Jhonathan S. Duarte, Ingeniero Industrial (2022) ha demostrado un talento innato para abordar la vida profesional. En su emergente experiencia ha tenido la oportunidad de participar en un simposio internacional como ponente representando su compañía FlexSim Andina, además de haber explorado tres líneas de acción profesional cuyos cimientos fueron construidos de manera consciente a la realidad actual en el programa del cual es graduado.
¿Cuál fue el primer trabajo que hiciste al graduarte de la Universidad? ¿Puedes contarnos más de esa experiencia?
Mi primer trabajo profesional lo inicié antes de graduarme de la universidad, en la empresa Offimedicas, organización del sector salud dedicada al suministro de productos farmacéuticos destinados al mercado institucional, en la cual estuve vinculado al área de análisis de datos donde de manera trimestral examinaba los contratos de la empresa con el fin de asegurar si eran rentables y que los términos financieros fuesen favorables para esta. Con esta información posteriormente realizaba informes ejecutivos para la alta gerencia.
En esta vivencia, me ayudó bastante trabajar con los directores, ya que los informes que yo generaba eran utilizados para la toma de decisiones estratégicas inmediatas, por lo que tuve que desarrollar habilidades como la agilidad, el compromiso y la ética profesional. Esta empresa ha sido un pilar en mi crecimiento profesional y bajo el liderazgo del ingeniero Selim Saba, un gerente con sólidos valores y conocimientos de quien aprendí y agradezco bastante.
¿Qué destacas de la formación que te brindó el programa de Ingeniería Industrial de la UNAB?
Es un programa que se especializa en formar profesionales íntegros, donde uno aprende a desarrollar proyectos, trabajar en equipo y a tener una mentalidad más amplia para ejecutar el liderazgo. Un ejemplo de esto fue cuando fundé el capítulo 633 UNAB del Instituto de Ingenieros Industriales y de Sistemas (IISE), siendo un puente con estudiantes de esta misma profesión en el exterior permitiendo el relacionamiento con otras culturas, ya que nos comunicamos con capítulos de otros países.
Algo que puedo destacar del programa de Ingeniería Industrial es que al ser un programa tan nuevo en la UNAB y en general el más reciente en las instituciones de educación superior de la región, posee un pénsum ajustado a la realidad actual siendo ampliamente diferenciable de los de otras universidades. Esto favoreció en gran medida el fortalecimiento de mis conocimientos en temas técnicos y tecnológicos como el análisis de datos, inteligencia de negocios y el uso de softwares de última tecnología.
¿Recuerdas algún momento crucial que se haya presentado en tu camino profesional?
Recientemente tomé una decisión que me hizo salir de mi zona de confort y fue al momento de cambiar de sector laboral, ya que decidí pasar de mi anterior empleo a otro en un campo nuevo en la empresa FlexSim Andina, ubicada en Bogotá, la cual, entre otras cosas, se dedica a brindar asesorías en modelos de operaciones y procesos logísticos.
Elegí esta opción con el fin de reinventarme y aprender más en temas que solo conocí en teoría durante mi estancia en la universidad. Uno cuando recién se gradúa quiere abarcar varias ramas de la carrera para aumentar los conocimientos prácticos en el sector real.
Laboralmente ya he tenido participación en tres sectores y actualmente enfrento este reto en el área de simulación de procesos, donde llevo seis meses teniendo una curva de aprendizaje y disfrutando lo que hago.
En este punto de mi vida siento que tengo bastantes retos a nivel profesional que me impulsan a seguir creciendo.
¿Cuáles profesores fueron determinantes en tu proceso formativo en la Universidad? ¿Por qué? ¿Qué huella dejaron en ti?
A todos les tengo un gran aprecio, pero guardo especial gratitud con el profesor Fabio Gómez, ya que estuvo acompañándonos desde el inicio de la carrera. Con él compartí espacios como el semillero de investigación en ingeniería. Resalto también que además de tener experiencia en el ámbito académico, cuenta con conocimientos y pericia en el ámbito profesional, siendo algo bastante provechoso al momento de enseñar porque permite una visión más amplia, compartiéndonos su saber desde ambos campos complementando todo con la pasión con la que imparte su oficio.
Algunos otros profesores que quisiera resaltar: Paola de Antonio Boada, quien ha mantenido el contacto constante y relacionamiento con todos los graduados de Ingeniería Industrial; a Julián Durán, quien en conjunto con Laura Escobar nos apoyaron para fundar el capítulo de estudiantes mencionado anteriormente y a Daniel Martínez, quien actualmente está haciendo su doctorado en Chile.
¿Cuál es el sello que identifica a los graduados UNAB y la diferencia de los graduados de otras Universidades?
El sello de la ética, el trabajo en equipo, la creatividad, espíritu emprendedor, la innovación y la proactividad de siempre querer hacer más y de tratar de implementar nuevas herramientas en su trabajo.
El apoyo que brindan dependencias como Impulsa UNAB y UNAB Creative y la experiencia de los semilleros de Ingeniería, todo en conjunto convierten al graduado UNAB en una persona integral que las empresas valoran mucho.
Ser graduado UNAB es algo que se siente genuinamente porque cada momento que viví en la universidad fue construyendo al profesional que soy hoy en día. Aún recuerdo el gusto que sentía por ir a clases porque los profesores transmiten la pasión y gusto con los que enseñan sus materias.
Para aquellos estudiantes que están a punto de graduarse como Ingenieros Industriales, ¿qué consejo les darías para asumir los retos que se presentan en la vida profesional?
Que se sientan confiados de que la UNAB les brinda buenas bases en temas técnicos e integridad humana. Los graduados UNAB son profesionales muy bien recibidos en la empresa a la que vayan, y al lugar que lleguen siempre sea para aprender bastante y aportar lo mejor a la empresa y la sociedad, ya que nosotros tenemos el talento forjado por la universidad para poder alcanzarlo.
