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Estudiante guajira en la UNAB: Bucaramanga no está tan lejos

Abr 9, 2024 | Ingeniería e innovación, Facultad de Ingeniería

Según Google Maps, 11 horas de recorrido o 645 kilómetros de distancia separan a Bucaramanga del municipio de Maicao, en La Guajira. Esas son las medidas de referencia que tiene Isabella Sandrith Higuera Parodys sobre su nuevo hogar, ya que desde este año inició su carrera como estudiante de Ingeniería Mecatrónica en la Universidad UNAB, gracias a la beca para mujeres otorgada por la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi).

Su relación con la ingeniería nació por su afinidad con las matemáticas cuando estudiaba bachillerato en el colegio Liceo del Caribe, en su tierra natal. “Muchas personas me decían que debía estudiar alguna ingeniería porque en toda la escuela fue la materia en la que más me destaqué, así que me dediqué a investigar, y luego de muchas preguntas, tomé la decisión de estudiar mecatrónica”, explica la estudiante.

Estudiante guajira en el programa de Ingeniería Mecatrónica UNAB
La estudiante Isabella Sandrith Higuera Parodys. / Foto Erika Díaz Rangel

Su pasión por las matemáticas la llevó a estudiar dos cursos preicfes, uno en Barranquilla y otro, casualmente, en Bucaramanga. Por cosas del destino, como lo menciona ella, un tío suyo que vivía en Bogotá fue trasladado a la capital santandereana, y por esa razón, pudo hacer el curso en esta ciudad durante febrero y marzo de 2023. El segundo lo realizó en su periodo de vacaciones en la capital del Atlántico.

“Al principio del preicfes acá yo me quería regresar a Maicao porque sí fue fuerte el cambio, pero con el tiempo me encantó el clima, conocí gente y también me gustó mucho el tema de las dos culturas, sobre todo que el tema de la música no es tan distinto. Entonces, ahí me sentía bien, pero igual extrañaba mucho mi casa. Fue una experiencia bien bonita porque yo no perdía clases en mi colegio, los resultados de ese preicfes intensivo que realicé acá me servían como notas allá”, afirmó la futura ingeniera.

Pese a querer estudiar algo relacionado con inteligencia artificial, su familia le habló sobre la ingeniería mecatrónica y su alma de investigadora la llevó a tomar la decisión de estudiarla en la UNAB. Sin embargo, cuenta que el cierre de año la tomó por sorpresa pues por temas de trabajo y dinero, su mamá ya no podía pagarle la matrícula.

“Yo sí estaba decidida a estudiar en la UNAB y mi mamá me dijo que sí porque ya tenía un trabajo estable y podía pagarme el semestre, pero como a finales de noviembre ella me contó que ya no se podía. Dejé de hacer el proceso de inscripción, pero la Universidad me seguía enviando invitaciones para conocerla con diferentes links de investigación, entre esos uno de la beca de Acofi solo para mujeres. Yo consulté el 30 de noviembre y el cierre era el 1 de diciembre, llamé al colegio y me dijeron que los papeles de grado no me los daban en un día, luego me llegó un correo donde decían que el plazo se extendía hasta el 3 de diciembre. Me la pasé todas las mañanas en el colegio pidiendo las notas, ayudando a mi coordinadora en el tema de la carta de recomendación y con muchísimas cosas, me entregaron todo, y antes de irme a mi fiesta de grado ese 3 envíe todo”, relató mientras afirmó que no mencionó nada en su casa porque piensa que “las cosas no se dan si uno anda contando todo”.

Una osadía del destino para dejar La Guajira

“Aún así, el día que nos dieron la noticia de la beca yo le conté a mi mamá porque ella venía insistiendo que qué iba hacer, porque la otra opción era irme a estudiar a una universidad pública en Medellín y el tiempo se me acababa. Ese día, el 28 de diciembre, la llamaron a ella y le contaron, nos alegramos por la beca y al final escogimos estudiar acá en la UNAB. Yo no pude venir a la inducción buscando dinero para pasajes, estadía, me pasaron mil cosas ese mes, pero bueno, ya estoy acá y me he sentido feliz y adaptada porque aquí todo el mundo te hace sentir súper seguro, te ayuda. La Universidad no ha sido fácil, pero tampoco imposible, me gusta mucho y me estoy esforzando, señaló Isabella.

El pasado 15 de marzo, Acolfi le hizo entrega oficial, durante su asamblea en la Universidad Tecnológica de Pereira, de los beneficios y requisitos de la beca.

La Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (Acofi) le hace entrega oficial a Isabella Sandrith Higuera Parodys los beneficios de su beca para pregrado de Ingeniería Mecatrónica. / Foto Suministrada

“Mi primer gran sueño tangible es hacer un robot, pero un robot completamente inteligente y súper completo que pueda hacer de todo como una persona, robótica pura y eso tiene que ver mucho también con la inteligencia artificial. Ya a nivel personal, cuando recibí la noticia de la beca fue normal para mí debido a todo lo que tenía que hacer para venir a vivir acá, pero ya como un mes después, cuando estaba en clases y todo, me puse a llorar todo un día. Me siento muy feliz en la UNAB, es una universidad que me gusta mucho”.

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