Allí con la orientación religiosa y espiritual de las monjas, Pilar, y otras 13 adolescentes, recibe el aliento de esperanza, el apoyo económico y moral que su familia le quitó.
Ahora sólo le faltan dos meses para conocer a su hijo, fruto de la ingenuidad de una niña enamorada de, según, un “mal hombre”, el desinterés de cuidar su sexualidad y de la ilusión y el sacrificio por estar con él.
Laura Cáceres asegura que a la Fundación han llegado niñas desorientadas que buscan ayuda ante la oposición de los padres a que den a luz, sin que sus casos estén dentro de las tres situaciones autorizadas por la ley para practicar el aborto en Colombia (violación, malformación del feto y cuando corre peligro la vida de la madre).
Rosa Escobar Herrera, madre superiora del Hogar Corazón de María, reflexiona acerca de que “incentivar el aborto ilegal en adolescentes es patrocinar que éstas vuelvan a quedar embarazadas porque saben que su problema será s

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