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Una quijotada

Ago 8, 2005 | Institucional

En un lugar de… De cuyo nombre no es que no quiera acordarme es que sinceramente
no lo recuerdo, no ha mucho tiempo que vivían dos fermosuras andantes
Camilita y Juanito vecinos desde las barrigas de sus mamás, andávanse
a mucha priesa por el mundo como tocando rabeles en una fiesta picaresca.

Un día destos vuestros muchachitos a la buena ventura cumplieron trece
años y los padres de Camilita decidieron que era de su menester separarlos
lo que trajo consigo un buen porqué de tristezas a Camilita.

Así mesmo Juanito, con su ánimo alborozado sintióse como
una bagatela sin hálito al hablar buscando algo de gallardía para
ver a Camilita la cual según él era de gran hermosura.

Mientras tanto él guardábala con deduedo en sus pensamientos
y pedía que el follón de su padre tuviese un yelmo eterno en la
cabeza que no le dejase ver más nunca.

Un día cualquiera hubieron de encontrarse los muchachos y abrazándose
como un briareo acometieron una feliz huida.

Destos acontecimientos resultó hinchada de barrigas Camilita, por lo
que el energúmeno padre desta tomó a su hija y prohibió
desoluto a tan gentil enamorado ver a su hermosura.

Pásose algún tiempo donde aconteció que el hijo destos
mancebos no nació, por lo que Camilita se vistió de locura y prestó
sus trajes a Juanito que della misma manera quedó lejos de su amada en
un encantamento de sueños sin fin.

Agora después de ochenta años encontrase de nuevo vuestras feuras
que al verse, la razón les despertó para desfacer locuras y morir
con el último beso de un amante.

Yéssica Rada Maury
Octavo semestre de Derecho

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