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Visión estratégica, clave para un verdadero líder

Sep 25, 2012 | Institucional

Por Ricardo Jaramillo P.
Un ingeniero industrial boyacense tiene como su principal responsabilidad manejar los hilos de la multinacional estadounidense Colgate-Palmolive en América Latina. Se trata de Luis Gutiérrez Serpa, vicepresidente y gerente general de la región Oeste Andina.

Latinoamérica representa para Colgate-Palmolive cerca del 28% de los ingresos de la compañía que en 2010 obtuvo ganancias superiores a los 2,4 billones de dólares.

Gutiérrez Serpa atribuye el éxito de la organización a que los integrantes de la misma trabajan centrados en algo llamado “visión estratégica”, con lo que sus líderes “sueñan” el futuro para trazar los lineamientos de la empresa.

El industrial estuvo de visita en la UNAB por invitación de la Dirección de Currículo para hablar con los estudiantes, docentes y directivos, principalmente del Programa de Administración de Empresas modalidad Dual y de la Facultad de Estudios Técnicos y Tecnológicos, sobre liderazgo, innovación y autonomía. Vivir la UNAB dialogó con él.

 

¿Cuáles son las características que debe tener un líder?

Lo primero, tener habilidades estratégicas, eso es lo más importante; la segunda, es la habilidad de desarrollar la gente, de educarla, enseñarle a pensar y sobre todo enseñarle a reflexionar. Después hay cosas alrededor, como ser eficiente en el logro de resultados y generar trabajo de equipo y de colaboración. Pero insisto, para mí, la más importante es tener visión estratégica.

 

¿Qué es la visión estratégica?

En palabras sencillas es ver el futuro; en mis conferencias muestro en un gráfico una pirámide y uno empieza a escalarla desde abajo, es como una montaña en la que uno se sube y cuanto más arriba suba más lejos podrá ver; entonces en la medida que una persona crece en una empresa más lejos debe estar viendo los proyectos. Al comienzo a uno le dan predictivos para una semana, después un año, hasta que uno tiene que tomar decisiones que impactan a cinco o diez años y ahí es donde está la habilidad estratégica del líder. Es soñar sobre el futuro y establecer un plan coordinado que permita llegar allá.

 

¿Cómo debe ejercerse ese liderazgo?

Al final es la condición humana lo que lo hace líder a uno, y el liderazgo uno mismo se lo va construyendo, uno se va desarrollando; el líder es como el vino, con el tiempo, es decir las experiencias, lo van haciendo mejor. Lo que tiene que hacer es simplemente trabajar con entusiasmo, tratar de aprender lo que más pueda y en la medida que viva esas experiencias obtendrá la virtud de ver un poco más allá; la clave es conocer profundamente el negocio en el que trabaja, uno no puede soñar algo que no conoce. Habilidades técnicas y gerenciales hacen parte de la ecuación pero hay que tener una mente estratégica, visionaria.

 

¿En ese aspecto cabe el término ‘innovación’?

Enormemente. Por ejemplo hoy en día el crecimiento de Colgate depende de la innovación; cuando uno mira diez o 15 años atrás los productos que eran el 100% de la venta hoy en día solo cuentan como un 20%, el resto lo conforman la renovación de los productos que se han hecho; así que innovar es otra ciencia muy complicada, pero creo que es la vía de las sorpresas.

 

¿Y los jóvenes cómo deben aprovechar la innovación que ofrecen las tecnologías de información y comunicación?

La gente de hoy está expuesta a muchísima información; me acuerdo que cuando empecé en Colgate uno difícilmente digería una hojita hecha ahí con calculadora y un lápiz, borrando y retiñendo números, hoy en día un muchacho en ese mismo tiempo hace 30 mil hojas de cálculo y maneja no sé cuántos datos de información en segundos. Me impresiona ver las nuevas generaciones que entran a Colgate que cogen esas computadoras y tienen por lo menos diez páginas abiertas y la habilidad de estar moviéndose entre ellas… Ahora el reto es cómo deben concentrarse, me parece que son dispersos, como dirían los gringos son multitask (multitarea) y ahí está el reto para ellos, cómo encontrar algo interesante y cómo concentrarse para sacarle el mayor provecho.

 

¿El Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos traerá beneficios o perjuicios al país?

Eso del TLC depende del sector de la economía donde esté, pero creo que nadie va a venir acá a abrirnos la boca y enseñarnos a negociar en ese ambiente. Lo que hay que hacer es todo el mundo trate de entender la reglamentación, buscar las oportunidades que tenga su empresa y ‘meterle el diente’.

En el caso específico de Colgate no tenemos muchas sinergias salvo un par de materias primas que aún se importan de Estados Unidos que nos baja el arancel de diez a cero, pero el impacto total es mínimo; las posibilidades por la estructura global de manufactura de la compañía es más fácil que México exporte a Estados Unidos que tiene también un Tratado de Libre Comercio, está más próximo, tiene capacidad industrial muchísimo más grande, entonces por ese lado lamentablemente para Colgate no me ayuda, pero pienso que más que llorar sobre la leche derramada es ponerse uno el overol y empezar a buscar oportunidades. Ese es un mercado enorme que de pronto tiene algunos nichos de mercado para industrias colombianas emprendedoras.

 

¿Cómo cuáles?

Muchas, por ejemplo en confecciones y manufactura aquí hay empresas grandes como Arturo Calle y Mario Hernández que tienen productos de calidad muy alta con los que podrían incursionar allá; es increíble que tengamos el mejor café del mundo y no se explote ese atributo como se merece, Juan Valdez también debería tener su oportunidad; igual con los alimentos, a mí me gustan las hamburguesas de El Corral y Crepes & Waffles, allá les podría ir bien; Colombia es famosa por la industria de impresos, es probable que allá tengan oportunidades de entrar, en fin, hay muchas opciones.

 

¿Considera que han sido oportunas las medidas tomadas por el Gobierno para guiar la economía nacional?

En general creo que son buenas intenciones, lo que veo es que cada Gobierno viene con su propia receta y al final cuando uno mira para atrás no hay coherencia; hay un presidente que hace esfuerzos interesantes en un área, terminó su periodo y llega uno nuevo y emprende esfuerzos diferentes y eso me parece que no nos ayuda. La coherencia en temas fiscales, en iniciativas e incentivos es lo que hace falta.

 

¿Entonces hay que dejar gobernar a los presidentes más tiempo?

(Risas) No sé, creo que lo que falta es un plan colombiano a largo plazo que permita decir: ‘A esto es a lo que le vamos a apostar’; un ejemplo interesante es el tema de la seguridad, el presidente anterior (Álvaro Uribe Vélez) pensó que darle bala a la guerrilla era la solución y fuimos detrás de esa iniciativa, hoy en día no, guardamos las balas y ahora vamos con los besos, entonces no sé si hay que cambiar diametralmente de estrategia o deberíamos ser más consistentes y seguir una línea; obviamente uno puede encontrarse después de un par de kilómetros andados que se equivocó, pero me parece que no hay que estar como la veleta que cambia de dirección para donde sople el viento.

 

¿La crisis económica europea se sentirá en Latinoamérica?, ¿en Colombia?

No era un cliente importante para exportaciones en general, siempre ha sido Estados Unidos nuestro socio comercial; lo malo va a ser tratar de exportarles un poquito más a los europeos, lo bueno es que ellos van a tener plata que no van a estar interesados en invertir en la misma Europa y que estarían buscando nuevos mercados para hacerlo y diría que Colombia en ese sentido es tierra fértil.

Europa puede estar enferma, pero India debe estar prosperando, China es muy fuerte, entonces el consejo es mirar con otros ojos esos mercados y tratemos de llegar a ellos, no dependamos exclusivamente de los huevos en una sola canasta.

 

¿Qué es ser autónomo?

Ser autónomo tiene sus responsabilidades y su interdependencia. Soy autónomo en cuanto a que pueda tomar algunas decisiones, pero soy responsable de las consecuencias de esas decisiones; soy autónomo porque me gustaría trabajar con independencia, sin tantas direcciones, con guías claras sí, pero que me den la posibilidad o un área de trabajo en la que pueda desplegarme con la intensidad que quiera; ser autónomo es tener independencia de pensamiento también, a veces uno cae simplemente en modas y eso está bien algunas veces, pero otras uno debe tener la responsabilidad de decir ‘esto probablemente no, mi pensamiento es diferente’ y poderlo expresar sin problema.

 

 

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