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Unisangil, el motor del Casanare

Mar 23, 2010 | Institucional

Palabras pronunciadas por el rector de la UNAB, Alberto Montoya Puyana, el pasado miércoles 17 de marzo, en la inauguración del Campus de Unisangil en la ciudad de El Yopal, Casanare.  

No saben la alegría que siento no sólo como presidente del Consejo de Fundadores de Unisangil, sino como parte de esta nación de 44 millones de habitantes.

Hoy le estamos haciendo entrega a Casanare y al país de esta moderna sede en la que hemos invertido más de 6.200 millones de pesos, en un área de 4,3 hectáreas que alberga 7.133 metros cuadros de construcción, cinco edificios de tres pisos cada uno, 60 aulas de clase, biblioteca, baterías sanitarias, 150 parqueaderos  para automóviles y 580 motocicletas, sin olvidar las amplias zonas verdes.

Pero no se trata de una simple edificación, sino del ejemplo fehaciente de que cuando hay intenciones nobles, visión de futuro y existe la disposición para juntar las fuerzas, se pueden sacar adelante proyectos de la envergadura del que hoy damos al servicio.

Camino del aeropuerto escuchaba en una emisora local que ésta es la demostración de que sí se pueden hacer grandes obras para el beneficio de la Orinoquia, enviando un mensaje categórico a quienes han despilfarrado abundantes recursos públicos en iniciativas como el Parque del Agua y el Museo del Hombre Llanero, convertidos en dos elefantes blancos más de esa horrible huella que han dejado quienes se han lucrado indebidamente de regalías e impuestos sin importarles el progreso de esta región.

Catorce años después de nuestro desembarco en estas hermosas llanuras, cuando algunos nos miraban con escepticismo y otros no apostaban un centavo, Unisangil es hoy la principal institución de educación superior de este departamento, rico en recursos naturales y generoso en gentes de empuje, preocupadas por lograr el desarrollo con equidad.

Desarrollo que indiscutiblemente está basado en la sinergia que debe existir entre Estado, Empresa Privada y Universidad, y sin la cual no es posible acortar la distancia que nos llevan otras naciones del hemisferio.

Unos y otros estamos llamados a buscar respuesta a las necesidades locales, regionales y nacionales. Y así fue como lo entendió la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, cuando en el año 2000 le brindó su mano a los directivos de Unisangil, que por esos días encaraban momentos financieros aciagos que prácticamente los tenían al borde del abismo.

Ellos habían tocado a las puertas de otras instituciones, que por una u otra razón no pudieron o no se comprometieron a hacerlo, pero la Universidad Autónoma de Bucaramanga comprendió de inmediato que por encima de mezquindades, era necesario respaldar a Unisangil, y así fue como desinteresadamente inyectamos un capital considerable y les brindamos nuestro soporte, experiencia y seriedad, factores por los que hemos sido reconocidos en estos 57 años de servicio a Colombia.

Alianza institucional que ha recorrido un camino salpicado de dificultades, las cuales sabiamente hemos sorteado porque siempre tendremos claros nuestros principios y nuestro norte.

Sea esta la ocasión para rendirles el reconocimiento que se merecen entidades como la Pastoral Social y el Sector Cooperativo, y personas como el entonces obispo de San Gil y Socorro, Leonardo Gómez Serna, el padre Ramón González Parra, don Armando Puyana Puyana, nuestro presidente de la Junta Directiva de la UNAB, Alfonso Gómez Gómez, y valga decirlo, Gabriel Burgos Mantilla, quien hoy nos acompaña como Viceministro de Educación Superior.

Él tuvo la disposición y el temple necesarios para no claudicar en nuestra Alianza Estratégica con Unisangil, digiriendo tragos amargos y haciendo gala de su capacidad de emprendimiento que, para citar un caso, lo llevó en 2005 a adquirir este lote en el que no había más que una cerca y unos cuantos árboles, y hoy, después de veinte meses de esfuerzo de arquitectos, ingenieros y un centenar de obreros, se ha transformado en unas modernísimas instalaciones, acordes con las tareas de aprendizaje e investigación.

Gratitud que igualmente debo expresar a nuestro rector Lucas Sarmiento Ardila y al director de Unisangil en esta preciosa ciudad de El Yopal, el abogado Franklin Figueroa Caballero, artífices también de hacer realidad este inmenso sueño que en poco años albergará a 3.200 estudiantes.

Atrás ha quedado la incomodidad que estudiantes, profesores y personal administrativo debían afrontar cuando tenían que recurrir a las instalaciones de colegios como el Panamericano, ¿Luis Hernández Vargas¿, ¿Braulio González¿, ¿Antonio Nariño¿ y ¿Jorge Eliécer Gaitán¿, que generosamente nos acogieron.

Y este es sólo un primer paso, porque desde ya estamos trabajando en una amplia oferta de Posgrados, así como en el Centro de Estudios e Investigaciones que será levantado a pocos metros de esta sede, el cual tendrá hemeroteca, laboratorios de Cómputo Especializado, laboratorios de Ciencias Básicas, laboratorios de soporte a las Ingenierías, a la Psicología y la Enfermería, así como la Sala de Audiencias.

Luego le sumaremos las instalaciones administrativas y más laboratorios para concentrar todas las actividades en un Campus como éste, que pocas universidades en Latinoamérica pueden disponer.

Señoras y señores, gracias al apoyo de personas como ustedes, como nuestros  1.670 estudiantes, como nuestros 450 egresados de Administración de Empresas, Contaduría Pública e Ingeniería de Sistemas, como nuestros 85 docentes de hora cátedra y 65 de tiempo completo y empleados administrativos, el nombre de Unisangil en Alianza con la Universidad Autónoma de Bucaramanga pronto será ligado con el de la Principal Universidad de la Orinoquia, con ocho programas académicos que cuentan con Registro Calificado y en los que estamos concentrados para obtener la Acreditación de Alta Calidad que nos consolide aún más y que nos aliente a despertarnos cada mañana con el aliciente de que entre todos haremos un Casanare, un Arauca, un Boyacá, un Vichada, un Meta distintos, una Colombia mejor, un país como el que todos nos merecemos.

Señores obispos, su bendición nos proporciona la luz y el optimismo para continuar aunando esfuerzos con una Iglesia Católica cada vez más comprometida con las causas sociales, con la lucha por hallar en la educación la vía hacia el progreso y la justicia, con indicadores de calidad, con oportunidad para todos, para que el campo no se siga quedando solo¿

Para seguir formando, dentro de la libertad de cátedra y el desarrollo personal, profesionales críticos, líderes y ciudadanos íntegros, respetuosos del medio ambiente, conscientes de sus deberes como habitantes de un Casanare que hace rato dejó de ser visto como un territorio remoto y que debe aportar aún más al desarrollo nacional, empezando por nuestra propia casa.

Mil gracias a todos por acompañarnos en esta ceremonia en la que el calor también es el reflejo de nuestro entusiasmo. Casanareños, colombianos de la Orinoquia, sigan contando con Unisangil y con la Universidad Autónoma de Bucaramanga. ¡Nada podrá detener el vuelo de éstos alcaravanes!

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