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Un defensor de la bioenergía

Dic 1, 2008 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez

Invitado por el Programa de Ingeniería en Energía, estuvo en la UNAB el pasado 7 de noviembre el experto brasileño de origen alemán, José Marcos Grÿschek, representante de la empresa Brasmetano, pionera en el mundo a nivel de bioenergía y sostenibilidad.

En contra de quienes presagian una gran crisis mundial de alimentos por el boom que ha llevado a dedicar extensos terrenos a la siembra de cultivos que generen biocombustibles, Grÿschek se muestra optimista y le baja el volumen a este amago de hambruna planetaria.

¿Existe una cantidad de tierra muy grande para cultivos, lo que pasa es que las empresas dedicadas a esa actividad están buscando otras maneras de ganar dinero y por cuenta de los altos y variables precios del petróleo, también se están encaminando a la producción de energía¿, dice.

Y explica: ¿No es problema que se esté cambiando alimento por energía, porque lo que se están buscando son oportunidades más rentables. Así que en la medida en que el mundo que tiene hambre consiga plata para poder comprar o producir su comida, sigue habiendo espacio para producir¿.

Su ejemplo es el Brasil, donde existen más de 90 millones de hectáreas de tierras cultivables y de ellas apenas un 10 por ciento está destinado a la producción de alcohol. En África, señala, ¿contamos con una cantidad de tierra tremenda, pero ellos no tienen tecnología y lo que ocurre es que Brasil puede ayudar a esos países proporcionándoles equipos y semillas, y entrenando a las personas en una tecnología tropical especial que hemos desarrollado y que se adapta a sus necesidades. Con todas estas herramientas y asistencia, ellos pueden producir sus propios alimentos¿.

Grÿschek insiste: ¿No habrá una catástrofe alimenticia. Lo que hay es una acomodación de fuerzas y a cada quien le gustaría ganar más dinero, lo cual es normal en el mundo capitalista¿.

Su argumento es que se abrirán nuevas puertas. ¿Así como Brasil enfatizará en la producción de energía, otros países van a tener que producir comida y van a ganar plata por eso¿, agrega.

Asevera que gran parte de la crisis de países africanos y asiáticos que literalmente se mueren de hambre, se debe no solamente al alto costo de los alimentos, sino ¿porque la comunidad internacional más desarrollada del planeta los abandonó y no les transfirió tecnología¿.

Grÿschek no ahorra adjetivos para calificar la iniciativa de la UNAB al crear el Programa de Ingeniería en Energía y dice que su panorama es tan amplio que no se puede concentrar únicamente en el petróleo y el carbón, sino que tiene ante sí el reto, por ejemplo, de la energías eólica (generada a partir de las corrientes de viento) y solar, así como la nueva necesidad de producir biocombustibles a partir de recursos naturales renovables, que además no atenten en tal proporción contra el medio ambiente como sí lo hacen los originados en minerales.

También se muestra impresionado por los laboratorios, instalaciones, nivel de formación de los docentes y cualidades de los estudiantes de la UNAB, a quienes visitará próximamente porque tiene la idea de montar en conjunto un proyecto con el soporte y la trayectoria de Brasmetano.   

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