Seleccionar página

Temporada de Heliconias en Bucaramanga

Nov 17, 2023 | Cultura y humanidades, UNAB Cultural

Las heliconias ejercen en la joven Valentina Ibáñez Pinilla el mismo hechizo que sedujo al naturalista sueco Carlos Linneo y al polímata prusiano Alexander von Humboldt en sus expediciones por estos territorios en los siglos XVIII y XIX, respectivamente. Tanto es así, que desde este viernes 17 de noviembre y hasta el penúltimo día del mes permanecerá abierta una singular exposición en la que colores, geometría, luces, olores y sonidos silvestres –grabados por Natalia Mier– se mezclan creando en los espectadores una sensación de inmersión en un ambiente armónico, sin tener que hacer una agotadora caminata por bosques o montañas.

Valentina Ibáñez Pinilla y su exposición Fiebre de Heliconias.

Lo que para muchos no pasa de ser platanillos o a lo sumo ‘aves del paraíso’, para esta artista santandereana son la fuente de inspiración que se asemejan a unas llamaradas de diversas intensidades, tonos y tamaños que en forma de lámparas cuelgan del techo de la casona republicana que sirve de sede al Campus ‘Rafael Ardila Duarte’, de la Universidad UNAB.

Con sus raíces en la mitología griega, donde Helicón era el monte sagrado en el que se daban cita el dios de las artes Apolo y las musas, estas plantas nativas de Sudamérica, Centroamérica, las islas del Pacífico e Indonesia hipnotizaron a Valentina, quien en sus paseos matutinos con su mascota por las veredas de Piedecuesta para buscar oxígeno en plena pandemia de Covid–19, halló la fuente de inspiración para plasmar en cerámica esas flores que compiten en belleza con las orquídeas.

“En esos senderos prístinos plagados de heliconias que crecen cerca a las fuentes de agua, me conecté de nuevo con mi niñez notando que atraían muchos colibríes y me di cuenta de la relación simbiótica de coevolución que tienen plantas y animales”, manifiesta Ibáñez Pinilla, subrayando que la lectura del libro “Llamaradas de la selva colombiana” la llevó a indagar sobre la especie, buscando su identidad con el territorio “a partir de este ecosistema que habitamos y que parece que no fuera con nosotros”.

Ese flechazo y una beca otorgada en abril pasado por el Programa de Estímulos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con una bolsa de 13 millones de pesos, llevaron a que Valentina dedicara horas, días y semanas en diseñar, elaborar unidad por unidad y luego cocinar así como esmaltar en dos hornos a 1.150 grados de temperatura las 30 piezas de este jardín, cuyo montaje le demandó a ella y un par de colaboradores cerca de tres jornadas clavando tornillos, pintando paredes, conectando cables, mezclando el abono y ‘sembrando’ en plena sala más de una veintena de plantas que una amiga le trajo de Oiba.

Brácteas, ápices, nervaduras y drupas se convirtieron en términos frecuentes de su léxico, así como su consciencia de que el medio ambiente está perfectamente sincronizado en una sinfonía de helechos, heliconias, bromelias, batracios y aves, amenazados a diario por el urbanismo y el desarrollo meramente medido en concreto y acero.

“Esa metáfora con una llama me cautivó, lo mismo que el reto para lograr que nuestros vecinos un día al ver estas plantas se sienten a contemplar como el Sol atraviesa sus brácteas, permitiendo que nuestra labor como artistas sea útil”, afirma Valentina. “Mi propósito es que más allá de que los asistentes entiendan la botánica exacta del ecosistema, se den la oportunidad de observar y valorar un ejercicio que hace parte de la vida, para conectarnos con los ciclos naturales, para reconocernos como seres contemplativos y para que nuestros sentidos vuelen libremente”.

Esta novedosa instalación auspiciada por la Dirección Cultural de la UNAB, es de libre acceso en la sede ubicada en la Calle 42 # 3414. La apertura se llevará a cabo con una charla de la autora este viernes a las cinco de la tarde. Las piezas de cerámica estarán a la venta y las plantas de heliconia se sortearán entre el público para que se las lleven el último día y las adopten, “porque Bucaramanga necesita volver a ser la Ciudad de los Parques y no la Ciudad del Cemento”, insiste esta bachiller del colegio San Pedro Claver y artista audiovisual de la Universidad Javeriana, con formación en España en el campo de la cerámica.

Es también una invitación para que los creativos locales conozcan que se puede acceder a los recursos del Estado, que es posible promover trabajo artístico desde el planteamiento de proyectos que aporten a la ciudad y que se dispone de espacios para llevar a cabo este tipo de exposiciones como el Campus ‘Rafael Ardila Duarte’.

El Campus ‘Rafael Ardila Duarte’ de la Universidad UNAB, se ubica en la calle 42 # 3414 de Bucaramanga.
Ir al contenido