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Sin sociedad no vale, dice Eln

Dic 1, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Pastor Virviescas Gómez
Antonio García dijo recientemente en Caracas, en una reunión preparatoria de la ronda de La Habana, “nosotros vamos a acordar con el Gobierno los escenarios y los procedimientos para discutir la paz; los temas los tienen que poner los sectores sociales, y ellos también deben estar en esos escenarios”.

Con ello, uno de los máximos comandantes del Eln se refería a la importancia que adquiere la participación de la sociedad en la construcción de una agenda de negociación encaminada a encontrar reformas viables y no por la vía de la imposición.

En el mismo sentido se expresó el pasado 17 de noviembre Francisco Galán en el foro convocado por la Fundación Compromiso, la Universidad Industrial de Santander UIS y la Autónoma de Bucaramanga, UNAB, entre otros. Y no es que Galán haya retornado a Bucaramanga, donde fue capturado hace 13 años y mostrado en traje de rayas como solía hacer el prófugo dictador peruano Alberto Fujimori con sus enemigos, sino que pudo hablar por vía telefónica desde la Casa de Paz en Antioquia.

Interrumpió una reunión que tenía con delegados de la Alcaldía de Bogotá para estudiar la creación de una Casa de Paz en la capital de la República y durante 18 minutos mantuvo atentos a las 60 personas que se congregaron en el Hotel Guane.

Galán, cuyo verdadero nombre es Gerardo Bermúdez, se manifestó satisfecho por la apertura de espacios como el mencionado y dijo que el proceso debe democratizarse, socializando los desarrollos de la mesa de conversaciones a través de una “red informativa” que permita la discusión regional y su conexión con procesos de gobernabilidad. “No queremos hacer de las Casas de Paz archivaderos de propuestas”, señaló.

“No conciban este proceso aislado de la realidad del país y de las necesarias transformaciones que se necesitan. No queremos procesos entre el Eln y el Gobierno, independientes de la participación de la sociedad, porque no resolverían los problemas. Estamos viendo toda la crisis en que de mete Colombia por no haber abordado en la mesa con los paramilitares y de frente al país los temas sustanciales”, aseveró.

“El proceso con el Eln tiene que ser muy transparente y abierto a la opinión nacional y a la construcción colectiva de una alternativa de país; de otra manera no es posible buscar los cambios”, agregó.

Según Galán, se debe hablar de una nueva división política del territorio nacional e insistió en la Convención Nacional pedida por el Eln desde hace más de 10 años. En el camino, según el vocero guerrillero, se debe dialogar sobre la situación de los miles de colombianos en condición de desplazados por el conflicto armado interno, conviniendo el retorno con las víctimas y con las comunidades receptoras.

En cuanto al cese el fuego y suspensión bilateral de acciones ofensivas, Galán dijo que son dos conceptos que se deben conceptualizar para entender sus alcances. Luego tendría que hablarse de la ubicación de las fuerzas del Eln y de la Fuerza Pública, la verificación y financiación del proceso, así como las garantías políticas y de seguridad para la participación de la sociedad, y la equidad en el cubrimiento por parte de medios masivos de comunicación.

Sus requerimientos también se orientan hacia la amnistía para los presos políticos, lo cual demanda un censo de los detenidos y un diagnóstico sobre su situación jurídica y humana.

Le sigue, según Galán, el reconocimiento político del conflicto armado interno y del Eln, para lo cual es indispensable definir las consecuencias de cada concepto.

“La tarea que tenemos ustedes y nosotros es llenar de contenido y de posibilidades reales cada uno de estos temas, de tal forma que lleguemos a la mesa llenos de iniciativas de la gente”, puntualizó Galán.

Según Hernando Hernández, dirigente petrolero de Barrancabermeja y facilitador de los diálogos con el Eln, un hecho concreto de la voluntad de paz de ese grupo es el desminado técnico del municipio de Samaniego (Nariño), el cual abre las puertas para que acciones similares se emprendan en otras regiones del país martirizadas por este flagelo, como el Magdalena Medio y el Catatumbo.

“Si dejamos que la paz la hagan el Gobierno y la guerrilla, mucho me temo que nunca se logre en Colombia, y por eso es que la expresión de los ciudadanos es tan importante”, concluyó Hernández.

En la primera semana de diciembre se congregarán en la Casa de Paz de Medellín un grupo de 30 sacerdotes y Galán para analizar el papel de las parroquias en el cuidado de un cese el fuego y en el desarrollo del proceso de paz. Luego lo harán con rectores de universidades públicas y privadas para estudiar su rol en la construcción de los “territorios de paz”.

“Se nos ha despertado tanto la iniciativa que pareciera que hubiéramos estado muchos años reprimidos en las alternativas y hoy comienzan a florecer”, puntualizó Galán.

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